Nadie tiene derecho a burlarse de nuestros principios, reclama
Peña y la Corte hacen peligrar la familia: Norberto
“Serias deficiencias jurídicas y legislativas” en la iniciativa sobre bodas gay
El semanario Desde la fe señala en dos editoriales que la iniciativa federal sobre matrimonios gay tiene “serias deficiencias jurídicas y legislativas”
El presidente Enrique Peña Nieto y la Suprema Corte de Justicia de la Nación “violentan la realidad y ponen en peligro lo más querido para los mexicanos: la familia”, al reconocer un falso derecho de personas del mismo sexo como es el matrimonio, afirmó la Arquidiócesis de México.
A su vez, el cardenal Norberto Rivera Carrera expresó que la Iglesia católica no puede imponer sus convicciones, pero “nadie tampoco tiene derecho a ignorar y mucho menos a burlarse de nuestros principios”, por lo que llamó a los cristianos a proclamar sus valores, sin avergonzarse, en una sociedad libre y plural.
n el semanario Desde la fe, en dos artículos: “Matrimonio gay no es un derecho” y “Matrimonio gay, falso derecho”, se asegura que la exposición de motivos de las iniciativas presidenciales tienen serias deficiencias de técnica jurídica y de argumentación legislativa que ignoran muchos elementos de derecho familiar.
Los textos también consideran que la iniciativa presidencial viola tratados internacionales al tratar de legislar a favor de los matrimonios igualitarios, pues éstos no dicen que el matrimonio sea derecho de lesbianas y homosexuales”.
El semanario expuso en sus textos que en junio pasado, una sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos interpretó el artículo de la Convención Europea de los Derechos del Hombre “y en la parte medular los jueces afirmaron que si bien los Estados parte pueden legislar en torno al matrimonio, también es cierta la inexistencia del derecho de los homosexuales a contraer nupcias conforme al concepto del artículo 12 del Convenio, el cual establece el matrimonio como unión entre un hombre y una mujer”.
Los 47 jueces que integran el Tribunal de Estrasburgo sustentaron su decisión en los artículos 12 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, el cual equivale a los artículos de los tratados sobre derechos humanos firmados por México; 17 del Pacto de San José y 23 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos. En ellos se establece que “el hombre y la mujer tienen derecho a casarse y a fundar una familia”.
Desde la fe destacó que el Convenio Europeo de Derechos Humanos consagra “el concepto tradicional del matrimonio, a saber, la unión de un hombre y de una mujer”, y también explica que no se impone a los gobiernos la “obligación de abrir el matrimonio a las personas del mismo sexo”.
Y establece que “la opinión unánime de los jueces de 47 diferentes países del Consejo de Europa deja claro que hay un grave error por parte del presidente Enrique Peña Nieto y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su interpretación de lo que es el matrimonio y en el significado de lo que es discriminar”.
En tanto, durante su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, Norberto Rivera reconoció que algunos, creyentes
“se sienten vacíos, con una vida árida y sin sentido, invadidos de una tristeza y de una gran desesperanza y sienten inmensos deseos de cambiar, de recibir un fuego que los transforme y les de vida verdadera”.
Por eso, agregó, “en una época de libertad de opinión y de acción, en una sociedad plural, los cristianos no podemos ni debemos avergonzarnos de proclamar los valores del reino de Dios como fórmula que hace posible la convivencia humana, el progreso y la dignificación de la sociedad.
En una sociedad libre, plural y respetuosa, a nadie, por ningún motivo, le podemos imponer nuestras convicciones, pero nadie tampoco tiene derecho a ignorar y, mucho menos. a burlarse de nuestros principios”.
Rivera añadió: “Son muchos los signos de descomposición que estamos presenciando, pero el cambio es posible solo por decisiones libres y comprometidas de hombres y mujeres con sensibilidad histórica y con la valentía necesaria para sacrificar su vida en favor de los demás”.
“Son muchos los signos de descomposición que estamos presenciando”, señaló el cardenal.