Tratado exige compatibilidad de medidas sanitarias y fitosanitarias
Freno a exportación de maíz y frijol impacta a por lo menos 10 países, advierten; EU y Canadá, entre los afectados
La Licencia Única Universal se ha convertido en otro factor que crea incertidumbre y desconfianza hacia México en el marco del T-MEC y del resto de los tratados comerciales, ya que el Gobierno federal no detalló cómo se implementará, por lo que en primera instancia, la medida apunta a que podría ser violatoria del comercio internacional; coincidieron analistas y empresarios.
La semana pasada el Gobierno anunció la segunda fase del Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (Apecic), que incluye una Licencia Única Universal que exime a las empresas del trámite del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para la importación de alimentos.
Por tanto, serán las propias empresas las que se comprometan a la verificación necesaria que asegure que los alimentos e insumos sean de calidad y libres de contingencias sanitarias.
Dentro del T-MEC, el capítulo 9 establece como necesarias a las medidas sanitarias y fitosanitarias, ya que su principal objetivo es proteger la vida y la salud de las personas y los animales, preservar los vegetales, así como facilitar el comercio entre los países miembro del Tratado.
En este punto, hay un tema relativo a “auditorías” donde se establece que el país importador tendrá el derecho de auditar a las autoridades competentes del país exportador, para efectos de determinar su capacidad para cumplir con los requisitos sanitarios.
Lo anterior, abre la posibilidad de que los países a los que México exporta alimentos procesados tengan la duda del grado de inocuidad de los insumos con que fueron elaborados, pese a que la intención de Gobierno sea que la importación de alimentos sea únicamente para consumo local.
En entrevista con La Razón, la coordinadora de Mercado Laboral y Comercio Exterior del Imco, Ana Bertha Gutiérrez, explicó que precisamente “hace falta conocer en el detalle y en la práctica, cuáles son las medidas que se van a tomar y analizar en cada tratado, incluido el T-MEC.
Agregó que el gobierno de México debe de justificar, desde el punto jurídico del T-MEC, la decisión de exentar a empresas de dichas medidas.
Recordó que México es el quinto país con mejor sanidad a nivel mundial y le ha costado muchos años de esfuerzo llegar a ese escalafón, por lo que sería muy desafortunado que en lugar de avanzar, retrocediera por una medida temporal.
La Coparmex consideró riesgoso y preocupante la exención de trámites de Senasica y Cofepris, ya que forman parte de los tratados internacionales, por lo que es necesario garantizar que la medida no implique frenos para las exportaciones de México, principalmente a EU, por el incumplimiento de requisitos de inocuidad.
Pega a 10 países freno a exportación
El anuncio que hizo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el marco del Apecic, en el sentido de suspender las exportaciones de maíz y frijol afectará a, por lo menos, 10 países en el mundo, de acuerdo con el GCMA.
Entre ellos se encuentra Estados Unidos y Canadá que son los principales compradores, con más de 33 mil toneladas de maíz en lo que va del año, informó.
En el marco del anuncio del Apecic, la SHCP informó que se cerrará la exportación de maíz, frijol y sardina, con la finalidad de aumentar la oferta de los básicos.
Al respecto, el GCMA advirtió que esa decisión unilateral podría crear una controversia con los socios del T-MEC, debido a un cierre unilateral del mercado.
Por otra parte, la consultoría destacó que es importante examinar la limitación a otros productos, ya que conllevaría al cierre de las exportaciones agroalimentarias que desataría un riesgo en mercados donde México es superavitario.
La consultoría recordó que previo a la entrada en vigor del TLCAN, el 1 de enero de 1994, la producción de maíz era de 18.2 millones de toneladas métricas (mdt), contra 20.9 mdt de consumo; mientras que para este 2022, la producción es de 26.7 mdt y 46 mdt de demanda.
Ello implica que en los últimos 28 años, la producción de maíz se incrementó 47 por ciento y el consumo lo hizo en alrededor de 120 por ciento, lo que implica que México sigue siendo deficitario en la demanda del grano y depende en gran medida de las importaciones provenientes del exterior, principalmente Estados Unidos.
El GCMA destacó la importancia de establecer medidas de mediano plazo para apoyar y promover la mayor producción de maíz a través de un paquete tecnológico que incluya semillas híbridas para maíz, fertilizantes, financiamiento y seguro con apoyos diferenciados por tipo de productores.
Así como apoyo a coberturas de precios por alta volatilidad y asistencia técnica para la producción sustentable para cuidar el medio ambiente.