Elba Esther Gordillo está convencida de que habrá una sorpresa en la candidatura presidencial de la oposición que le competirá a Morena en la elección de 2024.
"Va a emerger alguien", sostiene la llamada "maestra", quien durante 24 años fue lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
En charla con Óscar Cedillo, Víctor Hugo Michel, Salvador Frausto, Azucena Uresti, Elisa Alanís, y Carlos Zúñiga, en Café MILENIO, la "maestra" incluso describió las características de ese abanderado de la oposición.
"Tiene que ser de la sociedad civil, carismático, que le pueda hablar al sector al que le habla el actual presidente y que le entre a la competencia".
A pesar de esto, Gordillo dice que hoy no tiene "gallo ni gallina", aunque reconoce que, de las corcholatas de Morena, se inclina por Marcelo Ebrard "porque le reconozco méritos y capacidad", en contraste con Claudia Sheiunbaum, a quien dice no conocer a la "señora".
Durante el programa transmitido este jueves en MILENIO Televisión, la maestra afirmó que lo único tiene claro es que Morena no es “infalible”.
“No va a ganar porque va a ganar”, asegura.
Gordillo, de 77 años de edad, hizo un repaso de su relación con varios presidentes, igual los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, que el priista Enrique Peña Nieto, e incluso ahora del morenista Andrés Manuel López Obrador, a quien le recomienda superar el tema del "fraude" de 2006.
Para la “maestra”, el mayor error que cometió con presidentes fue con Peña Nieto, a quien acusa que le armó un expediente en siete días para poder detenerla y acusarla de desviar recursos del sindicato.
La ex dirigente del SNTE cuenta a detalle el momento de su detención: "Creía que me iban a matar". Ya presa, la maestra reveló qué fue lo más difícil de esos cinco años: "perder a una hija".
Por ello, garantiza que buscará al ex presidente para preguntarle "¿por qué dañó así al gremio?".
Elba Esther Gordillo afirma que estuvo consciente del poder que tuvo en su momento y si bien no se reconoce que haya sido la mujer más poderosa de México, dice que sí fue "influyente" y que lo sigue siendo, por lo que adelanta que no se retirará de la política pública.
"Ni la muerte ni la cárcel, lo que venga será bueno"...
—¿Está de regreso en la vida política de México, o nunca se fue?—.
De la política nunca se va uno, política es comunicarse, hablar con las personas, política hacemos en la casa, ahora, de la política pública de esa no me voy a retirar, no me he retirado y aquí estoy.
—Pero mucha gente se pregunta por qué está saliendo la maestra Elba Esther Gordillo, ¿cuál es el propósito? ¿Qué quiere? ¿Recuperar el sindicato?—.
Me importa mucho el sindicato y el mundo laboral, pero me importan los ciudadanos también, entonces recuperar un tema que es vital: que la educación esté en el centro de la discusión.
—El presidente López Obrador insiste en que usted participó en el fraude de 2006, ¿qué pasó entonces y por qué el Presidente no termina por superarlo?—.
No sé si termine o no de superarlo, pero categórica y firmemente miente, y miente porque le conviene, porque su paradigma es el 2006 y ojalá lo superara, no hubo tal fraude desde mi perspectiva. Nosotros (SNTE) logramos un acuerdo muy pragmático con el entonces candidato Calderón para participar en la elección, y el Presidente, con todo respeto, es tan protagónico que olvida que había otro tabasqueño que venía de los pantanos, Roberto Madrazo, y que la lucha era contra Roberto Madrazo; nuestro objetivo era que no ganara otro tabasqueño, no Andrés.
—En ese tiempo se hablaba que usted le aportó unos 400 mil votos a Felipe Calderón…—.
Menos, entre 200 y 300 mil...
—Y en una elección tan reñida habría sido importante, ¿cuál fue su influencia concreta en esa elección?—.
La primera parte fue informar cómo iba la elección, fuimos los primeros que tuvimos todititas las actas, nuestro aporte fue, a la hora de la discusión, poder decir: "aquí están el ciento por ciento de las actas que demuestran que ganó Felipe Calderón", no se olviden que hubo una revisión de actas, urnas, casillas. ¿En qué otra parte participamos? En el activismo, en vender la idea, el proyecto y la propuesta de Felipe Calderón, movilizamos, sí lo hicimos, no creo que eso sea delito, nunca he sido rellenadora, ni he sido ratón ni mapache, él (AMLO) podrá tener mayor experiencia que yo en ese tema, lo que sí he sido es movilizadora.
—¿Sigue teniendo esa fuerza movilizadora para llevarle votos a quien vaya para el 2024?—.
Esa no es mi preocupación.
—¿Va a apoyar a alguien? ¿No tiene gallo?—.
No, ni gallina.
—¿Ni Marcelo Ebrard?—.
Marcelo Ebrard cuenta con mi estima con mi respeto, es mi amigo, nunca se niegan a los amigos, cuando menos yo no, reconozco que es un hombre de Estado, me tocó hacer muchas cosas con él desde los 90, no hay que olvidar la trayectoria, en dónde estaba, pero no soy de Morena.
—¿Es su gallo aunque no sea de Morena?—.
El problema no es que si es mi gallo o no, insisto, esa decisión la tienen en Morena y la tiene el Presidente.
—¿Y en la oposición?—.
No veo claro todavía pero eso no quiere decir que esté oscuro o nublado, va a emerger alguien, lo único que estoy clara es que Morena no es infalible, no va a ganar porque va a ganar.
—Si el candidato es Marcelo Ebrard, ¿lo apoyaría con Morena?—.
Tendríamos que discutir algunas cosas con algunas otras gentes, ¡claro! No se deben cerrar las puertas. Estamos viviendo la polarización, lo vivimos aquí, tenemos que decirlo, no ha llegado un momento de la concordia, de buscar el diálogo, de hacer política? El fondo sí me gustaría debatirlo: seguirá México necesariamente teniendo una persona que ostente tal poder, en verdad vamos a pensar en una reforma política haciendo a un lado la institución que nos ha garantizado democracia que es el INE y no revisando el presidencialismo?
—Ha conocido presidentes muy poderosos del PRI, ¿cuál es la diferencia con el presidente actual?—.
Cada quien aplica su estilo personal de gobernar, reflexionemos, ¿esa es la vía de México? ¿Un presidencialismo exacerbado, "unipoderoso", autoritario? ¿No deberíamos reflexionar si ese sistema se agotó ya?
—¿Apoyó a AMLO en la elección de 2018?—.
No, estaba en una situación complicada, saliendo (de prisión) sí, tuve una esperanza, ¿por qué negarlo? Sí creí que podría realmente con "primero los pobres", ¿cuál es mi respuesta? Que están más pobres.
—¿Por qué decidió romper fuego ahora con el Presidente?—.
Desde antes y por una razón en particular: el pasado es para reconocer lo bueno y lo malo que hemos hecho y estar consciente, pero lo que hoy le importa a los mexicanos es el futuro, y lo que nos debemos preocupar es por el futuro de este país. Hubo muchos errores en el pasado, claro, la corrupción, las confrontaciones... eso sí, nunca como hoy tan dramático, yo traté a varios presidentes y nunca vi a uno con un verbo tan exacerbante y ofensivo.
—¿A quién de los presidentes que usted ha conocido considera el más poderoso?—.
(Carlos) Salinas, por su inteligencia. Poder, ¿para qué? Todo mundo tiene temor a decir “quiero ser poderoso” y el poder es para transformar, no para ver ayer, es para ver lo de ayer y corregirlo y hoy este gobierno ve el pasado, se recrea en él para justificar el que no hayan políticas públicas que garanticen el bienestar de los mexicanos; Salinas, de acuerdo o no, tenía un proyecto de nación.
—Viendo el pasado inmediato, estuvo con Calderón, Peña Nieto, López Obrador, ¿dónde considera que cometió el mayor error, donde se equivocó de percepción, de camino, de idea de lo que podría suceder en el futuro cuando eran candidatos y luego presidentes?
Yo creo que fue con el presidente Peña, porque nos confundimos muchísimo que siendo joven iba a significar un cambio, de modernización, de equilibrio, y es falso, ser joven no garantiza necesariamente tener la sabiduría para conducir un país tan complicado como lo es México. En mi caso yo aposté todo a Peña porque venía de una historia muy complicada, yo estuve en contra de Roberto Madrazo, yo no me fui del PRI, me expulsaron, promoví la reforma, estaba convencida de que teníamos que hacer las reformas en ese momento con el PAN a cambio de la política social. Sí tenía cierto problema con mi origen priista y esta vez, creía que ese cambio en el PRI significa Peña y ¿qué pasó? Que lo primero que hace es pegarle a un gremio y a un sector importante del país con una reforma que era iniciativa de Josefina Vázquez Mota y que lo único que iba a generarnos era una polarización política entre la Coordinadora (CNTE) y la vida institucional del SNTE y que atentaba contra los mínimos derechos de un trabajador, una reforma muy lastimosa para los trabajadores.
—¿Por qué fue tan cruel con usted el presidente Peña Nieto? ¿Usted fue la Quina del sexenio pasado?—.
No, no hay comparación entre la Quina y yo. Primera, no fui líder de petroleros, con todo respeto para los petroleros que merecen mi cariño, mi respeto y mi solidaridad gremial, pero los maestros son… el que menos sabe leer y escribir, claro, en Pemex hay ingenieros y gente de muchísimo nivel, pero los maestros son los responsables de la formación de los niños. Lo real, lo que yo creo que pasó es que tanto (Luis) Videgaray como Miguel Ángel Osorio (Chong) creía, uno y otro, que iba a ser presidente y yo me encontré en medio porque Miguel Osorio había sido diputado en el tiempo que a mí me defenestraron y Videgaray creyó que yo tenía grupo político en el PRI y no.
—¿Hubiera hecho algo diferente para no ir a la cárcel?—.
No, hubiera sido una cobardía traicionar a los míos, yo siempre lo he dicho, comí, viví, viajé, trabajé como desesperada por ellos, a los que les debo todos: a los maestros de México.
—¿Fue un acto autoritario de Peña Nieto meter a la cárcel a la principal opositora a la reforma educativa?—.
Fue un acto que vemos muy recurrente hoy y que lo hemos visto antes: la falta de Estado de Derecho, en siete días armaron un expediente.
—¿Le fabricaron pruebas?—.
¡Fabricaron pruebas! Tan es así que salí exonerada y pasé ya por otros tribunales.
—Fabricaron, ¿quiénes?—.
Las fabricó el gobierno anterior, Peña Nieto, su procurador y todo su equipo.
—¿Qué opina de que el ex presidente Peña está exiliado y el ex procurador en la cárcel?—.
En el caso del ex presidente prefiero ser omisa porque no traigo espíritu de venganza porque no me gusta; segunda porque toda acción tiene reacción, yo me opuse a una acción del gobierno, sabía las reglas y me la aplicó; en el caso de Murillo Karam profunda consternación y pena, porque no se puede detener a alguien si no se tienen pruebas contundentes, si hay pruebas que las demuestran.
—¿El ex presidente Peña debe ser procesado por algo?—.
Yo no soy la ley, eso le compete al fiscal, a las autoridades judiciales.
—¿Enrique Peña Nieto la encarceló y Andrés Manuel López Obrador la liberó?—.
No, la ley, no fue en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no, fue en el gobierno del presidente Peña. Yo no sé qué haya pasado, pero sí sé una cosa: tuve una, dos, tres, muchas ofertas para darme la libertad a cambio de una sola culpabilidad, la que yo quisiera y nunca acepté, dije: “¡no!, ¡no!, ¡no!” Hasta mandaron a Juan Díaz y tengo testigos… “yo salgo por los pies por delante hasta no demostrar mi inocencia”. Ese gobierno y éste conculcaron mis derechos políticos, humanos y sindicales.
—¿Qué tan difícil fue la vida en la cárcel?—.
Muy dura, para mí no hubiera sido tan dura pero lo dramático es que haberme detenido género en una chica de mi profundo amor que el cáncer clonara, no pudo aguantar el dolor de ver a su madre en prisión, y ese dolor no tiene cómo explicarse, lo demás, ¿vale? Yo me la gané.
—¿El encierro se lo ganó?—.
Si me lo gané por ser congruente, pues bien ganado, no quisiera ser como Alito, por protegerme destruir la democracia que tanto ha costado en este país y por protegerme, ser cómplice de lo más negativo.
—¿Cree qué hay un pacto de impunidad entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto?—.
Es una especulación, lo que habría que hacer es investigar y ver si lo hay.
—Ya supo qué pasó en su boda, ¿quién quiso boicotearla?—.
Los mandó Murat, el papá (…) fue terrible, primero me lo ocultaron, Maricruz que es mi hija no me quería decir lo que estaba pasando y la persona con quien me casé tampoco, pero cuando me di cuenta, dije: “ahí voy”… destruyeron todo, rompieron todo lo que pudieron, pero dije: “éstos a mí no me van a ganar y menos hoy que he decido dar un paso”…
—También se leyó como un reto ir a casarse a Oaxaca...—.
Es que eso fue tonto de mi parte quizás, pero fue un acto no pensado, como sucede con las emociones, una no es perfecta, y soy mujer y también a un hombre le pasa. Cuando me pidió matrimonio… fuimos a un cumpleaños de un amigo y vimos una boda oaxaqueña con las calendas, la música y me dijo: “cásate conmigo”, y le dije: “si es así la boda, yo me caso”, y ahí decidimos casarnos, sin darme cuenta si ahí era la cuna de la Coordinadora, pero la otra, saben que cuando nos casamos por lo civil fue a media cuadra del edificio de la sección 22 y no pasó nada, absolutamente nada, lo que querían era llamar la atención y lo lograron, pero también logré otra cosa: ¡me casé!
—Al principio decía que a los amigos no se les niega, a usted la negaron mucho cuando estuvo en prisión, ¿no tiene necesidad de ajustar cuentas?—.
Al único que me gustaría preguntarle por qué, aunque me imagino qué, es al ex presidente porque de mí solo recibió cariño y buenos deseos, respeto, afecto, con él sí, con los otros son muy pequeñitos, no están a nuestra altura.
—¿La vamos a ver defendiendo al INE?—.
Sí, voy a sacar un tuit, y voy a marchar y que salga a marchar todo el mundo, no podemos perder memoria histórica, hace 30 años lo que costó formar el IFE, el padrón, la credencial con fotografía… todo lo que vino después de la elección del presidente Salinas. Defender al INE es defender la democracia.
—¿La han buscado de la oposición?—.
He hablado con algunos. Hace mucho con el PAN, he hablado con el propio PRI hasta con Alito hablé, platiqué con algunos gobernadores y todo, pero no me he alineado a ningún grupo, no creo en eso.
—¿Qué opina de Claudia Sheinbaum?—.
Como mujer… me pasa como cuando Echeverría que decía que los jóvenes y lo único que hizo fue desprestigiar a los jóvenes y fueron a fracasar, recordemos, entonces no necesariamente tener cuerpo de mujer hace ser feminista o abandera las causas de las mujeres, por lo tanto yo de la señora lo único que puedo decir es que no la conozco y sí veo cómo está el gobierno de la Ciudad de México, también observó cómo está el Metro.
—Y hablando de mujeres, ¿la actual secretaria de Educación?—.
Dios santo, es que me la ponen muy difícil; siempre dije que no había problema más serio para una mujer que otra mujer, no olviden mi tiempo, me toca en un momento muy, muy machista, soy la primera mujer líder de un sindicato fuerte, poderoso, con opinión, y de los que encontré mayor solidaridad fue de varones, mi problema fue con las mujeres, entonces lo que puedo decir es que simple y llanamente es que no por ser mujer necesariamente tenemos que apoyarnos.
—¿Cree que estamos en el peor momento de educación en los sexenios que ha vivido?—.
Yo creo que sí, si no el peor, igual de malo que los otros.
—¿Cuál cree que haya sido el mejor para usted?—.
En mi experiencia… yo sé que va a molestar mucho, fue con Calderón y con Fox. En razón de que hicimos cambios muy profundos.
—¿Qué características debería tener un líder opositor para ser competitivo en el 2024?—.
Primera, no tener cola y si la tiene aceptarla y pagar los costos, yo creo que eso es importantísimo: que se sienta libre y si hizo algo que se aclare, pida disculpas y siga para adelante, muchos lo han hecho en el mundo y, la otra, saberse comunicar con la gente y tener un gran conocimiento del país, pero real.
—En caso de que Marcelo Ebrard no cuaje en Morena lo vería como un buen candidato que aglutine a la oposición?—.
No les dije que si se comía o se hablaba...
—¿Qué opina de Luis Donaldo Colosio como una posibilidad al 2024?—.
Al apellido le tengo un gran respeto, consideración, la herida abierta de México es Colosio, y el mérito que le veo a Colosio es apellidarse Colosio, es muy joven y le falta madurar, creo que está siendo inteligente al ser sereno y pensar si todavía le falta tiempo, cuando esté convencido, porque en esto también se requiere no solo la capacidad, el conocimiento, sino la emoción y las ganas de ser, que esté dispuesto a entrarle.
—¿Cree que vaya a haber alguna sorpresa o algún personaje que pueda surgir en esta última etapa?—.
Yo sí creo que puede haber una sorpresa.
—¿Quién?—.
Es sorpresa… Creo que tiene que ser de la sociedad civil, carismático que le pueda hablar al sector al que le habla el actual Presidente y que le entre a la competencia.
—¿Pero no necesita estar en pre-pre-pre campaña cómo están todos? ¿No es muy tarde?—.
Las democracias han cambiado y los procesos electorales cuestan muchísimo dinero, tiene que ser en poquito tiempo, además el impacto va a contar.
—¿Algo que usted acepte que haya hecho mal?—.
Hice muchas cosas mal: primero yo creo que tengo un karma: la traición, el poder es muy particular y muy especial. Segundo, nunca recibió el SNTE, un céntimo para hacer campaña de ningún candidato a la Presidencia de la República en mi tiempo, pero sí utilizamos nuestros recursos para hacer política, si eso se puede ver mal… creo que es muy injusto porque un gremio que no puede hacer política tampoco tiene poder para poder hacer escuchar la voz de los trabajadores.
—Se acusó que con su sueldo como maestra podía tener el nivel de vida que llevaba—.
Ustedes saben que toda la vida viví en Polanco, desde que llegué a México. Lo que sucede y aquí lo voy a decir con todo resiento es que a veces no hay investigación, ¿alguien ha dicho o investigado mi origen? Yo soy nieta de un cacique, no quiero hablar mucho de eso y antes hablaba menos por mi madre y huí de mi casa y sí pasé muchas necesidades, hasta caminé descalza, pero soy una mujer de trabajo, claro, los maestros me pagaron todo: la comida, el avión, todo, pero la trabajaba. ¿Cuántos años van que tengo la casa en San Diego (Estados Unidos)? Antes de ser secretaria general del SNTE, mucho antes. Trabajé de mesera, aquí en Insurgentes y Reforma y sacaba de propinas 500 pesos cada noche, lo que ganaba en un mes como maestra.
—Todo eso respecto a sus compras en tiendas exclusivas, su avión, sus casas, ¿es producto de su trabajo?—.
Claro que sí, y algunos regalos, y viví del SNTE, no del erario, todo me pagaba el SNTE: viajes, comida, el avión era del SNTE, blah… pero regresando a la pregunta de la parte oscura, puedo decir que no he matado, no he robado.
—No hubo una defensa pública de sus maestros cuando usted estaba en prisión, ¿qué pasó?—.
Yo. Íbamos a un consejo nacional en Guadalajara, Jalisco, el día que me detuvieron y creo que Peña decidió detenerme porque pensó que yo iba a pedir una huelga nacional o un paro, olvidando que la Constitución no nos permite una huelga (…) y nada más lejano a mi inquietud, íbamos a ver una reforma estatutaria para meter el tema de rendición de cuentas, claro, íbamos a discutir lo de la reforma (educativa) e íbamos a buscar un esquema de lucha, indiscutiblemente. Ese día había quedado en desayunar con Videgaray y en la noche iba a cenar con Miguel Ángel Osorio Chong, ninguno de los dos me canceló.
—¿Fue una emboscada?—.
Ya había una decisión tomada, porque al avión lo perseguía otro avión. El piloto me dijo que venían siguiéndonos.
—Si se dio cuenta que venía un avión siguiéndola, ¿por qué no regresó?—.
Porque no voy a huir, no tenía por qué huir.
—¿Se imaginaba que la iban a detener?—.
No, yo creía que me iban a matar… Por qué teniendo el Pleno en Guadalajara, por qué no me fui de San Diego a Guadalajara, simple lógica, de San Diego a Toluca para venir a la Ciudad de México, a qué venía? A cenar con Osorio y a desayunar al otro día con Videgaray y ahí irme a Guadalajara llevándome un arreglo político, una negociación para quitar (de la reforma educativa) la palabra permanecía, yo no podía llegar a Guadalajara sin nada. Yo me tenía que haber venido temprano de San Diego, pero sentía alguna angustia, ansiedad, era un peso enorme oponerse al gobierno, yo tenía una perrita, me iba a subir con la perrita y la dejé, la encargué, y me subí al avión, cuando despegamos, al ratito, se voltea el capitán y me dice: “nos están siguiendo maestra, ¿me regreso?”, “No, vámonos”, le contesté, y en lugar de ponerme a pensar, me duermo. Días antes me fue a ver Miguel Ángel Osorio y me dice: “Hay que llegar a un acuerdo”, y también me buscó el que iba a ser secretario de Educación, Nuño, me busca y le dije: “No pasa, quítenle la palabra permanencia, es un error”, se los explico pero ellos estaban en otra situación. Cuando esto acontece, yo cito al Comité Nacional en mi casa y les explico lo que está pasando y que no la voy a aceptar pero que tenemos que buscar una salida y entonces le digo a Juan Díaz: “esto va a tener consecuencias muy graves, o me matan o ponen droga en el carro para acusarme de algo, nada más te voy a pedir un favor, yo voy a aguantar lo que sea, pero cuida la casa, no aceptes eso”, y no puedo expresarles la palabra que me dio pero me dice: “primero me hacen 'tal cosa' que yo claudicar”, llegamos a las escaleras y le digo: “dos cosas te pido pase lo que pase conmigo: mi familia que es el SNTE y mi familia de sangre, cuídalos, despreocúpate de mí, yo voy a aguantar”.
—¿Nunca más la volvió a buscar Enrique Peña Nieto?—.
No, pero yo lo voy a buscar un día, lo tengo que encontrar y platicar con él, aunque algunos me dicen que para qué.
—¿Qué le va a decir?—.
¿Por qué? ¿Por qué dañó así al gremio?, ¿por qué me hizo eso cuando éramos gentes que estábamos cumpliendo al ciento por ciento?
—Tendría que ir a España donde está exiliado… ¿qué es peor, el exilio o la cárcel?—.
Depende de la consciencia, yo preferí no andar de saltimbanqui, corriendo…
—¿Ha hablado con Videgaray, Osorio?—.
Con Osorio. No me dijo nada de eso y no le pregunté nada, ¿para qué?
—¿La ha buscado el secretario de Gobernación?—.
Yo lo busqué, tuve la oportunidad de platicar con él, ya tiene tiempo, primero fue a la señora Sánchez Cordero porque hay un tema que no he aclarado bien cuando digo que mis derechos sindicales y políticos fueron conculcados es real, en términos jurídicos, la presidenta del Comité nacional, por elección de un Congreso nacional, con voto secreto, indirecto, yo fui electa, en la prisión no se perdieron mis derechos.
—Entonces, ¿usted sigue siendo la dirigente del sindicato?—.
Así debería ser.
—¿Está consciente de sus negativos?—.
Algunos negativos pueden ser aceptables: el vestido, la bolsa, eso quizás fue un error, para algunos, es un poco de hipocresía porque cuando andamos en la vida pública como te ven te tratan, pero acepto que eso fue un error; otro, lo de mi yerno, le dañó a él y me dañó a mí, también fue un error; otro fue apoyar a candidatos, le metimos recursos a las campañas pero también es cierto que logramos el mejor incremento salarial para los trabajadores de la educación, fue una inversión, por eso no lo veo oscuro.
—¿La necesitan ahora?—.
A mí no me interesa si me necesitan o no, lo que yo necesito es alzar mi voz y decir lo que pienso, eso me hace vital, eso me da vida
—¿Desde dónde le gustaría, en alguna Legislatura?—.
El tema es que en eso están todos, hace la pasarela el PRI y en lugar de entrar a una introspección para hacer una nueva oferta, lo que hacen es levantar el dedo y decir: “yo quiero ser presidente”.
—¿Beatriz Paredes con las siglas del PRI o sin las siglas del PRI?—.
Mis respetos para Beatriz, es una mujer valiosa, inteligente, comprometida, el tema no es ese, el tema es la reflexión de qué PRI cuando la sociedad le puso tache, la discusión era qué hacer para tener una oferta en el 2000, lo mismo para el PAN, Santiago Creel, ¡por favor! Por eso Movimiento Ciudadano les va ganando, porque no trae ese historial de ejercicio del poder. De los candidatos del presidente, si ustedes me preguntan, a quien le tengo respeto, consideración, pues ya lo saben, es público, se llama Marcelo Ebrard porque le reconozco méritos, capacidad, además porque me consta, pero no espero que me dé ningún cargo, ningún puesto, no me interesa.
—¿Alguna vez estuvo consciente de su poder?—.
Claro, y lo asumí con responsabilidad.
—¿La mujer más poderosa de México?—.
No fui la más poderosa pero sí fui influyente y como mujer creo que sí, pero no creo que por el dedo, por la chamba de abajo hacia arriba.
—¿Sigue siendo influyente?—.
Yo creo que sí, en un sector pequeñito pero quiero serlo y si es chiquito lo quiero agrandar.
—¿Hoy sigue temiendo que la puedan matar?—.
No, ni la muerte ni la cárcel, lo que venga será bueno, no me va a amenazar nadie.