Copan Reforma y Plaza de la República en contra de iniciativa electoral del Ejecutivo; replican protesta en más de 50 ciudades; asisten ciudadanos y gritan: “¡a eso vine, a defender al INE!”; también políticos de PRI, PAN, PRD y otras agrupaciones, integrantes de la IP...; José Woldenberg, único orador, rechaza pretensión de alinear al árbitro a la voluntad del gobierno; Lorenzo Córdova agradece apoyo; Martí Batres desata guerra de cifras sobre aforo; protesta provoca en Morena descalificación... y llamados a reflexionar
Una marcha multitudinaria de ciudadanos, empresarios y políticos de oposición tiñó de blanco y rosa el Paseo de la Reforma, la Plaza de la República y las entrecalles circundantes, para manifestar el respaldo de miles de personas al Instituto Nacional Electoral (INE) y el rechazo a la reforma en la materia, propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se trató de una de las manifestaciones más grandes que ha tenido la ciudad en los últimos años y en lo que va del sexenio.
Vistiendo los colores que hoy identifican al órgano, con el rostro protegido, lentes oscuros y gorras, los manifestantes descendieron de autos y autobuses que los llevaron de otras partes de la capital y del país hasta el Ángel de la Independencia, a donde muchos de ellos llegaron dos horas antes de la cita a las 10:30 horas.
Los vehículos colapsaron el tránsito en vías aledañas al punto, que se convirtieron en un gigantesco estacionamiento, aunque muchos de los participantes también se acercaron en transporte público.
Hubo también quienes acudieron en bicicletas, a las que también decoraron con mensajes de apoyo al INE, mientras que algunos rentaron ecobicis, ante la contingencia ambiental activada un día antes.
Pronto, calles como Hamburgo, Río Nilo y otras se atestaron de asistentes, que ya alzaban algunos lonas de vinil impresas a color, banderines, gorras y hasta stickers, para decir que “es un horror estar con Obrador” y que “el INE no se toca”, aunque muchos otros llevaban letreros en cartulinas con mensajes escritos a mano, con plumón.
Los mensajes de los carteles no sólo iban dirigidos a respaldar al INE, sino también a advertir a políticos que sus acciones para defender a este órgano serían vigiladas.
Mientras unas pedían en forma general a los legisladores tener los “valores” necesarios para votar en contra, otras apuntaban explícitamente al líder priista Alejandro Moreno: “¡Te estamos viendo!”.
En brazos de sus dueños o con correa al cuello, whippets, huskies, schnauzer y uno que otro beagle se pasearon entre el contingente con pañoletas rosadas y hasta botas que protegían sus patas del calor.
Cuando los relojes marcaron las 10:30 horas, las personas, en su mayoría de clases medias, avanzaron hacia el Monumento a la Revolución sin un patrón que permitiera identificar una vanguardia, ya que algunos se adelantaron porque llegó mucha gente antes. Si se intentaba establecer alguna avanzada, rápidamente quedaba atrás, superada por la gran cantidad de gente que se iba incorporando adelante.
“¡El INE no se toca!, ¡El pueblo, unido, jamás será vencido!”, repetían a su paso por el Paseo de la Reforma, donde algunos de los policías capitalinos desplegados rompieron formación y dejaron sus escudos a un lado para conversar entre ellos o mirar sus celulares.
La calma se rompía cuando los manifestantes pasaban frente al Monumento a Cuauhtémoc, donde un pequeño grupo de personas externaba su respaldo a la reforma, con pancartas en las que se leía: “Reforma Electoral Va” e “INE nido de ratas”.
“¡Fuck you!, ¿cuánto les pagaron?”, gritaban los inconformes al pasar. “¡No, compañeros, avancen, no se enganchen!”, decía a la par un hombre. “¡El INE, el INE, el INE no se toca!”, insistía el contingente.
Los primeros manifestantes cubrieron la ruta original que marcó el ingreso por Avenida de la República al mitin en el Monumento a la Revolución, donde “Viva México”, de Aída Cuevas, los recibía en las múltiples bocinas que fueron colocadas en la explanada y sus alrededores, junto a amplias pantallas apuntando al templete donde José Woldenberg daría su mensaje.
A las 11:35 horas, en aquel lugar “ya no cabía ni un alma”; los cientos de asistentes que aún no llegaban se aproximaron por otras calles como Ignacio Ramírez, Ponciano Arriaga y hasta Valentín Gómez Farías.
Sin embargo, éstas pronto también se llenaron, por lo que la única opción para la gente fue permanecer de pie frente a las pantallas y bocinas instaladas para escuchar el discurso del exconsejero del IFE.
Pero no todos pudieron escucharlo, unos porque no llegaron hasta el sitio a tiempo; otros, por fallas técnicas que interrumpieron el mensaje cuando la pantalla monumental colocada al pie del monumento dejó de transmitir audio justo a la mitad del discurso del orador, por lo que la gente comenzó a molestarse y a gritar.
Cuando empezaron a llegar los manifestantes al Monumento a la Revolución, todavía estaban activas las fuentes de agua de piso, por lo que los manifestantes tuvieron que apartarse para no ser rociados, aunque después fueron apagadas.
Tras el discurso del exconsejero, los convocantes a la marcha llamaron a los manifestantes a cumplir con “tareas fundamentales”: difundir en cualquier espacio posible el apoyo al INE hasta que el país “se pinte de rosa”, así como organizar comités de defensa del árbitro, en los que hasta morenistas deberán ser incluidos.
Córdova aplaude apoyo en favor de la democracia
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, celebró las manifestaciones de apoyo que se han registrado a favor del órgano electoral.
A través de su mensaje semanal, expresó que los consejeros electorales ven con entusiasmo el hecho de que los ciudadanos salgan a defender la democracia.
“En el INE vemos con entusiasmo y satisfacción que la ciudadanía valore y defienda esa democracia que, con tanto sacrificio, fue construida de manera gradual y colectiva”, señaló.
En el video que compartió en sus redes sociales, en el que se le observa en su oficina leyendo los periódicos de este domingo, reiteró que no salió del país, como acusó Morena, sino que tanto él como los demás consejeros se quedaron en la Ciudad de México para dar seguimiento a las manifestaciones.