Hasta octubre de 2022 la producción de la industria manufacturera en México se ubicaba en términos generales 5.0% por arriba del nivel alcanzado en febrero de 2020, previo a la pandemia de Covid-19, pero la recuperación de este segmento de la economía no ha sido homogénea.
La producción en ocho de las 21 actividades que integran al sector, que representan una tercera parte (33.5%) de la producción manufacturera del país, todavía no ha superado el golpe de la crisis sanitaria, revelan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Entre dichas actividades destaca el caso de la fabricación de equipo de transporte que, por sí sola, participa con una quinta parte de la producción manufacturera y que, a más de dos años y medio de pandemia, todavía se encuentra 7.2% por debajo de los niveles reportados antes de la crisis sanitaria.
En su interior, la fabricación de automóviles y camiones representa la mitad de la elaboración de equipo de transporte. En octubre pasado la producción de vehículos ligeros ascendió a 278 mil 506 unidades, cifra 17.0% inferior a la de febrero de 2020.
“Aun cuando las exportaciones de vehículos han venido creciendo, la producción nacional sigue rezagada. Esto se debe a que se acumularon inventarios importantes y esos fueron los que salieron hacia el mercado exterior. No obstante, la fabricación de nuevos automóviles apenas viene recuperándose”, explicó Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (Cien) del Tec de Monterrey.
Adicionalmente, la suspensión de las cadenas de suministro, especialmente por la escasez de los chips que requieren los automóviles y otros equipos más pesados, también limitaron la recuperación de la producción de vehículos en el país, agregó.
Efecto interno
A la fabricación de equipo de transporte le sigue, en orden de importancia por su peso en la manufactura, la industria química, la cual participa con 5.5% del valor generado del sector, pero que observa un rezago de 1.1%. También está en esa situación la fabricación de maquinaria y equipo, con un peso en la producción de 3.8% y déficit de apenas -0.2%.
A diferencia de la industria automotriz, la industria química depende más del mercado nacional. La evolución más moderada de la economía mexicana ha impedido que el desempeño de la industria química sea más dinámico y por esto no se ha logrado aún su recuperación, mientras que la fabricación de maquinaria y equipo está relacionada con el estancamiento de la inversión física en el país.
“Las empresas nacionales no están optando por ampliar su producción, sino, más bien, una vez que se agoten los inventarios, mantienen su nivel de producción sin llegar a hacer alguna inversión en maquinaria y equipo. Hacen adecuaciones a lo que tienen actualmente”, destacó Magaña.
Adicionalmente a estas tres actividades hay una serie de casos relacionados con la industria textil, entre los cuales sobresale la fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos, con un rezago de -13.1%, el mayor del sector manufacturero.
Le siguen la fabricación de prendas de vestir, con un déficit de -10.2%; fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir, -8.3%, y la fabricación de insumos textiles y acabado de textiles, -4.8%.
Competencia desleal
La industria textil ya enfrentaba un problema importante desde antes de la pandemia, con productos importados principalmente de Asia que han mermado la capacidad de competir de la industria nacional y, por lo tanto, su posibilidad de recuperarse, comentó Magaña.
En su opinión, luce complicado que la recuperación de la industria textil se logre al mismo ritmo que la de las otras actividades manufactureras.
“Aquí lo importante es ver cómo se puede apoyar a la industria nacional para evitar que estas importaciones perjudiquen más su evolución para los próximos años”, afirmó.
El último caso es el de la industria de la madera, cuya producción hasta octubre pasado estaba 1.7% por debajo del nivel reportado en febrero de 2020, con una participación marginal en manufactura de apenas 0.7%.
Riesgos a la vista
Sobre la perspectiva de la industria manufacturera en 2023, Magaña estima que el año que entra será positivo para el sector, pero menos dinámico que este año.
“Mucho va a depender de la evolución de la economía de Estados Unidos, en el sector industrial, que es lo que básicamente impulsa a nuestras manufacturas”, afirmó el experto.