Al rendir protesta como la primera mujer presidenta del Poder Judicial de la Federación, la ministra Norma Lucía Piña Hernández reconoció la determinación de la mayoría de los ministros que la respaldaron para “romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal”.
En un hecho histórico en la lucha por la equidad e igualdad en este país, la abogada de carrera judicial afirmó ante el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que el cargo conferido desde este lunes tiene una doble dimensión: representar a los ministros de la SCJN, a los consejeros del Consejo de la Judicatura Federal y a las mujeres.
“Al mismo tiempo, al ser la primera mujer que preside este Máximo Tribunal represento también a las mujeres. A nuestro nombre les agradezco la congruencia a mis compañeras y compañeros, reconozco la importantísima determinación de la mayoría de este tribunal pleno de romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal. Me siento acompañada, respaldada, acuerpada por todas ellas, por todas nosotras”.}
La ministra añadió al borde del llanto: “Me siento muy fuerte porque sé que estamos todas aquí, nos colocamos por primera vez al centro de la herradura de este tribunal pleno demostrando y demostrándonos que sí podemos”.
“Ni victoriosa ni triunfante”, Piña Hernández agradeció a las mujeres que no se han cansado de intentar cambios que poco a poco, dijo, arrinconan la cultura patriarcal. “Honro en este momento a las que ya no están”, expuso ante un pleno integrado aún por siete hombres y cuatro mujeres, ella incluida.
Aseguró que durante su presidencia se esforzará todos los días por una sociedad más justa, igualitaria, sin violencia contra las mujeres. “Ese un anhelo, que no les quepa duda”, aseguró.
De esta manera, la ministra Norma Lucía Piña Hernández señaló que asume la presidencia de la Suprema Corte y del Consejo de la Judicatura consciente de su complejidad, por lo que ofreció una representación del Poder Judicial de la Federación basada en el estudio, reflexión, acción, autocrítica, honradez y empatía, las mismas que la han guiado en su carrera judicial de 34 años.
“Si bien se antojan la magia y el ilusionismo, lo que ofrezco es una representación basada en las herramientas que me han guiado en lo que soy, en lo que somos como juzgadores: estudio, reflexión, acción, autocrítica, honradez, empatía.
“Así, con lo que sabemos y somos, dando pasos firmes, caminando juntos, estoy convencida de que sabremos aprovechar la oportunidad que representa todo reto en beneficio del Poder Judicial de la Federación, en beneficio de nuestro país, en beneficio de México”, expuso.
Indicó que el resultado de la elección es producto de un arduo proceso en el interior del órgano judicial colegiado, lo que refleja la complejidad nacional e institucional que vive el país.
“Insisto, aquí no hay triunfo, no hay victoria, la Presidencia es resultado de la mayoría. A ella se debe, de ella depende, así lo asumo”, apuntó.