Aumentar la integración económica para ser una región más competitiva a nivel mundial, buscar un nuevo acuerdo migratorio y dejar atrás algunas diferencias sobre el escenario político en el continente. Esas son las tres prioridades del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de cara a la visita a México de Joe Biden y Justin Trudeau para la Cumbre de Líderes de América del Norte la próxima semana. Así lo ha adelantado Roberto Velasco, director general para Norteamérica de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en una entrevista con EL PAÍS a unas horas de que los mandatarios de los tres países den a conocer sus agendas detalladas rumbo al encuentro diplomático, conocido informalmente como la cumbre de los Three Amigos. “Es el encuentro más importante que tenemos en materia de política exterior”, zanja Velasco, “la relación más importante que tiene México es con sus socios del norte”.
La Cumbre de Líderes de América del Norte está por celebrarse la próxima semana, del 9 al 11 de enero, y está previsto que a lo largo de este jueves se conozcan más detalles sobre el itinerario que seguirán los tres mandatarios y sus respectivas delegaciones durante la gira de trabajo en Ciudad de México. Velasco apunta que las llegadas del presidente estadounidense y el primer ministro canadiense están programadas para el lunes. Ese mismo día, Biden y López Obrador sostendrán una reunión bilateral. Para el martes está previsto el encuentro entre los tres jefes de Gobierno.
El canciller Marcelo Ebrard había dicho en diciembre que tentativamente habría primero una reunión en privado entre los tres mandatarios y que después se celebraría una ceremonia con sus equipos de trabajo. Velasco confirma que primero se reunirán a puerta cerrada y que después se establecerán contactos de manera más formal. Para el miércoles, Trudeau y López Obrador tendrán un encuentro bilateral, de acuerdo con el funcionario. “Va a haber varias oportunidades para que los dos presidentes y el primer ministro conversen de manera muy extendida sobre los temas que les interesan a cada uno de ellos”, afirma.
La Cumbre se perfila a seguir un formato similar a la celebrada en noviembre de 2021 en Washington. “El mundo ha cambiado muchísimo desde la última vez que se reunieron y van a poder actualizar la visión común que tienen de cómo Norteamérica puede aumentar su cooperación para hacer frente a los nuevos retos”, agrega Velasco. La agenda de trabajo está marcada por seis ejes: diversidad; equidad e inclusión; medioambiente y cambio climático; competitividad con el resto del mundo; migración y desarrollo; salud, y seguridad. Está previsto que se anuncien acuerdos específicos entre los tres países para cada uno de estos rubros, así como una declaración conjunta al concluir el encuentro. A esos acuerdos se les sumarían otros a partir de las reuniones bilaterales: posiblemente nuevos o la actualización de mecanismos ya existentes como el Acuerdo Bicentenario (Seguridad) o el Plan Sonora (Energías limpias).
¿Qué espera México de la cumbre? Velasco subraya que el país ve en la integración regional una gran oportunidad en el escenario económico mundial. Entre los tres países, apunta, se comercia al año alrededor de un billón de dólares. La delegación mexicana va impulsar una mayor cooperación a partir de la base del TMEC y de una mayor voluntad para que Norteamérica actúe como un bloque y se afiance como una región competitiva. En ese frente, el Gobierno mexicano va a proponer la creación de la Alianza para la Prosperidad de los Pueblos de las Américas, un acuerdo regional para reducir la pobreza y la desigualdad.
Esa es una de tres prioridades. La segunda va sobre migración. México quiere una mayor movilidad laboral y abrir canales para la migración regular como respuesta a las presiones migratorias y a la alta demanda de trabajadores que sigue habiendo en Estados Unidos. La promesa de un acuerdo migratorio ha sido recurrente en la mesa de negociaciones de la cumbre, desde la primera que hubo en 2005 hasta la décima edición que está por celebrarse.
Del otro lado de la frontera, las preguntas de la prensa se concentran en la respuesta de la Casa Blanca ante los flujos de personas sin documentos y de la decisión de mantener el título 42, una medida excepcional adoptada durante la pandemia que el Tribunal Supremo ha decidido mantener. El cierre de las puertas de Estados Unidos ha aumentado la presión en la frontera, donde decenas de miles de inmigrantes esperan en un limbo desde hace meses. El presidente estadounidense dijo el miércoles a la prensa estadounidense que su intención es hacer una visita en el terreno a la frontera con México, la primera desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, tras concluir la cumbre. No está previsto que ningún representante mexicano participe en ese recorrido.
Por último, López Obrador quiere un diálogo con sus homólogos sobre política regional. El presidente mexicano ha hablado en los últimos días de replantear la doctrina Monroe y ha instado a Washington a reconsiderar su política hacia las Américas, tras un pasado de intervencionismo. “Es una conversación que ya han tenido ambos presidentes, promover una mayor integración con respeto a la soberanía de países”, sostiene Velasco. “Esto quiere decir que no haya una política de bloqueos ni sanciones comerciales que lastiman a las sociedades de los países y que han fallado en los propios objetivos que se plantearon”, agrega.
López Obrador se ausentó de la Cumbre de las Américas celebrada el año pasado en Los Ángeles por la exclusión de los Gobiernos de Venezuela y de Cuba. “Fue parte de lo que México transmitió en su momento”, asegura Velasco. “No solo es hablar de los puntos donde hay diferencias, sino buscar puntos en común y una ruta a futuro para la región”, matiza. Ese fue uno de los puntos que el presidente mexicano expuso en una carta enviada a Biden esta semana, aunque el contenido no se ha hecho público. “No me corresponde dar detalles sobre una comunicación del presidente”, zanja el funcionario. México y Estados Unidos han tenido también diferencias en cuanto a la crisis política de Perú y la salida abrupta de Pedro Castillo, pero Velasco aclara que no ha sido un tema que se haya tratado en las últimas reuniones. “De lo que hemos hablado es, en general, de la región”, afirma.
La conversación con Canadá atraviesa varios de los puntos comunes con Estados Unidos, aunque hay dos puntos de coincidencia importantes. Además de una cooperación estrecha en movilidad laboral, la novedad es un acercamiento para tratar temas sobre comunidades indígenas e históricamente marginadas. “Este es un gran punto de encuentro entre las preocupaciones del ministro Trudeau y las posiciones que ha promovido el presidente López Obrador, hay mucho interés internacional respecto a esto, lo que se ha hecho con los yaquis y con otros pueblos originarios de México”, dijo Ebrard hace unas semanas.
“Hay una excelente relación tanto con Estados Unidos como con Canadá”, asegura Velasco. “Esta cumbre será un reflejo de la cooperación muy robusta y dinámica que hay entre los tres países y de la gran voluntad que hay para seguir profundizando esa relación”, agrega. Se trata de la primera visita a México de un presidente estadounidense en casi 10 años. Es también la primera visita de Biden a un país latinoamericano durante su mandato.