El “súper policía”, que comenzó su cita con la justicia estadounidense el día de ayer, a veces se puede convertir en el hombre más violento, en el más fino diplomático y negociador, en un espía, en un político, en un excelente bailarín, en un actor, porque al final de cuentas un juicio es una puesta en escena y Genaro García Luna es un maestro de los disfraces.

Durante su ascenso al poder, el exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón, negoció con todos, con políticos de distintos partidos, criminales, empresarios y autoridades estadounidenses que le brindaron su confianza, dinero y hasta reconocimientos. A la par, García Luna se hacía de sus más oscuros secretos, los engañaba y traicionaba.

Especialistas en seguridad nacional e investigadores que han trabajado desde hace muchos años con testimonios relacionados con García Luna, coinciden en que al juicio lo definirán los pequeños detalles que quedarán ocultos en una lluvia de bombas mediáticas que lanzará el acusado del que se sabe poco pero que conoce a todos

Todo sobre la primera audiencia

La primera batalla la ganó el día de ayer García Luna, de 54 años, quien apareció en la sala del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York vestido con traje azul, corbata a juego y camisa blanca, luego de que su defensa pidiera al juez que lo eximiera de utilizar el uniforme naranja de presidiario.

La vestimenta del exsecretario era similar a la de cuando fue funcionario, pero su pelo lucía casi completamente blanco y su semblante serio y dubitativo, alejado de su pasado enérgico. Incluso, comparado con su equipo de abogados, encabezado por César de Castro, García Luna lucía minúsculo y casi invisible.

Después de tres años preso desde su captura tuvo contacto con otros civiles, miró hacia el público, se puso una mano en el pecho como si saludara de corazón a alguien que conocía desde hace muchos años, en el resto de la audiencia tomó notas, guardó silencio y se abstrajo en sus pensamientos. Quienes lo conocieron opinan que algo está maquinando.

En el exterior del tribunal, un grupo de mexicanos golpeados por la “guerra contra el narcotráfico” pedía justicia a las autoridades estadounidenses.

“García Luna, dí la verdad”, “México exige justicia”, “García Luna, no cubras a nadie” o “Calderón sí sabía”, decían algunas de sus pancartas.

García Luna apareció en la sala del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York vestido con traje azul, corbata a juego y camisa blanca, luego de que su defensa pidiera al juez que lo eximiera de utilizar el uniforme naranja de presidiario

 

Las reacciones de AMLO, Calderón y Fox

En México el primer presidente que le entregó su confianza y lo convirtió en director de la ex Agencia Federal de Investigación de México (AFI), Vicente Fox Quesada, infiel a su naturaleza, guardó silencio. Desde España, Felipe Calderón, quien le otorgó la Secretaría de Seguridad, se le vio en Alicante, España, cantando con mariachi “El martes me fusilan” de Vicente Fernández.

“Me agarraron, de rodillas, adorando a Jesucristo. Sabían que no había defensa en ese santo recinto. Es por eso me fusilan, el martes por la mañana. Matarán mi cuerpo inútil, pero nunca, nunca mi alma”, cantaba Calderón.

En otro tono más lento y a manera de reproche, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó desde la mañanera la “poca cobertura” por parte de la prensa nacional del juicio en contra de García Luna.

“Hoy (ayer) comienza su juicio (…) y todavía no se sabe mucho porque los medios no abordan el tema. Dónde está lo de García Luna, no es nota”, criticó.

Los pasos a seguir

El día de ayer inició la selección de los 12 miembros del jurado, de entre 400 personas, que decidirán el destino de quien fue uno de los hombres más poderosos del país. La selección podría durar hasta una semana.

En el arranque de la selección una mujer rompió en llanto y otra más reconoció sentirse intimidada. También se descartó a personas con problemas de pago, quienes manifestaron no confiar en el sistema, gente que defiende el trabajo de los policías y personas a favor de las drogas.

Por cuestiones de seguridad, no se dará a conocer la identidad del jurado, el cual permanecerá parcialmente aislado, y será escoltado cada día hacia y desde la Corte.

Testigos y pruebas

Después de que termine la integración del jurado, los fiscales y el abogado de García Luna, César de Castro, presentarán sus alegatos iniciales y luego el juez Brian Cogan, quien enjuició a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, dará inicio a la fase de testimonios y pruebas. En total, el juicio podría durar alrededor de ocho semanas.

Aún no se sabe si García Luna hará declaraciones en su propia defensa ni si llegará a un acuerdo con los fiscales a cambio de declararse culpable.

La identidad de los testigos tampoco es clara, pero fiscales estadounidenses han revelado que podrían presentarse en el juicio a varios narcotraficantes, exmiembros del Cártel de Sinaloa y funcionarios mexicanos quienes hablarán de los presuntos sobornos pagados a García Luna.

Se prevé que uno de los testigos principales será Jesús “El Rey” Zambada quien en el juicio de “El Chapo” declaró que en dos ocasiones le entregó maletas con millones de dólares a García Luna.

También podrían estar en la lista Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”, Iván Reyes Arzate “La Reina” y la esposa de Guzmán Loera, Emma Coronel.

Al finalizar el proceso de pruebas y testigos, el jurado entrará en deliberaciones y tendrá que llegar a un veredicto unánime sobre cada cargo que enfrenta García Luna: liderar un grupo criminal, tres cargos de conspiración para la distribución, importación y venta de drogas en Estados Unidos y mentir sobre su pasado al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés).

Los tres rostros de García Luna

Si alguien conoce bien a Genaro García Luna es el periodista Francisco Cruz Jiménez, quien a través de su libro “García Luna, el señor de la muerte” desmenuza la personalidad y andanzas del exsecretario de Seguridad Pública que comenzó como “espía” de Carlos Salinas de Gortari, entró a las altas esferas de la política con Vicente Fox y consolidó su imperio con Felipe Calderón.

Con Enrique Peña Nieto su participación fue menor y con Andrés Manuel López Obrador quedó completamente desdibujado del mapa. Después intentó regresar a la política nacional a través del partido de los Calderón-Zavala, México Libre, pero fue detenido el 10 de diciembre de 2019.

Para entender las claves del juicio, Francisco Cruz, explica las tres principales personalidades de García Luna: el negociador, el político y la máquina para matar.

Genaro García Luna comenzó como ‘espía’ de Carlos Salinas de Gortari, entró a las altas esferas de la política con Vicente Fox y consolidó su imperio con Felipe Calderón

 

Nexos con el narcotráfico

De acuerdo con el periodista, García Luna es una persona astuta y que pudo llegar a las altas esferas del poder gracias a su capacidad negociadora, aunque muchas veces la ambición por el poder ocasionó que traicionara a muchos de sus socios.

Como a los hermanos Beltrán Leyva, con quienes negoció en Acapulco para después capturarlos e incluso asesinarlos como en el caso de Arturo Beltrán Leyva.

“Falta ver la lista de testigos y conocer qué pruebas llevan los fiscales, porque hay gente que afirma que tiene fotos de García Luna recibiendo sobornos.

“Muchos de los testimonios serán de testigos protegidos que tienen ya un trato con Estados Unidos. Pero sí, hay evidencias contundentes de que García Luna es un criminal de carrera completa desde los once años cuando fue reclutado como informante por policías del extinto Servicio Secreto mexicano”, señala.

De acuerdo con el autor, la labor de García Luna era identificar a comerciantes ricos para luego ofrecer esos datos a los agentes, quienes los asaltaban y extorsionaban.

Francisco Cruz, autor de “García Luna, el señor de la muerte” desmenuza las distintas facetas del exsecretario de Seguridad. Foto: Especial
Francisco Cruz, autor de “García Luna, el señor de la muerte” desmenuza las distintas facetas del exsecretario de Seguridad. Foto: Especial

‘Una máquina de matar’

Ya en el poder, García Luna, presuntamente conocido como “El Chango” por su agresividad, se convirtió en un “súper policía” despiadado y en una máquina de matar.

“Genaro García Luna, y tuvo que ser con el visto bueno de Felipe Calderón, permitió y alentó una carrera armamentista entre los cárteles de la droga con armas que venían desde Estados Unidos a través de la operación Rápido y Furioso por la que se introdujeron 2 mil armas con chip para vender a presuntos criminales, pero nunca se detuvo a nadie.

“Antes les conocíamos a los grupos del crimen organizado cuernos de chivo y una que otra metralleta, después inició una carrera armamentista más grande cuando Genaro autoriza la formación del Cártel Jalisco Nueva Generación y de la Familia Michoacana”, explica.

Entre los testimonios que recabó para su libro se encuentran los relacionados con el presunto asesinato del gobernador de Guanajuato, Ramón Martín Huerta, quien falleció en un accidente de helicóptero supuestamente en el que estuvo involucrado un excomisionado de la Policía Federal Preventiva, quien fue acusado de adquirirlo de manera irregular.

“García Luna era una máquina de matar. Cuando se cayó el helicóptero de Ramón Martín Huerta, tengo testimonios que me confirmaron que ya sabían que García Luna era el responsable del operativo. También a muchos de sus cómplices, como Edgar Enrique Bayardo García, él los mandó matar y otros están presos, como Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García”, comenta.

Desde Fox hasta Zavala

El tercer rostro de García Luna que identifica el periodista es el del político que logró meterse en la Presidencia de Vicente Fox.

“Martha Sahagún le abrió las puertas del poder grande en el 2000 cuando pierde Francisco Labastida, todo el proyecto de seguridad, policiaco y criminal se lo vendió a Martha Sahagún porque ellos tenían todo su expediente y el de sus hijos. Llegó a negociaciones con ella, el acuerdo era proteger a sus hijos a cambio de la seguridad del país y le dejaron todo el proyecto. Estos acuerdos llegaron hasta con Margarita Zavala con quien trabajó en la inteligencia de sus campañas y en la de su partido México Libre.

“Es un tipo que conoce la psicología, es un policía, un tipo preparado en inteligencia y contrainteligencia. En eso se preparó en el CISEN, es un tipo que conoce y entiende las reacciones de la gente y no por nada le tienen miedo en Estados Unidos, es un gran actor, es astuto y sabe, no es un tipo cualquiera porque conoce los secretos de seguridad nacional. Tiene bombas en las manos, tiene todos los expedientes de políticos, empresarios, ministros y magistrados corruptos”

Francisco CruzAutor de “García Luna, el señor de la muerte”

Daños y beneficios colaterales

Juan Manuel Aguilar Antonio, especialista en seguridad nacional e investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE) comparte con Reporte Índigo sus apuntes sobre el juicio de Genaro García Luna y enlista cuáles podrían ser los daños y beneficios colaterales.

Los principales afectados, dice el especialista, serán los integrantes del Partido Acción Nacional, la oposición, los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y sus respectivas esposas

Los beneficiados serían el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena.

“La información que vaya saliendo el juicio irá en demérito del Partido Acción Nacional como fuerza opositora que le hace fuerza a Morena. Será interesante ver qué tantos impactos mediáticos logra tener este juicio, pero obviamente se augura que el presidente se va a regocijar y promocionará a su partido y todo esto le ayudará mucho.

“El juicio también debilitaría mucho a toda la política de seguridad pública del Gobierno de Felipe Calderón si se lograra concretar y probar ese nexo entre García Luna y los capos del crimen organizado y también haría mucho en demérito de una figura que todavía y a su manera, considera que puede ser visto como alguien en contra de la actual administración del Gobierno federal”, opina.

Juan Manuel Aguilar Antonio, de CASEDE, opina sobre las afectaciones colaterales del juicio de García Luna y analiza la estrategia de seguridad. Foto: Especial
Juan Manuel Aguilar Antonio, de CASEDE, opina sobre las afectaciones colaterales del juicio de García Luna y analiza la estrategia de seguridad. Foto: Especial

Estrategias de seguridad pasadas y actuales

Al preguntarle sobre las semejanzas y diferencias de la política de seguridad pública de la actual administración con Genaro García Luna, el especialista considera que en la administración del actual acusado, sí había planeación y un proyecto.

“A diferencia de la actualidad, Genaro García Luna sí tenía un proyecto y una visión personal de cómo debía ser el Sistema de Inteligencia del Sistema de Seguridad Pública Nacional, consolidando y estableciendo las responsabilidades de las posiciones estratégicas de instituciones como las Fuerzas Armadas, la Secretaría de Seguridad Pública, el CISEN. En ese sentido era una aspiración consolidar un proyecto que fuera operable.

“Alguien que llega con una intención semejante fue Alfonso Durazo, pero no tuvo margen de maniobra, ni el liderazgo para perseguirla y mejor se fue a su candidatura como gobernador. Ahora vivimos en una fuerte descoordinación sobre cuál es la estrategia de seguridad pública. Es más de reacción y ocurrencias. García Luna, aunque tuvo un objetivo más personal, tuvo planeación”, agrega.

Finalmente, Aguilar Antonio considera que el gran problema de la seguridad en el país es que ninguno de los secretarios de Seguridad ha encontrado las respuestas para contener a los grupos del crimen organizado ni las soluciones a la problemática de la violencia en México.