En reclamo de su sitio en el escenario político, al menos 50 organizaciones civiles preparan una concentración en el Zócalo de la Ciudad de México, el domingo 26 de febrero, bajo la premisa de que la democracia no seguirá avanzando si no existe mayor apertura para la sociedad.
Las organizaciones prevén que, para esa fecha, iniciado ya el periodo ordinario de sesiones en el Congreso, el Senado habrá aprobado el llamado plan B electoral y lo enviará al Ejecutivo para su promulgación, lo que desencadenará impugnaciones, por lo que demandarán a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que resuelva los eventuales recursos de inconformidad.
La movilización, que será el seguimiento de la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) que se realizó el pasado 13 de noviembre, contará con un orador sorpresa, “un personaje de primerísima línea, que no anda buscando una candidatura”, señaló a Excélsior Guadalupe Acosta Naranjo, integrante del Frente Cívico Nacional, “para que no haya protagonismo ni de los líderes de las organizaciones sociales ni partidistas, que seguramente participarán”.
Acosta Naranjo detalló que entre la clase política ha crecido la idea de que, si se quiere que la democracia tenga sentido, se debe abrir paso a la sociedad.
“Nos fuimos desviando al acuerdo entre las cúpulas, con un discurso de ‘los ciudadanos, los ciudadanos’, pero éstos no participan en nada”, lamentó.
Sociedad civil pide no escatimar su fuerza
Reclama que se escuche su voz; el domingo 26 de febrero demandará a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que resuelva los recursos de inconformidad que haya por el plan B de la reforma electoral; ya tienen orador, pero es “sorpresa”, afirma Guadalupe Acosta Naranjo.
La sociedad civil organizada reclama su sitio en el escenario político nacional, no solamente al poder público, también a los partidos políticos en general y en particular a la alianza Va por México —PAN, PRI y PRD—, para lo cual han convocado a una concentración en el Zócalo de la Ciudad de México, el domingo 26 de febrero.
Al menos 50 organizaciones sociales definen la logística de la concentración, que entre sus objetivos está demandarle a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resuelva los recursos de inconformidad que desatará la aprobación del llamado plan B de la reforma electoral, que estiman será promulgado durante la primera semana de febrero.
Calculan que en cuanto inicie en periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión —el 1 de febrero—, el Senado de la República aprobará el plan B e inmediatamente el Ejecutivo Federal emitirá el decreto correspondiente, con su consecuente reacción legal.
Para la concentración, informó a Excélsior Guadalupe Acosta Naranjo, “ya está confirmado el orador, aunque reservo su identidad, porque será una sorpresa, es un personaje de primerísima línea, que no anda buscando una candidatura”; y remarcó que será el seguimiento de la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) que se realizó el 13 de noviembre de 2022.
Se trata, dijo Acosta Naranjo, integrante del Frente Cívico Nacional, “que no haya protagonismo ni de los líderes de las organizaciones sociales, ni de los líderes partidistas que seguramente participarán”.
Como la fecha de la convocatoria de la concentración se dará en el marco del Día de la Bandera, que será el viernes 24, se prevé que todos los participantes porten una bandera de México, como símbolo de la defensa de la patria, de la Constitución y la democracia, y que los asistentes vayan con alguna prenda color rosa, como emblema de la defensa del INE, como sucedió a mediados de noviembre pasado.
“En ese contexto es que el orador que tenemos programado es el perfil adecuado para este evento que reviste mucha importancia para lo que el país tiene enfrente”, comentó Guadalupe Acosta.
A diferencia de la marcha del 13 de noviembre, el acto del 26 de febrero, dijo Acosta, no será una marcha; como entonces, habrá un solo discurso. El templete se colocará a la altura de la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la calle de José María Pino Suárez.
La semana pasada, representantes de organizaciones civiles se reunieron con las dirigencias del PRI, PRD y PAN, en aras de avanzar en la concientización de que la alianza Va por México hacia la elección presidencial de 2024, no será competitiva si los partidos no aprecian el poder que tiene la sociedad civil.
En ese marco les mencionaron las organizaciones sociales a los dirigentes de los partidos políticos sobre la concentración, sin decirles quién será el orador.
“Queremos organizar todo con mucho cuidado y porque queremos que la convocatoria sea de la sociedad, que los partidos vayan sin ningún problema, además ellos están en la defensa del INE; pero si queremos que la sociedad salga al Zócalo, debe de saber que no va a ir a fortalecer a determinado partido o personaje político; vamos a anunciar con tiempo quién es el orador, cuando anunciamos lo de José Woldenberg —para la marcha del 13 de noviembre—, ayudó mucho; eso dejó en claro que no era una grilla y eso queremos también para el 26 de febrero”, dijo Acosta Naranjo.
“Sobre todo ahora que ya hay un mensaje claro de que la calle no es solamente de un movimiento, sino que la sociedad civil se puede organizar, como sucedió el 13 de noviembre, y que se puede apoderar de las calles; ahí está el poder de la gente al margen de los partidos políticos”.
En torno a la sensibilización de las dirigencias partidistas a la convocatoria del próximo 26 de febrero, el ex presidente nacional del PRD mencionó que tanto en el PRI como en el PRD están mucho más abiertos. “En el PAN he escuchado a gente que tiene clarísimo que si no se toma en cuenta a la gente, no les sirve de nada tener una candidatura; no deben repetir el esquema de Ricardo Anaya, ahí se pueden ver en el espejo perfectamente”.
Comentó que a los grupos de la sociedad civil que convocan a la concentración se han sumado 13 exgobernadores panistas, entre los que están Marco Antonio Adame, de Morelos, y el guanajuatense Carlos Medina Plascencia. “A nosotros nos sirvió mucho que ellos dos se sumaran”, señaló.
“Entre la clase política ha crecido mucho la concientización de que debemos dar un empujón para abrirle paso a la sociedad si queremos que en México la democracia tenga un cierto sentido.
“No vamos a seguir haciendo todo esto de la idea cupular que echó a perder la transición a la democracia, nos fuimos desviando al acuerdo entre las cúpulas, con un discurso de ‘los ciudadanos, los ciudadanos’, pero los ciudadanos no participan en nada, nomás los tenemos en el discurso; esa es casi como una labor evangélica: abrirle los oídos a medio mundo para decirle qué hay que hacer”, señaló el integrante del Frente Cívico Nacional.
Adelantó Acosta Naranjo que ya están trabajando en la organización de mesas sobre cómo debe ser el método a seguir en la elección de los candidatos al 2024 y en lo que será el gobierno de coalición, con toda una estructura que provoque un cambio en el presidencialismo exacerbado que se ha vivido en México en los últimos tiempos.
“Nosotros lo que queremos es que se gane la Presidencia y se cambie el modelo presidencialista; es un compromiso que han aceptado los tres partidos políticos; se trata de una presidencia de la República con menos poder para el Presidente; que tiene que ser un gobierno de coalición, en la Constitución ya existe, habría que hacer una ley secundaria, para que el Presidente deje de tener tanto peso y se abandone el viejo presidencialismo, con contrapesos en la ley, la Constitución y el Congreso”, dijo Acosta Naranjo.