El juicio en contra del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, se tornó en un relato sin pruebas tangibles de la corrupción e impunidad que imperan en las más altas esferas del gobierno mexicano y de su relación con los distintos grupos del crimen organizado.
Después de 26 días de proceso en la Corte de Brooklyn y ya con los alegatos de todos los testigos, entre los cuales se encuentran figuras como Jesús “El Rey” Zambada, Edgar Veytia, exfiscal de Nayarit; Sergio Villarreal, operador del Cártel de los Beltrán Leyva o Héctor Villarreal, extesorero de Coahuila, entre otros, las probabilidades de que el jurado encuentre culpable a quien fuera uno de los personajes clave en la estrategia de seguridad del expresidente Felipe Calderón, son bajas.
Por un lado, los 12 miembros del jurado deben estar de acuerdo en que, basados en las pruebas que presentaron tanto los acusadores como los acusados, Genaro García Luna es culpable, algo que parece complicado ante lo polémico del personaje.
Por el otro, la falta de pruebas concretas y el uso excesivo de testigos criminales por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos complica la posibilidad de sustentar las acusaciones hechas en su contra: tres cargos de conspiración para cometer narcotráfico, un cargo de crimen organizado y otro más por falsedad de declaraciones ante autoridades estadounidenses.
“Es un error por parte de la Fiscalía de Estados Unidos creer que únicamente con los testimonios de personajes considerados criminales, los cuales además se están viendo beneficiados al inculpar a García Luna, podrían sostener sus acusaciones y obtener una sentencia en contra de este personaje.
“Esta falta de material tangible en contra de García Luna mina, sin duda alguna, la posibilidad de que se dé una sentencia en su contra, lo que a su vez provocaría un desazón respecto a las revelaciones y pruebas que se esperaban obtener sobre cómo actuaron las autoridades durante el gobierno del último presidente del PAN y su colusión con organizaciones del narcotráfico como los Beltrán Leyva o el Cártel de Sinaloa en tiempos de los Zambada”, opina Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (CASEDE).
Silencio y protección
Una de las situaciones que más llamó la atención en el juicio del lunes 13 de febrero fue la negativa de García Luna a declarar.
Sobre esta situación, Aguilar Antonio, experto en seguridad, dice que la postura del exsecretario de gobierno concuerda con su forma de actuar como secretario de Seguridad Pública.
“Al no hablar evita que con alguna declaración pudieran demeritarlo o tratar de resaltar alguna irregularidad o coincidencia con lo dicho por los testigos. Además, al no haber pruebas concretas en su contra más allá de los alegatos verbales, no confirma ni niega nada.
“García Luna no era de improvisaciones ni de enfrentar interrogatorios o discusiones. Si lo vemos en el ámbito concreto de cuando fue funcionario público y se presentó ante los congresistas donde fue fuertemente confrontado nunca cayó en provocaciones; siempre con sangre muy fría”.
En cuanto al futuro de García Luna al terminar el juicio, el investigador de CASEDE considera que buscará permanecer en Estados Unidos bajo la figura de testigo protegido.
“Creo que el personaje buscará un papel de colaborador con las autoridades de Estados Unidos, con lo cual eventualmente podría incluso obtener una nueva identidad y evitaría regresar a México, en donde la justicia está muy politizada y se buscaría hacer un ejemplo de él”.
Los testigos clave
Sergio Villarreal Barragán alias “El Grande”, uno de los más importantes operadores de la organización delictiva de los Beltrán Leyva cuando estos eran aliados del Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con dicho criminal, entre el 2001 y 2005 la entonces Agencia Federal de Investigaciones (AFI), bajo el mando de García Luna, fue la corporación policial más cercana al referido grupo delictivo y su cooperación fue indispensable para hacer crecer su negocio y debilitar a sus rivales.
Tirso Martínez alias “El Mecánico” o “El futbolista”, aunque Tirso era un narcotraficante promedio, su testimonio como operador en el terreno mostró las enormes cantidades de cocaína que podrían transportarse desde el centro de México hasta el noreste de Nueva York prácticamente sin ser detectados, gracias a la colusión de las autoridades involucradas.
Exfiscal de Nayarit, Edgar Veytia, sentenciado a 20 años de prisión en la misma corte en la que ahora se juzga a García Luna por nexos con el narcotráfico, el exfuncionario, quien busca una reducción en su condena, detalló que García Luna y Calderón Hinojosa le pidieron al exgobernador Ney González que apoyara a “El Chapo”, en la disputa que sostenía con los Beltrán Leyva.
Oscar Nava Valencia “El Lobo”, quien dirigía el Cártel del Milenio, una organización criminal aliada al Cártel de Sinaloa declaró ante el jurado que García Luna recibió millonarios sobornos en distintos momentos de parte del crimen organizado. Dijo que tan solo él le habría dado más de 15 millones de dólares en efectivo.
Harold Poveda, “El Conejo”, intermediario entre los capos mexicanos y los colombianos, dijo al jurado que la Policía Federal estaba al servicio del crimen organizado y reconoció que durante su carrera criminal ganó más de 400 millones de dólares, de los que solo ha regresado uno.
Miguel Madrigal, un experimentado agente especial de la DEA, sostuvo que en 2010 se encontró con Sergio Villarreal alias “El Grande”, lugarteniente del grupo de los Beltrán Leyva.
“Lo que El Grande me dijo es que sabía y tenía información de la colaboración y cercanía de Genaro García Luna con el crimen organizado y quería compartirla”, dijo el detective.
Jesús “El Rey” Zambada, hermano de “El Mayo” Zambada, quien hasta antes de su detención en 2008 era uno de los máximos líderes del Cártel de Sinaloa a cargo del flujo de drogas a través del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, sostuvo que a finales de 2006 se organizaron dos reuniones con García Luna en el restaurante Campos Eliseos en Reforma y que le pagaron 5 millones de dólares en sobornos a cambio de su apoyo.
Los daños a la imagen de México
Más allá de la decisión que tome el jurado sobre el caso de Genaro García Luna, lo narrado en la corte por los testigos, así como las acusaciones planteadas por parte de las autoridades estadounidenses en contra del secretario de Seguridad Pública en la administración del expresidente Felipe Calderón, manchan la imagen de México.
“Sin importar el resultado del juicio, la imagen de México, en donde las autoridades del más alto nivel se coluden con el crimen organizado; así como del sistema de justicia, donde la impunidad reina, queda muy deteriorada”, critica Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (CASEDE).
El experto en la materia, explica que esta no es la primera vez que desde una corte en Estados Unidos se dan a conocer las corruptelas que se cometen en México.
“En el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán, donde además sí se pudieron comprobar parte de sus acciones delincuenciales, también quedaron en evidencia las autoridades mexicanas y el importante papel que desarrollaron para que el Cártel de Sinaloa pudiera llevar a cabo sus operaciones”.
Propiedades y desvíos, otro caso
El camino que Genaro García Luna todavía tiene por delante es complicado, pues de no lograr un trato con el gobierno de Estados Unidos para quedarse en ese país como colaborador de las autoridades, hay varias acusaciones por las cuales aún debe responder.
En México tiene denuncias por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera por desvíos de más de 400 millones de pesos, mientras que en Florida, se le encontraron y aseguraron propiedades, un tema que el juez Brian Cogan rechazó tratar durante estas últimas semanas al argumentar que no es relevante a menos que se compruebe que García Luna trabajaba para un grupo del crimen organizado y de ahí obtuvo el dinero para adquirir todos estos bienes.
De acuerdo con diversas fuentes periodísticas y la propia UIF, el exsecretario de Seguridad Pública posee múltiples mansiones y diversas propiedades, así como restaurantes y autos de lujo entre otros bienes, que presuntamente adquirió con dinero proveniente de actividades ilícitas.
Cierre de jornada
A pesar de que se tenía previsto que los testimonios de los testigos concluyeran ayer tras las declaraciones de Jesús “El Rey” Zambada, el juez Cogan anunció que hoy terminarán con el hermano de Ismael “El Mayo”.
Por su parte, la defensa presentará algún testigo breve y el miércoles, a más tardar, serán los alegatos finales de las partes y luego el jurado comenzará a deliberar, informó el periodista Arturo Ángel, uno de los pocos reporteros en cubrir el juicio directo desde Brooklyn.
Menos de lo esperado
Cuando el juicio en contra de Genaro García Luna comenzó, el presidente Andrés Manuel López Obrador no tardó en aprovecharse de la situación para beneficiarse políticamente y, al mismo tiempo, golpear a sus adversarios, especialmente al expresidente Felipe Calderón, a quien acusa de robarle las elecciones presidenciales en 2006.
“Creo que el presidente buscó explotar el proceso para criticar a su antecesor Felipe Calderón y a la oposición.
“Habló de él en sus mañaneras e incluso se comprometió a informar desde ese espacio sobre la evolución del caso, sin embargo, la falta de pruebas para sustentar las acusaciones en contra de García Luna impidió que se le pudiera dar el peso esperado”, dice Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (CASEDE).
El experto en la materia opina que si llegaran a encontrar al exsecretario de seguridad culpable en la Corte Brooklyn, sería una de las más grandes fortunas para el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Tendría pruebas de lo podrido que estaba el sistema, validando su discurso anticorrupción y golpeando a la oposición, pero difícilmente veremos este escenario”, confiesa el investigador de CASEDE.