Todd Robinson, subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, está convencido de que la creciente demanda de opioides sintéticos, como el fetanilo, debe ser atajada a una gran velocidad tanto en México como en Estados Unidos. Robinson asegura que su país se encuentra cambiando el enfoque con el que aborda el tráfico de drogas: de ser percibido como una guerra a convertirse en un asunto de salud pública. Cada año más de 100.000 estadounidenses mueren por el consumo de opioides. La demanda no deja crecer, pero tampoco el tráfico desde la frontera entre México y Estados Unidos. “El fentanilo concentrado es mucho más peligroso que la cocaína o la heroína. Es más fácil de transportar en paquetes más pequeños, por lo que su cruce en la frontera es mucho más fácil”, advierte.
Antes de estar al frente de la oficina de narcóticos en el Departamento de Estado, Robinson (Nueva Jersey, 60 años) contaba con una larga carrera diplomática con presencia en diversos países de América Latina. Fue, durante tres años, embajador en Guatemala (2014-2017) y después encargado de la oficina de negocios de la embajada de EE UU en Caracas (Venezuela), hasta 2018, cuando Nicolás Maduro ordenó su expulsión. El también diplomático acudió la semana pasada a la Conferencia de Drogas Sintéticas que se celebró en Ciudad de México. Allí conversó con EL PAÍS sobre las perspectivas de EE UU sobre el tráfico de fentanilo.
Pregunta: ¿Qué expectativas tiene Estados Unidos de México para trabajar en el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo?
Respuesta: Me gusta hablar de esto en términos de responsabilidades compartidas, porque hay aspectos de este problema en ambos lados de la frontera. Estamos hablando del aumento de muertes por sobredosis [con opioides sintéticos] en Estados Unidos en los últimos dos años. Mientras que el problema en México es la violencia que rodea a las redes que se dedican al tráfico de estas drogas y el dinero al que tienen acceso para fortalecer sus redes. Así que ambos países tenemos obligaciones y responsabilidades con nuestros ciudadanos para hacer más en el combate al tráfico de opioides sintéticos.
P. ¿Cómo lo harán?
R. Queremos intercambiar más y mejor información. Queremos asegurarnos de saber, en el caso de los precursores de doble uso, quién en México y quién en Estados Unidos está recibiendo estos químicos. Queremos asegurarnos de que los productos químicos, que provienen en gran medida de China, tengan etiquetas precisas que reflejen lo que realmente son y a quién se dirigen, para que podamos tener una mejor idea de lo que es ilícito y lo que es ilícito. Necesitamos involucrar a la industria de la salud y asegurarnos de que estamos produciendo los antídotos necesarios para posibles sobredosis. Queremos asegurarnos de que nuestros socios, encargados de hacer cumplir la ley, tengan acceso a estos antídotos. Queremos asegurarnos de que nuestras dos comunidades tengan acceso al tratamiento.
Es muy importante mostrar cómo Estados Unidos ha cambiado su estrategia en este tema. El hecho de que tengamos un médico a cargo de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas es una señal clara de que estamos viendo esto desde una perspectiva diferente. El primer director de esta oficina fue un general militar. Así que hemos pasado de esta idea de que esto es una guerra a que es mucho más importante centrarse en el sector de la salud pública.
P. La DEA ha insistido recientemente en que necesita mayor cooperación de México. ¿Qué puede hacer este país para romper las cadenas de suministro de drogas?
R. Todos los países, incluido México, debe hacer un mejor trabajo de intercambio de información, asegurándose de saber a dónde van estos productos químicos y asegurándose de que durante toda la operación de tránsito, los productos químicos estén etiquetados correctamente. Necesitamos hacer un mejor trabajo para enfocarnos en dónde están los laboratorios tanto en Estados Unidos como en otros países, incluido México. Tenemos que hacer más para asegurar nuestros puertos a lo largo de la cadena. Tenemos que hacer investigaciones financieras más complejas para que podamos centrarnos en el aspecto monetario y asegurarnos de que estas redes criminales no tengan acceso al sistema bancario internacional. Algunos aspectos de la cadena de tráfico pueden enfocarse en México, pero en realidad es un problema global. El fentanilo realmente está afectando a Estados Unidos. Somos la señal de advertencia. Una vez que ese mercado esté saturado, estas redes buscarán traficar en otra parte del mundo.
P. Hay datos de la Comisión de Sentencias que indican que cerca del 80% de las personas sentenciadas por traficar fentanilo en la frontera son estadounidenses. ¿Quiénes están traficando esta droga de México a EE UU?
R. No he visto esas cifras. Lo que sabemos es qué redes están moviendo fentanilo en particular. Sabemos que es el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ahora bien, ¿algunos de ellos podrían ser ciudadanos mexicoamericanos? Es posible. Sabemos que estas organizaciones tienen su sede aquí en México. Así que es realmente una responsabilidad compartida entre nuestros países el enfocarnos en estas dos organizaciones en particular. Trabajar para dificultarles al máximo el tráfico de drogas hacia el norte, y las armas y el dinero hacia el sur. Y eso es lo que vamos a hacer.
P. Sobre el financiamiento de estas organizaciones. ¿Cómo están usando las nuevas tecnologías, como las criptomonedas y el blockchain, para mover su dinero?
R. Algo que suma complejidad a la situación es el hecho de que las monedas digitales están siendo utilizadas por estas redes para mover su dinero. Hay también otras estrategias que están usando basadas en el comercio. Son redes financieras, con sede en la República Popular de China, que tienen vínculos muy fuertes en México y que están protegiendo a las empresas chinas que están involucradas en el tráfico de los precursores químicos. Estamos mejorando en el seguimiento de esas redes financieras. Pero no es fácil.
P. ¿México está a la altura para detectar estos esquemas financieros?
R. Absolutamente. México tiene expertos financieros que son capaces de hacer investigaciones complejas. ¿Hay más que podamos hacer? Sí. ¿Es necesaria más cooperación entre nuestros países? Absolutamente. No tengo ninguna duda de que las agencias mexicanas pueden hacer este tipo de investigaciones.
P. Han analizado la frontera para conocer cómo funciona el tráfico de fentanilo. ¿Cuáles son las conclusiones que más han llamado su atención?
R. Sabemos que las mismas rutas que se utilizan para el contrabando, las armas, las personas también se utilizan para el tráfico de estupefacientes. También sabemos que las redes que están involucradas en el tráfico de drogas están utilizando formas innovadoras para llevar esas drogas a través de la frontera, por ejemplo, con vehículos aéreos no tripulados, es decir, drones. Esta droga se puede mover en paquetes más pequeños, por lo que es más fácil para ellos esconderlos en vehículos privados y en los camiones que van y vienen. Y aquí está el verdadero problema. El comercio lícito entre responsabilidad es tan importante y tan grande. Lo que tenemos que hacer es encontrar una manera de despejar los caminos para el comercio lícito, pero al mismo tiempo cerrar los caminos para el comercio ilícito. Eso es parte de lo que analizó este estudio para tratar de darnos algunas ideas sobre cómo hacer que eso suceda.
P. ¿Estos grupos están usando a los migrantes para traficar fentanilo en la frontera?
R. Absolutamente. Ambos cárteles, el de Sinaloa y el CJNG están ampliando sus negocios ilícitos para incluir el tráfico de personas. Es probable que estén usando a algunos de ellos para mover estas drogas. Pero aquí tenemos que reconocer que no están usando un solo vehículo. Están utilizando todos los vehículos posibles para mover estas drogas porque es muy rentable. Allí radica la responsabilidad de Estados Unidos de hacerlo menos rentable para ellos, centrándonos en el aspecto de la salud pública.
P. El presidente López Obrador ha sugerido en las últimas semanas prohibir el uso del fentanilo también en el sector médico. ¿Qué opina de esto?
R. No soy un experto médico, así que realmente no puedo hablar de ello. Estoy seguro de que hay una razón por la cual la comunidad médica quiere seguir con el uso de fentanilo. Pero yo diría que debido a la naturaleza del problema –la demanda en Estados Unidos– es una discusión honesta que debe ser retomada. Debido a que tantas personas han muerto y podrían morir en el futuro, no creo que ningún tema deba ser retirado de la mesa de discusión.
P. También el presidente López Obrador insiste en una narrativa en la que supuestamente México no produce drogas sintéticas...
R. Con la información que tengo disponible, tenemos una idea muy clara de quién está detrás de esta red, dónde están y, en gran medida, cómo funciona. La cooperación y la colaboración que estamos recibiendo de nuestras contrapartes mexicanas es fundamental para asegurarnos de que a estas redes les resulte cada vez más difícil hacer lo que hacen y aprovechar las ganancias ilícitas que están obteniendo.
P. ¿Se están enfocando principalmente en Sinaloa?
R. Estamos enfocados en el Cartel de Sinaloa, pero también en el área de Ciudad Juárez. Eso no quiere decir que no esté sucediendo en otros lugares, pero esas son las redes que ahora mismo nos preocupan más.