Graban a Guardia Nacional sobornada por talamontes
En lo que pudiera ser una omisión u complicidad, el 23 de enero de este 2023, la Guardia Nacional detuvo y después liberó a un grupo de talamontes con su carga ilegal en la zona de Topilejo, muy cerca del estado de Morelos.
Pese a que se grabó con un teléfono celular, de noche y con los faros de los vehículos a contraluz, un video y su audio revelan la controvertida situación.
Por las imágenes se puede ver que, del lado de la Guardia Nacional, un efectivo también graba los acontecimientos.
Es de noche y el frío cala en la zona.
El silencio se rompe ante las armas, los gritos de alerta se confunden entre la polvareda provocada por los vehículos de la Guardia Nacional y los elementos que arrinconan a los hombres que transportan troncos cortados de la Reserva de la Biosfera del Chichinautzin.
Se trata de aproximadamente 25 “troceros”, de acuerdo a testimonio anónimo, formaban parte de un grupo mucho más amplio de talamontes, la mayoría de los cuales aún se encuentra en lo alto del cerro, los hombres de avanzada, fueron interceptados por la Guardia Nacional.
-“No robamos, ni matamos, ni secuestramos ni violamos- defiende la voz de quien, al parecer, encabeza a los talamontes.
“Soy servidor público y aquí estoy al frente, cualquier cosa o duda yo les contesto”, se identifica un efectivo de la Guardia, frente a un vehículo, armado y de baja estatura, viste el uniforme blanco de la GN, “traemos gente y no traemos gente tuya”, a pesar de su dicho, le habla a un grupo de supuestos talamontes que aparecen detrás del vehículo principal, “sale, órale” los invita a que se pasen al lado de los civiles.
Uno de ellos, que viste chamarra amarilla les dice a sus compañeros “no viene nada pues, no más la troquita pero dicen tienen que entregar su chamba ¿no? -les explica a sus compañeros mientras, al parecer y fuera de cámara, la camioneta en la que viajaban es inspeccionada.
-Ustedes deben de estar conscientes, güey -dice el talamontes.
La negociación comienza. Se escucha la voz de un hombre que pregunta “¿cuánto pongo?”, “¿están bien estos?”, pero le replican “güey, somos un chingo”. Hay confusión y diversas voces se escuchan a la vez.
Quien se ostenta como jefe del contingente de la Guardia afirma “yo los entiendo, pero es mi trabajo y yo no me voy a pelear con ustedes” dice, mientras los efectivos de la GN, con el arma en descanso, presencian las negociaciones. “Cinco varitos y sale”, dice mientras la cámara lo enfoca claramente.
Entre la confusión pero se escucha “¿los traes?” “son 30 dólares”, “llévense la camioneta, nomás entreguen la gente, no hay pedo”.
“Toda su gente está allá arriba, no hay pedo”, dice el Guardia a cargo de las negociaciones. “Mejor nos acompañan ustedes a buscarlos”, le replican.
Parece que los talamontes no reúnen la cantidad solicitada.
“¿Qué pasó” les reclama el Guardia Nacional.
“Nos quiere ver la cara de pendejo”, dice otro.
Alguien propone ir a buscar el dinero, los guardias se conforman. Se escucha una comunicación por radio y alguien dice “dio su palabra el líder”.
La cámara da la vuelta y se puede apreciar un nutrido grupo de talamontes la mayoría embozados, en el fondo se aprecian dos fogatas.
“Con cien varos que le pongamos cada uno ya, a la verga, nomás que traiga a la gente y ya”, se escucha.
Y continua la cooperación entre mentadas de madre, aunque ya de manera más relajada, los Guardias y los talamontes se confunden, ya no están en distintos frentes, como al principio del video.
Y el mismo personaje que se presentó como servidor público decide después de varios minutos de intercambiar palabras con el numeroso grupo de hombres:
”Órale”- chécale…- para concluir diciendo;
– Sin novedad, avanza, avanza.
Todavía se alcanza a ver un Guardia Nacional, uno de los dos que grababan los acontecimientos que dice, “órale, gracias”.
La Guardia Nacional se va y las camionetas cargadas de troncos continúan su camino.
Este video lo ratificó la redacción de La Jornada Morelos con habitantes de Huitzilac involucrados en la detención y que no están de acuerdo en la devastación del bosque del Corredor Biológico del Chichinautzin, que abarca parte de la delegación Tlalpan, de la Ciudad de México.
“En ese dispositivo no hubo ni un solo detenido, ni uno solo puesto a disposición. Las camionetas llenas de madera ni siquiera las detuvieron, o sea, nada. Un hecho más de corrupción e ineptitud por parte de la Guardia Nacional”, lamentan.
Viene la guerra entre talamontes
De acuerdo al informante anónimo, hay una guerra sorda entre dos grupos de talamontes: los locales, que operan en toda la zona sur de la Ciudad de México, como Topilejo, y la norte de Morelos, en Huitzilac, y los “nuevos” que se dicen miembros de la Familia Michoacana, quienes, hace menos de un mes, mataron a uno de los líderes de los primeros, el conflicto está escalando y, por lo visto, la Guardia Nacional no hará nada.
“A un compañero le dijeron que se juntó un grupo de 30 personas más o menos para ver cómo pelean la plaza [el bosque] a ver cómo se lo van a dividir, entre los michoacanos y los pobladores. Le dijeron que tuviéramos cuidado para que fuéramos a estar enmedio de los plomazos, porque va a estar en serio, se lo van a disputar. Que traen armas largas le llaman barretas, según me dicen, esas vuelan hasta camionetas.”
La tala ilegal, una alternativa de subsistencia
El presidente municipal de Huitzilac, Rafael Vargas, reconoció la semana pasada que en el municipio por lo menos 150 familias viven de la tala clandestina.
Esta actividad es una alternativa tradicional de subsistencia en la que los encargados de cortar los árboles y trocear la madera son los menos beneficiados, económicamente hablando, pues tienen que canalizar la madera en el mercado negro y, desde hace tiempo, ahí es en donde comenzó a involucrarse en la tala el crimen organizado y su red de transporte y distribución y, por lo visto, ahora pretende desplazar a los “productores” locales mediante la contratación de trabajadores provenientes de otras regiones.
De acuerdo a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la tala clandestina es controlada por el crimen organizado en al menos seis entidades del país, y supuestamente ya tiene identificados a grupos delictivos que operan en Chihuahua, Jalisco, Guerrero, Estado de México, Sonora, Durango, Morelos, Chiapas, Oaxaca, Sinaloa y Querétaro.
El Anuario Estadístico de la Producción Forestal de 2017 estimaba que ese año el negocio de la madera ilegal rondaba los 7 mil 123 millones de pesos, una cifra que podría ser mayor por las dimensiones que ha cobrado este delito.