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López Obrador califica de “grave error” el proyecto de la Suprema Corte para anular la transferencia de la Guardia Nacional al Ejército

 

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha pronunciado en contra del proyecto de sentencia de la Suprema Corte de Justicia que propone invalidar el traspaso de la Guardia Nacional (GN) al mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El mandatario ha defendido en su conferencia diaria la reforma legislativa de septiembre de 2022 —impulsada por su partido, Morena— con la que la Guardia Nacional, que había sido creada como una corporación policiaca de naturaleza civil, quedó bajo el control operativo y administrativo del Ejército, una modificación duramente criticada por partidos de la oposición y por colectivos de familiares de víctimas de la llamada guerra contra el narco. López Obrador ha negado este miércoles que el traspaso de la GN signifique una militarización de la seguridad pública y ha defendido que su pertenencia al Ejército garantiza que sea una corporación disciplinada y honesta.

“Si declaran inconstitucional la ley en la materia y se impide que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa, va a ser un grave error, un error garrafal”, ha acusado el presidente en su conferencia mañanera. “La única manera de que la Guardia Nacional se mantenga como hasta ahora, como una corporación para auténticamente defender, proteger, a los ciudadanos, es que dependa de la Secretaría de la Defensa, porque esto significa profesionalismo, disciplina, honestidad, rectitud”, ha añadido.

El martes se dio a conocer un proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara que señala que la Constitución prohíbe expresamente la participación del Ejército Mexicano en labores de seguridad pública en tiempos de paz. La propuesta de acción de inconstitucionalidad, que podría ser votada por el pleno del Supremo la próxima semana, indica que, conforme la Carta Magna, la seguridad pública debe estar a cargo de autoridades civiles y la participación de las Fuerzas Armadas en esa materia debe ser excepcional y regulada, no permanente. Para el ministro, esos preceptos constitucionales son violados por la reforma oficialista que transfirió al Ejército el mando de la Guardia Nacional.

El presidente volvió a insistir este miércoles en que la PF “se echó a perder por completo” y “se corrompió”, y que la única manera de garantizar su funcionamiento recto es que sea un apéndice castrense. “Eso lo deben tomar en cuenta los ministros para tomar una decisión, y ojalá analicen bien el caso, profundicen, que hagan una revisión de cómo se han comportado las corporaciones policiacas en los últimos tiempos”, ha dicho. “Ojalá y los ministros piensen en la seguridad de la gente, que piensen en la importancia que tiene que la Guardia Nacional dependa de la Sedena, como la Fuerzas Armadas y el Ejército. Estamos hablando de aprovechar las escuelas de la Secretaría de la Defensa, la formación, instalaciones, disciplina, todo el legado que tiene esta Secretaría para que se mantenga con honestidad esta corporación”.

López Obrador ha rechazado la acusación de que su reforma sobre la Guardia Nacional sea un refuerzo de la militarización de la seguridad, un fenómeno que se ha dado en México desde el sexenio de Felipe Calderón, que declaró la guerra contra el narco, y a lo largo del de Enrique Peña Nieto, que la continuó sin cambios. López Obrador, que en su momento fue crítico de esa política, ha dicho ahora que en otros países, como en España, Francia e Italia, las Guardias Nacionales están bajo control del Ejército. También ha sostenido que, a diferencia de América Latina, que tiene un largo historial de golpes de Estado militares, en México el Ejército está conformado por soldados humildes. “Es un Ejército surgido del pueblo, no es un ejército de élite, no tiene nada que ver con las cúpulas militares de otros ejércitos en otros países. Aquí los militares de más alto rango, los generales de división, no pertenecen a la oligarquía, no son potentados, la mayoría son hijos de campesinos, de obreros, de comerciantes, de mecánicos, de militares, de profesionales, gente de bien, por eso sostengo que el soldado es pueblo uniformado”, ha dicho.

En toda su historia, el Ejército mexicano ha estado envuelto en escándalos de violaciones a los derechos humanos, desde la matanza de Tlatelolco en 1968, la Guerra sucia y la masacre de Acteal hasta la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y la ejecución extrajudicial de Tlatlaya. López Obrador ha afirmado este miércoles que el responsable de esas tragedias es el presidente de la República en turno. “Desde luego ha habido errores y actos represivos que han manchado al Ejército mexicano, como lo fue en el 68, pero no se debe de olvidar que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas es el Presidente de la República, ellos han llevado a cabo esas acciones reprobables por órdenes del presidente”, ha dicho. Sin embargo, el rosario de violaciones a los derechos humanos cometidas por el Ejército no ha cesado en el obradorismo. Uno de los asuntos más recientes envolvió a elementos de la Guardia Nacional, acusados de asesinar a cinco jóvenes desarmados en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

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Nacional
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