La primera entrega del análisis de indicadores al cuarto año de administración gubernamental, permite ver claroscuros en seguridad pública y una constante caída de la economía local
Las comparaciones, reza el dicho, son odiosas, pero resultan muy útiles para evaluar los resultados. El análisis de indicadores provee datos más allá de los discursos que permiten observar la marcha de Morelos durante los pasados seis años.
El comparativo se basa en el cuarto año de gobierno de Graco Ramírez contra el mismo período en la administración de Cuauhtémoc Blanco. Los dos últimos gobernadores de Morelos llegaron a la fase final de sus administraciones bajo severos cuestionamientos en diversas materias. En El Sol de Cuernavaca, nos dimos la tarea de revisar los datos de cada una de las administraciones al final del cuarto año de ejercicio, los meses de diciembre de 2016 y 2022.
Seguridad, del temor a los robos al miedo a perder la vida
Aunque la violencia en Morelos ya era una preocupación en la etapa de Graco Ramírez, los números del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública permiten ver que la incidencia en homicidios dolosos era bastante menor en la administración anterior. El logro que podría reconocerse a la administración de Cuauhtémoc Blanco es una disminución en los robos a casas, transportistas y ganado.
En el 2016, se registraron 2 mil 285 robos a casa habitación, cantidad que se redujo a 1,502 en el 2022. 996 transportistas denunciaron ser víctimas de los “amantes de lo ajeno” en el 2016 contra solo 148 en el 2022. Los propietarios de maquinaria denunciaron 117 robos en el 2016 contra apenas dos en el 2022. El robo a bancos tuvo un descenso menor, de 24 a 23 casos. Sin embargo, el robo a vehículos automotores creció de 3 mil 667 denuncias a 4 mil 359; 2 mil 356 negocios denunciaron robos en el 2022, contra 2 mil 163 en el 2016.
La violencia ha aumentado en el estado. Los 586 homicidios registrados en el 2016 son poco más de la mitad de los mil 41 reportados en el 2022. Los feminicidios pasaron de 30 a 32. Las denuncias por extorsión aumentaron de 67 a 147 en los seis años del período. En contraste, los secuestros bajaron de 41 en el 2016 a 23 denunciados en 2022.
También los delitos contra la libertad y seguridad sexual han incrementado el número de denuncias, de 958 en el 2016, a mil 372 en el 2022. La corrupción de menores fue de 29 a 38 casos. Y la trata de personas mostró un descenso en denuncias, de 12 en el 2016 a 8 en el 2022.
Las cifras reportadas por el Secretariado Ejecutivo, sin embargo, corresponden sólo a denuncias formalmente presentadas ante las autoridades. Hay delitos que tienen una cifra negra (aquellos que no fueron denunciados) y que de acuerdo con el INEGI llegó en el 2022 al 93% de delitos cometidos. La cifra varía drásticamente en cuanto a los tipos de delito, algunos como el homicidio doloso y el feminicidio tienen niveles de denuncia casi totales; en el caso del robo a casa habitación, a vehículos automotores y a negocios, la cifra también es menor en tanto algunas de las propiedades sustraídas están aseguradas y para hacer efectiva la garantía es necesario realizar la denuncia.
Economía, de la mediocridad a la nulidad
Pese al optimismo de la autoridad estatal, que calcula el ingreso promedio de los morelenses en poco más de seis mil pesos mensuales, los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI reportan una realidad muy lejana. El salario promedio mensual en el 2016 era de dos mil 500 pesos en el estado en empleos formales y 2 mil 6 pesos en informales, y pese a los incrementos al salario mínimo, la cifra creció apenas 50 pesos en empleos formales para colocarse en dos mil 550 en el 2022, y en informales en 2 mil 960 pesos. Mientras tanto, el precio de la tortilla en tortillerías que en 2016 estaba en 16 pesos, alcanzó en el 2022 los 25 pesos con 60 centavos. La leche pasteurizada en tiendas subió de 18.50 a 24.30 pesos el litro en el mismo período.
El aumento en los precios de casas y el bajo ingreso de los trabajadores impactó también en los créditos hipotecarios. En el 2016 cinco mil 167 empleados fueron beneficiarios de créditos de Infonavit, mientras que en el 2022 se repartieron menos de cuatro mil.
La productividad laboral que en el 2016 alcanzaba los 119 pesos, ha disminuido a 110 pesos. Y pese a pagar ligeramente mejores salarios, la informalidad laboral se ha reducido de 65.1% a 64.2% del total de trabajadores. Aunque la proporción se ha reducido, el total de empleados informales ha aumentado de 539 mil 123 en el 2016 a 551 mil 328 en el 2022.
La generación de empleos formales se ha reducido alrededor del 40%. Mientras en el 2016 se crearon cuatro mil 210 plazas formales, en el 2022 la cifra llegó apenas a dos mil 587.
En contraste, la pobreza laboral ha disminuido ligeramente. El 49.9% de los trabajadores en el 2016 no podían cubrir la canasta alimentaria con su ingreso laboral, en el 2022, la cifra es de 47%, no obstante, la brecha entre pobreza laboral entre hombres y mujeres sigue siendo de alrededor del 5%.
En términos más globales, la deuda pública en el estado aumentó de 4 mil 257.9 a 6 mil 225.1 millones de pesos, de acuerdo con cifras del Banco de México. Las exportaciones del estado cayeron de 3 mil 788 a 2 mil 155 millones de dólares. Y la inversión extranjera directa fue de 253 a 78.1 millones de dólares. En contraste, los envíos de remesas crecieron más del 100 por ciento, de 147 en el 2016 a 298 millones de dólares en el 2022.
Hay condiciones que explican la caída en la actividad económica en el período, como el sismo del 2017 y la pandemia por Covid-19, no obstante, los signos de recuperación están muy distantes, según afirman los propios empresarios que padecen lo que ha sido un período de caída constante y que inició antes del 2020, año que trajo la contingencia sanitaria por la pandemia.