Seis de cada diez mexicanos no se sienten seguros en donde viven. Esos son los resultados de la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), un barómetro de la percepción de la inseguridad en 90 ciudades y alcaldías de México para el primer trimestre del año. El porcentaje se dispara por encima del 90% en Fresnillo (un 96%) y Zacatecas (un 94,3%), dos de los principales focos rojos de la violencia en el país. Naucalpan (un 88%), en la zona metropolitana de Ciudad de México, la norteña Ciudad Obregón (un 86,4%) y Uruapan (un 86,2%) en el Estado de Michoacán completan los cinco escaños de las demarcaciones peor evaluadas por sus propios habitantes. Grandes aglomeraciones urbanas como Guadalajara, Ecatepec y Cancún también tienen porcentajes superiores al 80%.
El mapa de la inseguridad y el miedo a la delincuencia refleja la sensación de vulnerabilidad de la población en varias zonas fronterizas como Tijuana (un 71%), Mexicali (un 69,6%), Ciudad Juárez (un 72%) y Reynosa (un 72,7%), con la excepción de Piedras Negras, una de solo tres ciudades en el país donde los porcentajes no superan el 20%, según las estimaciones del Inegi. En el otro extremo del país, Tapachula arroja un 82,1% de habitantes que creen que no es una ciudad segura. La encuesta también pone de manifiesto la factura que ha dejado la violencia que asola a la región en los últimos años: el 85,3% de los ciudadanos de Irapuato se siente inseguro, mientras que en León la cifra roza el 80% y en San Luis Potosí, más del 77%. En las zonas urbanas del Estado de Zacatecas esa sensación de vulnerabilidad es prácticamente generalizada.
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La encuesta pone en evidencia también a varios de los llamados “sospechosos habituales”, los Estados que tienden a ser percibidos como más violentos o con mayor presencia del crimen organizado. En Michoacán, Colima, Guerrero y Jalisco se pinta de rojo en las principales zonas urbanas. Pero también hay sorpresas. Las imágenes de incendios, robos, narcobloqueos y balaceras durante la detención de Ovidio Guzmán en enero pasado no parecen haber tenido un impacto en los encuestados de Culiacán, donde aun así el 51,3% de la población se siente insegura. En otras ciudades de Sinaloa, bastión del cartel homónimo, los números están también por abajo de la media nacional, como en Mazatlán (un 39,7%) y en Los Mochis (poco menos del 25%). En Tamaulipas, por ejemplo, Tampico tiene un porcentaje incluso menor, un 24,1% de percepción de inseguridad, mientras que en Ciudad Victoria y en la fronteriza Nuevo Laredo esa cifra se duplica.
En la zona metropolitana de Ciudad de México, la percepción de inseguridad se concentra en las zonas norte y oriente. Tláhuac, Iztapalapa e Iztacalco son percibidas como las alcaldías más peligrosas, donde siete de cada 10 habitantes se sienten vulnerables. El caso de la capital parece estar atravesado por un componente socioeconómico: los habitantes de zonas tradicionalmente más ricas como Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Benito Juárez se sienten más seguros que los de zonas populares, desde Xochimilco hasta Gustavo A. Madero. Solo San Pedro Garza García (un 18,3%), considerado el municipio más rico de Latinoamérica, tiene una percepción de inseguridad más baja que Benito Juárez (un 19,4%). En contraste, municipios conurbados como Naucalpan, Cuatitlán Izcalli, Ecatepec o Chimalhuacán, ocho de cada diez personas considera que es inseguro donde viven.
Lo que llama la atención de los resultados de la encuesta en la zona metropolitana de la capital es cuando se comparan las percepciones con el porcentaje de personas que han sido víctimas o testigos de un delito. Prácticamente, un tercio de los mexicanos han visto o sufrido la criminalidad en carne propia, pero ese porcentaje se dispara hasta el 62% en Cuauhtémoc y hasta el 52% en Benito Juárez. En Tlalnepantla, por ejemplo, tres de cada cuatro habitantes se sienten inseguros, pero solo el 11% atestiguó o padeció algún tipo de violencia. Hace tres meses, en la última entrega de la encuesta, casi el 40% de los ciudadanos de Álvaro Obregón y Azcapotzalco aseguraron haber estado presente en algún enfrentamiento, pero esa cifra prácticamente ha caído a la mitad.
El componente de género
El género tiene un papel preponderante en la percepción de la inseguridad. Mientras que solo el 54,8% de los hombres se siente inseguro, el 68,1% de las mujeres se siente vulnerable. No hay ningún espacio en donde las encuestadas se sientan más seguras que los hombres: ni en la escuela, ni el trabajo, ni en los centros comerciales, ni en sus coches, por ejemplo.
Prácticamente, cuatro de cada cinco mujeres no se sienten seguras cuando acuden a un cajero automático en la calle, el espacio más peligroso, según las encuestadas. Siete de cada diez tampoco se siente a salvo cuando toma el transporte público y alrededor de seis de cada diez, cuando están en el banco o cuando están en las calles que habitualmente transitan.
Optimistas y pesimistas
Una de cada tres mexicanos encuestados considera que la situación de delincuencia e inseguridad seguirá “igual de mal” y no tiene esperanza de que algo cambie en los próximos 12 meses. El 22%, incluso, cree que las cosas empeorarán en el transcurso del próximo año. En cambio, un 24% se muestra optimista y cree que la situación mejorará. Casi un 18% contestó que la situación seguirá “igual de bien”, de acuerdo con el comunicado publicado este lunes por el Inegi.
A pesar de que la mayoría de los habitantes del país se muestra “pesimista” (alrededor de un 56,8%), es el porcentaje más bajo de opiniones negativas en cuatro años, desde el primer trimestre de 2019 (un 55%), en el arranque del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En la última década, los ciudadanos de México se sintieron más desesperanzados en el último trimestre de 2017, durante la Administración de Enrique Peña Nieto, cuando más de un 73% consideró que las cosas iban a seguir mal o empeorar.
La encuesta también recoge la confianza que tienen los mexicanos en las agencias de seguridad. Pese a la polémica por la militarización de las tareas de Seguridad Pública, el estudio confirma que la mayoría de los ciudadanos confía más en las corporaciones civiles que militares cuando se trata del combate a la delincuencia. La Marina es la mejor evaluada, con más de un 85% de opiniones favorables, seguido del Ejército, con un 82%. La aprobación de la Guardia Nacional, la apuesta principal de la estrategia de seguridad de López Obrador, está más abajo, en 73,6%. Las policías estatales y municipales están mucho más abajo, con un 53,2% y un 45,6%.
En cuanto al desempeño gubernamental, el presidente es el mejor evaluado, con un promedio de 6,6 puntos de aprobación de 10 posibles. Los gobernadores tienen una media de 5,5 puntos en el país, una valoración similar a la de los presidentes municipales y alcaldes, 5,3 unidades. Los problemas que más molestan a los habitantes de las principales ciudades de México suelen también ser atendidos por el orden municipal, como los baches (un 76,7%), la falta de agua (un 56,6%) y de alumbrado público (55,5%), que preocupan más que la delincuencia (poco más del 50%), según el Inegi. La próxima edición de la encuesta está prevista para presentarse en julio próximo.