Hincados y en fila, cuatro hombres y dos mujeres fueron fusilados ayer en Apodaca, Nuevo León.
Descalzos, atados de pies y manos, y con huellas de tortura, los ejecutados fueron llevados a bordo de dos autos a una cerrada donde les dispararon.
Según informes policiales, los seis tenían el tiro de gracia.
La escena del crimen fue un paredón que divide dos sectores del Residencial Palmas de Apodaca, en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Las primeras investigaciones de la Fiscalía estatal apuntaban a un ajuste de cuentas entre bandas rivales, pues se informó que los seis fusilados tenían en el brazo un tatuaje alusivo a un cártel, aunque no se especificó cual.
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