Los obstáculos para los productores van desde la falta de un mercado abierto, hasta las restricciones legales de compra-venta en México
Isidro Cisneros Estrada, integrante del Plan Tetecala y Jefe Supremo en el Municipio de Ayala de los Pueblos Originarios Indígenas de Morelos, explicó la situación:
"Ahorita tuvimos algunos problemas con el cultivo de Cuautla. Estábamos rentando una parcela de una persona que está en el ejido de Cuautlixco, pero decidió volver a sus cultivos y nos pidió el terreno".
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Cisneros Estrada decidió trasladarse a Zacualpan de Amilpas, donde se enfrenta a una nueva demanda: mejorar la calidad de la planta.
"Nos piden elevar la calidad de la planta. El cultivo es a cielo abierto, pero estamos tomando la determinación de empezar a cultivar en invernaderos", declaró Cisneros.
A pesar de estos esfuerzos, el verdadero desafío radica en las restricciones legales que impiden la comercialización de la planta.
"Ahorita ese es el problema. A nivel mundial hay varios países que tienen legalizada la compra de la flor. Estamos tratando de hacer algunos tratados para que se abran los aranceles y poder exportar la planta", dijo.
No obstante, la ausencia de un mercado abierto para el cannabis en México ha detenido la producción.
"Estamos en pausa porque mientras no tengamos los mercados abiertos, una cosa es sembrar, y personas del campo que la pueden y quieren sembrar son muchos, el problema es cómo vamos a venderla", señaló.
Para superar este desafío, los integrantes de este movimiento están a la espera de que el Senado y la Cámara de Diputados legalicen la compra-venta del cannabis en México.
"Si ya se descriminalizó la planta, estamos viendo de qué forma se puede legalizar la compra-venta", concluyó Cisneros Estrada, evidenciando la complejidad del panorama para el cultivo de cannabis en el país.