Desde su construcción en mayo de 2012, esta central de ciclo combinado que produce energía eléctrica con vapor ha generado olas de controversia
En las vastas tierras de Morelos, donde los terrenos agrícolas se salpican de maíz, sorgo y caña de azúcar, la tranquilidad se ve interrumpida por la polémica central termoeléctrica de Huexca, situada en Yecapixtla. Desde su construcción en mayo de 2012, esta central de ciclo combinado que produce energía eléctrica con vapor, ha generado olas de controversia que se elevan más alto que sus distintivas torres de enfriamiento.
Samir Flores: un caso sin resolver
Casi dos años después de la declaración oficial de operaciones de la planta por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en octubre de 2021, el proyecto sigue es una fuente de tensión. A la fecha, el asesinato no resuelto de Samir Flores, defensor del territorio y comunicador indígena, y la respuesta de las autoridades a su caso, son un tema sin resolver.
Samir Flores se opuso a la construcción de la planta y su asesinato atrajo la atención nacional e internacional, y ha enfocado la lente hacia la resistencia al Proyecto Integral Morelos (PIM).
A través de un comunicado, el FPDTA-MPT reafirmó la importancia del trabajo de Soberanes: “La labor de comunicador comunitario que realizaba Samir era intrínseca a su labor como defensor de derechos humanos y del territorio”.
En medio de la controversia, el papel de la justicia se pone en cuestión. La Fiscalía General del Estado se negó a entregar la carpeta de investigación sobre el asesinato de Soberanes a la Fiscalía Especial en Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), lo que ha provocado que el caso se presente ante un juez de control federal.
Versiones encontradas sobre operación de la termo
Según María Elena Olaguez, de la subgerencia de Selección de Sitios de la CFE, la planta ha estado operando a plena capacidad desde octubre de 2021, generando los 649 megavatios programados.
“La central opera al 100 por ciento de su capacidad”, afirmó e insistió en que la energía producida se distribuye principalmente a los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, para satisfacer necesidades, tanto industriales como residenciales.
Juan Carlos Flores, representante legal del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala, cuestiona estas afirmaciones: “La información proporcionada por la CFE muestra una falta de transparencia”.
Señala inconsistencias entre las declaraciones oficiales y la realidad observable en términos de consumo de agua y calidad del aire. Afirma que trabajadores de la planta han confesado que en ocasiones la termo no opera, lo que contradice el rendimiento constante que sostiene la CFE.
"Alivio" de preocupaciones
Los agricultores locales y ejidatarios de la zona de Ayala han reportado una disminución significativa del agua que llega a sus tierras: “Sobre el río Cuautla hay varias presas en el camino que riegan los cultivos de ejidos como Tenextepango y Moyotepec, y aquí llega ya muy poca agua”, dice Domingo Leal, ejidatario de Tecomalco, donde actualmente solo reciben los resquicios de líquido del río.
Leal y otros agricultores temen que la operación de la planta empeore aún más esta situación, ya que la termo extraería 250 litros de agua por segundo del caudal.
La CFE ha intentado aliviar estas preocupaciones al asegurar que la planta no pondría en riesgo la disponibilidad de agua para los cultivos de la región.
No obstante, los agricultores se muestran escépticos y afirman que, aunque la CFE prometió realizar obras de tecnificación, hasta ahora no han visto evidencia alguna de estas mejoras.
“El caudal del río Cuautla ha disminuido notablemente desde que la termoeléctrica entró en operación”, denuncia Juan Carlos Flores. Este hecho, sumado a las emisiones de contaminantes al aire y el ruido, estaría afectando seriamente el ecosistema local.
Sin embargo, Olaguez defiende que “el agua que utiliza la central es adquirida legalmente al municipio”, negando las acusaciones de despojo de agua. A pesar de las controversias, la termoeléctrica desempeñó un papel crucial durante la reciente ola de calor que ha asolado la región, según defendió la abogada.
“La demanda de energía eléctrica ha sido excepcionalmente alta debido al uso intensivo de aires acondicionados”. Gracias a la planta, la CFE habría logrado responder a esta demanda evitando apagones en Morelos, Puebla y Tlaxcala.
Amparos siguen vigentes
Sin embargo, los conflictos legales persisten con 14 amparos legales en contra de la termoeléctrica, el acueducto y el gasoducto. Esto provienen de Morelos, Puebla y Tlaxcala, y representan una intensa lucha legal contra el proyecto. Aun así, la CFE sostiene que “el ciclo de vida útil de la termoeléctrica, calculado inicialmente en 30 años, no se ha visto afectado”.
Incluso existe la posibilidad de prolongar su vida útil mediante actualizaciones de estructura y la introducción de nueva tecnología. Flores resalta las amenazas que supone la infraestructura adicional demandada por el Proyecto Integral Morelos, que incluye la extensión del gasoducto en localidades como Cuautla, lo que ha generado una considerable oposición.
“El proyecto podría tener efectos devastadores en el medio ambiente y las comunidades locales”, advierte. El escenario que rodea a la Central termoeléctrica de Huexca refleja el desafío que enfrenta México, al igual que muchos otros países, en equilibrar la producción de energía, la justicia social y la protección del medio ambiente. La resolución de este conflicto requiere diálogo, transparencia y la consideración de todas las partes involucradas, buscando soluciones que beneficien tanto al desarrollo energético del país como a la preservación de sus recursos y comunidades.