El es una bomba de tiempo A tres años de distancia, el cambio en la dinámica tanto de alumnos como docentes aún tiene consecuencias
Si bien las clases virtuales favorecen la instrucción al hacerla mucho más breve y ágil, durante la pandemia se perdió la guía que representa el maestro en los estudios y todo el poder de socialización que ofrece la convivencia escolar.
Las clases virtuales no solo hicieron que se perdieran las relaciones interpersonales, socioafectivas y emocionales, también hubo cambios en la parte deportiva, pues el hecho de que los estudiantes estuvieran en casa de forma pasiva e inerte afectó su rendimiento físico e incluso incrementó el número de niños y niñas con sobrepeso y obesidad, coinciden docentes.
Las clases a distancia hicieron que se perdiera la convivencia diaria con los compañeros y maestros, que no existiera un vínculo personal porque no era lo mismo estar frente a frente que detrás de una pantalla. “En una escuela se crean vínculos especiales entre maestros y alumnos, y ese vínculo, ese apego, se tiene más cuando se está de manera presencial”, afirma Luis Rey Vera, director de la escuela primaria Plan de Ayala.