La industria de la moda podría convertirse en una gran generadora de riqueza para el país, sin embargo, los creativos e integrantes del sector, deben involucrarse y dominar toda la cadena de valor
La industria de la moda en México tiene un gran potencial económico, pero para detonarlo se tienen que comercializar los diseños nacionales de las pasarelas, un proceso que requiere superar barreras que van desde la formación de los creativos de la industria hasta la ilegalidad que rodea a toda la cadena de valor del sector.
“De nada sirve un desfile si la ropa se descuelga del rack para el evento y se vuelve a colgar para guardarse.
“La ropa se descuelga, se desfila, se manda a producción y se vende. Si no hacen eso están haciendo sólo arte y no van a tener trascendencia”, opina Benito Santos, uno de los diseñadores más prestigiados de México, quien en el marco de la exposición Intermoda, presentó las colecciones de cuatro jóvenes creativos que forman parte del programa de mentoría que impulsa el diseñador y este evento.
La moda se trata de una industria altamente competitiva en la que México participa en condiciones de mucha ilegalidad pese a que ha logrado satisfacer las demandas de los clientes más exigentes, afirma José Pablo Maauad, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive).
“Es tan grave el problema que, dependiendo de las estadísticas que se tomen, entre seis y ocho de cada 10 prendas de vestir que se venden en México tienen algún componente de ilegalidad”, explica el líder empresarial que participó en Intermoda, la exposición más grande de América Latina de este sector celebrada en su segunda edición anual en Guadalajara, Jalisco.
Maauad dice que a este sector económico lo afectan problemas como el contrabando de mercancías, la piratería de la propiedad intelectual, la producción ilegal, la falta de acceso a seguridad social de los trabajadores y la evasión fiscal de las empresas; así como la ausencia de producción de prendas sustentables.
El líder de la industria también señala que la moda mexicana tendrá un papel protagónico debido a dos de los fenómenos por los que está transitando el mundo: el primero es la relocalización de empresas conocido como nearshoring, proceso del que México se está beneficiando; y el segundo, la evolución del mundo laboral que está impulsando la inteligencia artificial.
“En un momento en el que sabemos que la inteligencia artificial va a reemplazar a mucha gente, esta industria va seguir empleando a personas porque se necesitan para hacer prendas, desde el diseño, la fabricación de los materiales, la costura y la distribución, por lo que es una industria que necesita muchas manos”, explica en entrevista con Reporte Índigo.
Integrar la cadena de valor
Para poder aprovechar estos dos elementos que ponen en ventaja a la industria de la moda mexicana frente a otros países, es necesario que los involucrados en el sector participen en toda la cadena de valor.
“La mejor manera de aprovechar estas ventajas de estar en México es agregarle valor al producto, no quedarnos en la manufactura simple, conocida como maquila, sino participar en todo la cadena de valor.
“Desde la conceptualización, el diseño, el desarrollo de la cadena de suministro, la manufactura de alta calidad, la inspección, las normas, el aseguramiento, la logística, la distribución, los canales de venta.
“En la medida en que esto se haga seremos una potencia no solo maquiladora, sino de la industria de la moda completa”, asegura José Pablo Maauad, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido.
Esta misma idea es la que Benito Santos quiere plasmar en las colecciones que lanzaron los jóvenes creativos a los que asesoró como parte del programa IM Mentoring, una incubadora de negocios organizada por Intermoda que, en su primera edición, impulsó el desarrollo de las colecciones con visión comercial de los diseñadores Jacobo Sin A, Paulina Luna, Prisa y Raúl Orozco.
“En estos años he estado compartiendo pasarela con muchos colegas y veo que el proyecto termina en el desfile, que si bien es muy artístico y estético queda solo ahí, entonces mi intención al acercarme con Intermoda fue decirles ‘necesito empezar a trabajar con diseñadores para que lo que se presente en la plataforma de Intermoda pueda comercializarse’.
“Tenemos seis meses para encontrar a la persona que haga una manufactura perfecta. Pero sobre todo que los diseñadores entiendan que hay un segmento para cada uno de ellos, poder encontrarlo, que lo logren localizar y vender”, explica el diseñador en entrevista con Reporte Índigo.
La pasarela de las prendas de estos jóvenes diseñadores mexicanos se cerró con la presentación de la colección Crucero 2024 de Benito Santos, misma que se centró en un homenaje a la pitaya y una ruta representativa del estado de Jalisco de donde el diseñador es originario.
Empleos sin glamour
Detrás del glamour que rodea a la industria de la moda en México hay cientos de miles de trabajadores precarizados y prácticas ilegales de empleo, aunque los líderes empresariales busquen matizar el panorama.
Actualmente este sector en México emplea a tres millones 196 mil personas, de los cuales dos millones 304 mil 448 carecen de un ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza, más de un millón llevan a cabo jornadas laborales que superan las 48 horas semanales y casi dos millones no tienen acceso a organización sindical, de acuerdo con la investigación “La precariedad no pasa de moda”, elaborada por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Beatriz Ibañez, influencer de moda, tendencias y asesora de #Met4Impact, señala que este es uno de los grandes impactos negativos de la industria de la moda y apunta que a nivel global menos del cinco por ciento de los empleos del sector tienen sueldos dignos que cubran sus necesidades básicas.
En el caso de México, se sabe que los supermercados, tiendas departamentales y de telas, prendas de vestir, calzado y accesorios gastan más del triple en publicidad que en las contribuciones al seguro social, las prestaciones y el reparto de utilidades a todo su personal, de acuerdo el reporte de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Mientras Sears, Liverpool y Palacio de Hierro figuran entre las 500 empresas más importantes del país, muestran opacidad en una mejora salarial para sus empleados.
A pesar de que estas condiciones laborales están documentadas y se han señalado, líderes del sector apuntan a que el mercado se encargará de regular estas arbitrariedades.
“Todos estos fenómenos de los que hemos estado hablando como el nearshoring, van a hacer que los puestos de menor percepción tiendan a desaparecer y van a mejorar los salarios, las prestaciones, los ambientes laborales, naturalmente por mercado, aparte se colabora de la mano con la Secretaría del Trabajo para impulsar todo este tipo de iniciativas”, aseguró Juan Porras, expresidente de la Cámara Regional de la Industria de la Transformación (Careintra).
Por su parte, Raúl García, representante de México en Info Markets, afirma que la mayor parte de los fabricantes en el país y el mundo pagan rangos variables y que los empleados mexicanos tienen un escudo gracias a las responsabilidades que se adquirieron en materia laboral con la firma del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Moda sustentable, el camino obligado
La moda es una de las cinco industrias más contaminantes del planeta, ya que genera el 10 por ciento de la polución mundial; pese a ello, el 85 por ciento de la ropa que se maquila acaba en los basureros.
Ante este panorama, la generación de una industria sustentable es indispensable para contener el impacto negativo sin caer en el “greenwashing”, es decir, aquellas prácticas de marketing que dan una idea de responsabilidad ambiental de las empresas sin que haya un compromiso real con el medio ambiente.
“Cada vez más empresas están adoptando esta medida como una oportunidad de negocio sin tomar en cuenta aspectos muy básicos de la sostenibilidad, lo cual es otra de las grandes amenazas o retos a los que nos enfrentamos como industria”, señala Beatriz Ibañez, influencer de moda y tendencias y asesora de #Met4Impact.
La especialista dice que existe una gran oportunidad para de innovaciones para que a través de los negocios se transforme la industria de la moda.
Los principales actores de cambio en este proceso para hacer la industria sustentable son los dueños de los negocios y empresas, afirma la especialista.
“Tener un negocio rentable es el paso número uno, lo básico, pasar de un negocio tradicional con metas puramente económicas a pensar en otros objetivos sociales y medioambientales, con esto estamos transformando nuestra empresa”, explica Ibañez.
Un ejemplo destacado de la producción sustentable de la moda es el Upcycling, con el cual se busca aprovechar prendas que aún se encuentran en buen estado para confeccionar otras totalmente distintas.
Entre los expositores de Intermoda se presentaron diversas marcas de este tipo, entre ellas Angela y Dolores Luxury Upcycling, una marca de origen guanajuatense creada por Mario Galaviz y Angela Contreras.
“Todo el proceso para obtener telas tiene un gran impacto ambiental, pero con el Upcycling nos dedicamos a recuperar las prendas de segunda mano, verificar su calidad y llevarlas al siguiente proceso que es convertirlas en un producto nuevo”, explica Mario Galaviz cofundador de la marca.