Los punteros en la carrera por la candidatura presidencial de Morena se han unido a la condena por las llamadas “boyas antimigrantes” colocadas en el río Bravo, en la frontera entre México y Texas, por el gobernador republicano Greg Abbott. Después provocar una nota diplomática del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y elevar las tensiones entre la Administración de Joe Biden y las autoridades texanas, la última polémica migratoria ha entrado de lleno en la campaña de cara a las elecciones de 2024. Marcelo Ebrard, exsecretario de Relaciones Exteriores, dijo que es un “tema gravísimo” y calificó de “racista” a Abbott. “Es inhumano”, declaró el excanciller de visita en Torreón, en el Estado fronterizo de Coahuila. Claudia Sheinbaum, la exjefa de Gobierno de la capital, comentó esta semana que el uso de dispositivos que se hunden cuando los migrantes intentan cruzar a nado “es inaceptable y violatorio de los derechos humanos más elementales.”
El Gobierno de Biden presentó una demanda contra Abbott, después de que se negara a quitar las barreras contra los migrantes, distribuidas en una franja de unos 300 metros a lo largo del río. “Lo veré en la corte, presidente”, respondió el gobernador y culpó a “la política de puertas abiertas” del mandatario demócrata del “desastre humanitario” en la frontera. López Obrador agradeció el apoyo de la Casa Blanca y recordó que el llamado “muro flotante” es violatorio de los tratados internacionales sobre aguas entre ambos países.
Las corcholatas, como se llama coloquialmente a quienes aspiran a suceder a López Obrador, han encontrado una oportunidad para hacerse eco de los reclamos del mandatario. “Tenemos que cerrar filas con el presidente”, dijo Ebrard, a la espera de que se anuncien las medidas que tomará México. El exsecretario dijo que las acciones de Abbott obedecen a la “demagogia de derechas” y comparó la instalación con la masacre perpetrada en El Paso, en la que fueron asesinadas 23 personas a manos de un supremacista blanco, nueve de ellos de México. “Usan el argumento de ‘nos están invadiendo’ para justificar el uso de la fuerza contra los mexicanos”, agregó. “Es algo que no podemos permitir”.
Morena, el partido de López Obrador, está celebrando 18 foros con miembros del Gabinete, legisladores, académicos y militantes para definir su proyecto de nación de cara al próximo sexenio, de 2024 a 2030. Está previsto que el documento sea presentado el próximo 6 de septiembre, cuando se anuncien los resultados de las encuestas internas para definir al candidato y que el ganador o ganadora de la contienda interna se comprometa por escrito a seguir esas directrices.
“La migración es parte de la historia de la humanidad, de su desarrollo y evolución; sin embargo, ello no ha impedido que se le criminalice o estigmatice”, se lee en la página web del instituto Nacional de Formación Política, el brazo de Morena a cargo de la elaboración del proyecto partidista. “Desde la Cuarta Transformación la atención al fenómeno migratorio debe tener un carácter transversal que abarque temas como la atención de sus causas y el reconocimiento del derecho migrar y a una vida digna”, se agrega en los ejes temáticos de la convocatoria, que concluirá el 20 de agosto.
El limbo legal de la carrera por la presidencia más larga en la historia de México ha provocado que los aspirantes de todo el espectro político no puedan profundizar en sus propuestas ni promocionar las plataformas de sus partidos. La política migratoria, un punto lleno de claroscuros durante el Gobierno de López Obrador, desde la tragedia del centro de detención de Ciudad Juárez hasta el uso de la Guardia Nacional para contener los flujos migratorios, ya había entrado tangencialmente en la contienda interna del partido gobernante.
“Pediré al gobierno norteamericano que tenga mayor respeto para los hermanos migrantes, pues todos tienen derecho a una vida digna y a contar con una vecindad duradera”, dijo la semana pasada Ricardo Monreal, en el Estado fronterizo de Tamaulipas. Adán Augusto López, que tuvo roces con Ebrard tras el incendio en Juárez, también ha prometido respaldar a los migrantes en sus recorridos por el país y se ha pronunciado en contra de las polémicas medidas del gobernador de Florida, Ron de Santis, al igual que el excanciller, su antiguo compañero de Gabinete.
“En la frontera con Texas hablamos a nuestros hermanos mexicanos y mexicanas. Siempre serán protegidos y reconocidos por los Gobiernos de la Cuarta Transformación”, dijo Sheinbaum en su visita a Juárez, al tiempo que reprobó el uso alambre de púas y concertina para frenar el paso de migrantes desde México y Centroamérica. “Vamos a condenar cualquier violación de derechos humanos”, agregó la aspirante, que se comprometió a dar continuidad a los programas de cooperación para el desarrollo para atender las causas de raíz de la migración. Pasado el ecuador de la campaña, las corcholatas han encontrado una nueva razón en la frontera para mostrar su lealtad al proyecto político del presidente y ganar posiciones en la carrera por la candidatura.