Apenas una hora y 40 minutos ha durado el primer debate de los candidatos del Frente Amplio por México, un encuentro cordial, dominado todavía por la resaca de la etapa anterior, la atropellada recolección de las 150.000 firmas necesarias para llegar a la fase final. Los cuatro finalistas han comparecido ante colegas y seguidores en un hotel del Paseo de la Reforma, en Ciudad de México. Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Santiago Creel y Enrique De la Madrid han mostrado unidad y han coincidido en sus críticas al presidente, Andrés Manuel López Obrador, por la “polarización” a la que somete al país.
El Frente ha llamado foro al debate, quizá una forma de evitar semánticas belicistas. Nadie iba a discutir allí: todos proponían. El foro de hoy ha sido el primero de varios que los aspirantes mantendrán en las próximas semanas, en diferentes Estados del país. La idea no era tanto plantear una idea del México que imaginan —aunque había un bloque que trataba precisamente eso— sino constatar la apertura de una nueva fase, enfrentar de alguna forma el aparato mediático de Morena, embarcado en un proceso de selección similar, amparado en Palacio Nacional.
Y para enfrentar a Morena, han elegido uno de los temas que más duele al Gobierno, la inseguridad, una promesa de campaña que no han podido resolver. “La política de abrazos y no balazos es un fracaso. La impunidad genera más violencia, que alimenta círculo vicioso”, ha dicho Gálvez. “La violencia es el principal problema del país”, ha dicho Creel. “Tenemos saldos de guerra. Es el crimen organizado, que está a sus anchas. Me imagino un México donde el estado de derecho sea una realidad y así se combata la impunidad, la corrupción y la violencia”.
El evento ha iniciado con los mensajes de los candidatos, ninguno tan vehemente como el de la priista Beatriz Paredes, que ha mostrado colmillo y cintura. “Nos encontramos en un momento crucial en la vida de México. Un momento en que la experiencia democrática acumulada, en que los demócratas del país desmontamos el régimen de partido hegemónico, vivimos con sorpresa una regresión autoritaria, disfrazada de proyecto progresista. Ha sido una traición a la votación democrática”, ha dicho.
Cada uno ha elegido un tema para iniciar. Paredes ha hecho un guiño al feminismo, señalando que hoy, tres mujeres aspiran a la presidencia del país, ella misma, su compañera panista Xóhitl Gálvez, y la morenista Caludia Sheinbaum. Como Paredes, Creel ha apelado al espíritu democrático. “Estoy aquí por las mismas razones que hace 30 años, cuando decidí formar parte de los grupos ciudadanos de observación electoral. Entonces y ahora se trata de defender la democracia”, ha dicho.
De la Madrid, el primero en hablar, ha sacado espada y mazo, un par de puntos por encima de sus compañeros. Ha utilizado el verbo indignar, algo más rotundo que el tono del resto, para enumerar los problemas que, a su juicio, atenazan a México. “Me indigna ver un México que se desangra. Da vergüenza circular por nuestras carreteras. Me indigna tener un gobernante que le da la mano a la madre del criminal más conocido, pero la espalda a las madres buscadores. Me indigna que esta bola de ineptos hayan tratado tan mal el tema de la pandemia. Me indigna que hayan destrozado el seguro popular, y que nos hayan dejado sin medicinas. Me avergüenza el campo abandonado”, ha dicho.
Gálvez, la gran sorpresa de los últimos meses, ha centrado su discurso inicial —y algunas de sus respuestas posteriores— en el enfrentamiento que ha mantenido con López Obrador. “El presidente le ha cerrado las puertas de Palacio Nacional a los niños con cáncer, a los médicos, a las mujeres, a los maestros, a las madres buscadoras… La puerta de Palacio se abre de adentro hacia fuera. Desde aquí les digo que esa puerta la vamos a abrir juntos. México ya no necesita más odio, más división. México necesita un gobierno de coalición, como el del frente”, ha dicho.
Veteranos de mil batallas, Creel y Paredes parecían entender mejor el tono, el ritmo, a mitad camino entre lo solemne y lo desenfadado. Han sido los únicos que han hecho algo de autocrítica. Al fin y al cabo, el PRI y el PAN, los caballos que tiran al Frente, son los partidos que han gobernado a México en su historia moderna, sobre todo el primero. “Este Frente Amplio plantea una metodología democrática para seleccionar a su candidato. El gran desafío es que esto no sea una farsa. Se trata de la reforma del poder, como dijo [Luis Donaldo] Colosio. La indignación no basta. Lo que tenemos que hacer es transformar el sistema político”, ha dicho Paredes.
Creel, por su lado, ha dicho: “Necesitamos dosis de autocrítica, nuestros partidos no profundizaron en la democratización, nos alejamos de la ciudadanía”.