TEPOZTLÁN, Mor.- Tras el remanso que significó la disminución de la afluencia turística por la pandemia de Covid-19 y apenas recuperándose de una racha de 10 años consecutivos con graves incendios forestales, el Parque Nacional El Tepozteco enfrenta de nuevo la presencia de miles de turistas en fin de semana, acrecentada con la ampliación de la autopista de acceso desde La Pera.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la zona arqueológica que se ubica en la cúspide del Tepozteco recibió 151 mil 270 visitantes entre enero y julio de este año, la gran mayoría en sábados y domingos. Se trata de la séptima zona arqueológica más visitada del País.
Y habría que agregar a los numerosos visitantes que no llegan hasta la zona arqueológica por los horarios o por cansancio.
La Asociación de Guardabosques de Tepoztlán estima la afluencia promedio de fin de semana en el Tepozteco en alrededor de 5 mil personas, aunque puede llegar hasta 10 mil, como sucedió en el pasado carnaval, en febrero.
El saldo incluye hasta unos 200 kilos de basura abandonados en un fin de semana y vegetación estropeada.
Aunque, desde su declaración como Pueblo Mágico hace 20 años, el turismo se ha convertido en el principal motor económico de Tepoztlán -aporta el 68 por ciento del PIB y 2 mil 650 empleos conforme a datos de Sectur y el Inegi-, habitantes del municipio consideran que el costo ambiental es muy alto.
La autoridad municipal se ha visto históricamente rebasada en el control del turismo masivo, por lo cual habitantes de los barrios y comunidades emprendieron por su cuenta el cuidado del área natural protegida.
Algunos de ellos crearon la Asociación de Guardabosques de Tepoztlán, que asumió el combate de los incendios, con sus propios recursos, así como una mínima vigilancia en los senderos de acceso al Tepozteco y la restauración de zonas afectadas.
El Ayuntamiento terminó por reconocer, de forma mínima, su trabajo y acordó entregar una compensación a un número reducido de brigadistas, que además ha estado sujeta a muchos vaivenes.
El apoyo se reactivó en febrero pasado, pero fue suspendido a mediados de agosto, con el argumento de que había concluido ya la temporada de incendios forestales.
Gabino Rodríguez, presidente de la Asociación, reprocha que la autoridad municipal no reconozca la labor que realizan los brigadistas para contribuir a la recuperación de las zonas afectadas por los incendios, para establecer un mínimo control en los acceso a senderos y asumir buena parte de la limpieza de la basura que dejan los visitantes.
Además de las autoridades omisas, indica, la responsabilidad corresponde principalmente a operadores turísticos que trabajan sin ningún control efectivo, ignorando la capacidad de carga de los senderos del Tepozteco al manejar grupos de hasta 30 visitantes, con guías insuficientes y sin preparación y desentendiéndose por completo de los daños ambientales y la basura, en particular la causada por eol consumo de bebidas alcohólicas.
Y mientras tanto, señala, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cobra 90 pesos por persona el acceso a la zona arqueológica, reabierta en septiembre de 2022 luego de permanecer cerrada por seis meses tras un fuerte incendio registrado en marzo, y sólo entrega una mínima parte de lo recaudado al municipio.
GUARDIANES
Luego del largo corredor de puestos de micheladas, comida y artesanías que conduce al sendero principal para ascender el Tepozteco, un grupo de guarbosques pide a los visitantes dejar sus vasos de plástico para pasar y les informan sobre la hora de cierre de la pirámide que se encuentras en la cumbre.
Desde hace más de 30 años, los guardabosques, organizados en brigadas, han jugado un papel clave en la conservación del parque nacional.
Sin dejar de vigilar el paso de los grupos de visitantes, Adriana Mora explica que al inicio de la pandemia de Covid-19 las autoridades decidieron cerrar la zona arqueológica.
Sin embargo, señala, se permitieron los recorridos por senderos del cerro.
"El director de Turismo del Ayuntamiento dio permisos a diestra y siniestra para guías que ofrecían recorridos, y fueron tantísimos que se empezó a deteriorar la parte de arriba", relata.
Fue entonces que se reactivaron las brigadas, actualmente nueve, que se coordinaron y posteriormente se conformaron como asociación civil.
En 2021 se registró un fuerte incendio y se decidió restringir el paso para los guías e instalar filtros para regular la afluencia de visitantes y evitar el ascenso con bebidas alcohólicas en mano.
El Ayuntamiento, reprocha Mora, no reconoce el trabajo que han realizado los guardabosques en los últimos dos años, vigilando senderos y auxiliando a visitantes de 8:00 a 18:00 horas, además de realizar diversas actividades de cuidado ambiental.
Y además, remarca, lidian muchas veces con un turismo impertinente y masivo.
Francisco González, subraya, que la labor de los guardabosques es respaldada y reconocida por los habitantes de Tepoztlán.
"El pueblo lo ve pero las autoridades no. Somo parte de los barrios, nos conocen todos y saben que hacemos una labor y ponemos muchas veces nuestro tiempo para estar aquí", comenta.
Por su parte, Noé Demesa -sin parentesco con el Alcalde, aclara- reclama la falta de apoyos federales.
"La Conanp solo tiene dos elementos para todo el Parque Nacional El Tepozteco y el INAH no aporta nada de lo que cobra por acceder a la piramide".
"No hay ningún estudio de carga, de cuanto puede recibir el Tepozteco, Conanp no lo ha hecho".
Y los guardabosques, indica, son los primeros en atender los incendios forestales, antes que la Conafor, con equipo insuficiente.
Los uniformes y el escaso equipo, como los radios con los que se comunican, explica, fueron donados por empresarios, restauranteros y vecinos.
"Nos baja la moral que nos hagan esto (la suspensión de la compensación), cuando estamos haciendo su trabajo".
"Tepoztlán vive de su imagen. Es incongruente que las autoridades no estén interesadas en esto".