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EL SOL DE CUAUTLA: Persisten pendientes en reconstrucción a seis años del sismo

A la fecha, aún existen inmuebles que no se han reparado en su totalidad y otros donde el peligro de colapso es inminente


 

 
 
 
 
 

El 17 de septiembre de 2017 la historia de Morelos cambió. Un sismo de magnitud 7.1 grados con epicentro en Axochiapan dejó cuantiosas pérdidas materiales y humanas. A seis años de distancia, el estado aún no logra recuperarse en su totalidad.

En aquella ocasión, Morelos fue uno de los siete estados más afectados por el movimiento telúrico que causó daños en casas, espacios culturales e inmuebles históricos que, a la fecha, aún esperan ser intervenidos.

Tras la tragedia, el Programa Nacional de Reconstrucción invirtió en el estado 5 mil 500 millones de pesos de septiembre de 2017 a febrero de 2018 para más de seis mil acciones de reconstrucción de vivienda, infraestructura educativa, centros de salud y patrimonios históricos, de acuerdo con información que dio en su momento la Secretaría de Desarrollo Urbano Territorial y Urbano (Sedatu).

Hasta diciembre de 2022 la Sedatu, a través de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), había destinado un total de mil 539 millones de pesos en la reconstrucción de ocho mil 792 viviendas afectadas tras los sismos de 2017 en el estado de Morelos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el sismo de 2017 dejó un saldo de 259 inmuebles históricos afectados, de los cuales ya fueron entregados 216; actualmente se trabaja en 44 de ellos.

El delegado el Centro INAH Morelos, Víctor Hugo Valencia Valera, reconoció que a seis años del sismo se tiene un avance importante en cuanto a los inmuebles que han terminado; “nos faltas pocos, pero todos esos que nos hacen falta presentan procesos de avance, es decir, tienen avances de entre el 50 y 70 por ciento”, señaló.

El funcionario precisó que se ha aplicado y consolidado un seguro para atender la rehabilitación de los inmuebles para que éstos no se afecten más, y de acuerdo con la logística que manejan, se prevé que sea este año que puedan concluirse en su totalidad los trabajos que se realizan en estos espacios históricos faltantes.

“Se tiene el compromiso de concluir en su totalidad la intervención de los inmuebles históricos afectados en este 2023. Recordemos que el INAH desde el 2017 tuvo que aplicar un seguro, siendo usado en más de 200 inmuebles que registraron daños graves”.

La aplicación de este seguro permitió asegurar los inmuebles estructuralmente, así como consolidarlos, pero, por cuestiones administrativas el seguro fue suspendido.

Valencia Valera reconoció que si el seguro no se hubiera aplicado, los inmuebles tendrían daños paulatinos más fuertes.

Será el INAH quien concluirá en su totalidad la intervención de los inmuebles que hacen falta, teniendo como plazo el mes de diciembre de 2023.

Por el momento, se está trabajando en los exconventos de Ocuituco, Yecapixtla, Jonacatepec, Atlatlahucan y Totolapan, además de que se está interviniendo el templo de Jiutepec y el templo de San Francisco de Tetecala, y se trabajará en 11 inmuebles a través de la Dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura.

“Hay un programa definido con recursos financieros de Hacienda y carteras de inversión y ahorita lo que estamos buscando es que se nos acomoden los tiempos para cerrar el año con la rehabilitación de los inmuebles históricos afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017”, refirió

La fe hace más unida a la sociedad civil

La falta de recursos provocó que organizaciones y sociedad civil se unieran para continuar con los trabajos de reparación bajo los lineamientos del INAH, principalmente en algunos inmuebles religiosos.

“Sabemos que en lugares importantes la ciudadanía ha querido realizar trabajos; sabemos que es muy caro, sin embargo, las comunidades querían realizar los trabajos porque se sentían de alguna forma abandonados, porque en algún tiempo se quedó sin hacer la restauración porque se terminó el dinero del seguro, o lo que se había destinado para este rubro a nivel federal se había quitado”, explica Tomás Toral Nájera, vicario de la Diócesis de Cuernavaca.

La feligresía apoyó con la restauración de algunas iglesias como la que se ubica en Santa Rosa 30, en Tlaltizapán; el santuario de Tepalcingo, mientras que el exconvento de la Natividad, en Tepoztlán, recibió un donativo de un millón de dólares por parte del gobierno de Hungría para continuar con la rehabilitación del inmueble.

Asimismo, el INAH continúa con trabajos en otros centros religiosos, como la Catedral de Cuernavaca, que a la fecha lleva un avance de 70 por ciento en la reconstrucción, específicamente en la capilla de la Tercera Orden del Carmen. Los trabajos podrían concluir en 2024.

Toral Nájera reconoció que aún hay varios inmuebles que necesitan mucha atención; sin embargo, se trabaja en ello; “actualmente, empresas avaladas por el INAH realizan los trabajos necesarios para continuar con la restauración”.

Asimismo se trabaja en la reconstrucción del exconvento de la orden franciscana Santiago Apóstol, en Jiutepec, que, a principios de 2023, recibió a personal del INAH para determinar cuáles son los trabajos que el inmueble histórico requiere, con relación a los muros y elementos arquitectónicos al interior del mismo, tales como pilastras y arcos, “posteriormente se tendrán que hacer los aplanados y la capa pictórica de los elementos intervenidos, además de arreglar la fachada principal y el campanario de dos cuerpos”.

Cabe mencionar que el INAH cuenta con un programas de “Atención a bienes culturales”, el cual contempla los que fueron afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017; éste contó con recursos de un seguro y de hacienda solo para reparar los daños ocasionados por el sismo, limitando la intervención del mismo Instituto, sin tomar en cuenta el deterioro originado por otros fenómenos, como el abandono, la negligencia o el robo, en los cuales no fue posible su intervención; por otro lado, los procesos de conservación también se limitaron, y sólo se autorizaron los estrictamente necesarios para la sobrevivencia de los bienes.

 



La rehabilitación de Catedral lleva un avance de 70 por ciento. / Luis Flores | El Sol de Cuernavaca

Latente, riesgo de colapso en edificios de Cuautla

Cuautla fue uno de los municipios más afectados. Ese día se registró el deceso de un menor de edad.

De acuerdo con reportes que en su momento dieron las autoridades estatales, fueron más de mil 600 casas las que resultaron dañadas, además de escuelas, iglesias y edificios; sin embargo, el número pudo haberse duplicado o incluso triplicado, pero autoridades desconocen las cifras oficiales.

A 72 meses de los hechos el director de Protección Civil de Cuautla, Francisco Jiménez Ventura, informó que a la fecha aún hay tres inmuebles con riesgo inminente de colapso y alrededor de 20 que requieren mantenimiento.

Dijo que en la Heroica aún hay edificios que se dañaron con el sismo, y con las lluvias de cada temporada aumenta el riesgo de que colapsen debido a su reblandecimiento.

Los tres inmuebles que presentan mayor riesgo se ubican en calle Ramírez Ferrara número 18, en el Centro de la Ciudad; se trata de una barda que se pretende demoler debido al peligro que tiene de caer.

Los otros dos inmuebles están ubicados sobre la calle de Matamoros, los cuales tuvieron que ser apuntalados por parte de Protección Civil, uno de ellos era utilizado antes del sismo como restaurante, y el otro es una casa particular.



El edificio de la presidencia de Cuautla podría ser ocupada nuevamente en los próximos meses. / Gude Servín | El Sol de Cuautla

 

Los otros 20 inmuebles están distribuidos en diferentes calles del Centro Históricos, como la casa de calle La Unión, la cual con el sismo fue una de las afectadas, pero que no tuvo apoyo para ser intervenida.

Cabe mencionar que en el caso de los monumentos históricos con decreto presidencial que resultaron dañados, como la Presidencia Municipal, Estación del Tren Escénico de Cuautla, Panteón Municipal, Escuela de Niñas “Hermenegildo Galeana” entre otros, ya fueron intervenidos para su rehabilitación y restauración a través del Programa Nacional de Reconstrucción.

El último caso es la Presidencia Mundial, que logró se le asignara un recurso para la segunda etapa de su intervención.

Con información de Emireth Cossio

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