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REPORTE ÍNDIGO: Violencia, fenómeno con raíces profundas en México

En México, el 35.28 por ciento de los homicidios se perpetran contra personas de entre 15 y 29 años de edad. Foto: Especial

 

La narcocultura, el machismo y la falta de una estrategia por parte de las autoridades para combatir estos problemas que permean en la sociedad, se refleja en las golpizas y riñas entre jóvenes que ocurren todos los días en el país y se viralizan en las redes sociales

El incremento de la violencia criminal en México tiene raíces profundas en la sociedad, siendo la población más joven la más vulnerable y víctima de esta expresión.

Casi todos los días, a través de redes sociales, se difunden videos de golpizas, ataques y riñas entre jóvenes en todas las latitudes del país, teniendo como común denominador la crueldad y la violencia.

El fenómeno no es nuevo, pero las plataformas digitales han visibilizado un fenómeno ligado a la narcocultura y a la alta impunidad.

El pasado 10 de septiembre se viralizó en redes sociales el video de un grupo de jóvenes golpeando brutalmente a Ernesto Calderón luego de que defendiera a una amiga a las afueras de un antro en Puebla.

 

Tanto el Tecnológico de Monterrey como la Universidad Anáhuac condenaron los hechos y expulsaron de su institución a los estudiantes implicados en la golpiza, mientras que la Fiscalía local informó que tenía detectados a los agresores y se comprometió a que no habría impunidad en el caso.

Ernesto Calderón está fuera de peligro y las autoridades no han informado qué fue de sus agresores.

A los pocos días se viralizó otro video en el que se ve cómo un grupo de más de 10 jóvenes golpean con palos a Brayan Esteban, de 20 años, en Cancún, Quintana Roo, luego de que presuntamente había ido a recoger a su novia a una fiesta.

En el video se escuchan gritos y risas y no se ve a alguien que haya intentado frenar la golpiza. Días después la Fiscalía de Quintana Roo informó que habían detenido a tres de los agresores.

 

En Ciudad Obregón, Sonora, un alumno del CETIS-69 noqueó a un compañero de un golpe en el rostro momentos después de salir de clases.

En otro video, igual viralizado en redes sociales, se ve cómo los estudiantes, aún con uniforme, protagonizan la pelea en un campo llanero de fútbol.

Luego de que la grabación se populariza en las redes sociales, el Centro de Estudios Tecnológico, Industrial y de Servicio No. 69, condenó cualquier acto de violencia e informó que el joven agredido se encuentra estable y fuera de peligro.

Por su parte, la Asociación Estatal de Padres de Familia (APEF) exhortó a los padres a conversar con sus hijos para que eviten participar en riñas escolares.

“Es parte de la educación que debemos de dar en casa, obviamente, de respetar las reglas, de respetar al compañero, al prójimo”, dijo la asociación.

La Secretaría de Educación y Cultura (SEC) informó que daría seguimiento al caso, pero hasta la fecha no ha dado más detalles de cómo sancionó a los agresores.

Víctimas del contexto

En México cada año ocurren más de 33 mil delitos contra menores de edad, 13 mil de ellos son homicidios y 95 feminicidios.

Además, a nivel nacional, existen más de 3 mil adolescentes en conflicto con la ley y más de 66 mil personas entre los 18 y 29 años de edad se encuentran en prisión. Además, la principal causa de muerte de las personas de 15 a 35 años de edad son las agresiones.

Cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) revelan que el 35.28 por ciento de los homicidios se perpetraron contra personas de 15 a 29 años de edad.

 

Al respecto, la Encuesta Nacional de Adolescentes en el Sistema de Justicia Penal, también del INEGI, concluye que de los jóvenes en conflicto con la ley, el 56.5 por ciento tuvieron una sanción en externación; 30 por ciento en internamiento; 8.7 por ciento en internamiento preventivo; 2.6 por ciento en proceso en libertad y 1.0 por ciento con sanción de semi internamiento.

Sobre esta situación, la organización Justicia Juvenil Internacional informó que la violencia ejercida por los jóvenes se debe a múltiples factores, entre los que se encuentran ambientes inseguros en la niñez por la ausencia de sus padres, el incremento de la inseguridad en sus comunidades y las carencias económicas y educativas.

Este caldo de cultivo ocasiona que durante la adolescencia y en las escuelas se materialicen expresiones de violencia como el acoso escolar o bullying, el acoso sexual, el hostigamiento, la violencia entre pares y el consumo de sustancias prohibidas.

Para atender la problemática, la organización recomienda primero entender el contexto en el que viven los jóvenes y comenzar a diseñar estrategias integrales de intervención, dejando de lado la visión del castigo.

 

Pero para que esta estrategia se materialice se necesita presupuesto, coordinación entre todas las autoridades escolares, los padres de familia y la sociedad en general.

Finalmente, Justicia Juvenil Internacional señala que muchos de los jóvenes en el país no reúnen los requisitos para ser acreedores de algún programa social o beca por parte del Gobierno federal y, en caso de poder acceder, el monto que pueden obtener es mucho menor al dinero que pueden conseguir a través del crimen organizado o de otras actividades delictivas.

Problema normalizado

Para entender el contexto de violencia criminal que padecen los jóvenes y las posibles implicaciones en su comportamiento, Reporte Índigo platicó con el especialista en seguridad y actual investigador postdoctoral del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Juan Manuel Aguilar Antonio.

El especialista, también integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), considera que la violencia impacta fuertemente el comportamiento de los jóvenes, al normalizarla y verla como algo cotidiano.

“Un contexto de mucha violencia impacta fuertemente en la sociedad y provoca un fenómeno que es la normalización de la violencia. Es decir, al verla como una situación persistente o crónica y no como hechos aislados, ocasionado que se pierdan valores como el de la vida y los derechos humanos.

El uso de la violencia en México entre la juventud es un fenómeno común, el cual rara vez se castiga y al que están expuestos de manera cotidiana tanto en el ámbito familiar como escolar. Foto: Especial
El uso de la violencia en México entre la juventud es un fenómeno común, el cual rara vez se castiga y al que están expuestos de manera cotidiana tanto en el ámbito familiar como escolar. Foto: Especial

“Este fenómeno tiene arraigo principalmente en la gente joven que percibe que estos actos violentos son permisibles y por eso muchas veces los replican”, explica.

Otro fenómeno que influye drásticamente para que ocurran este tipo de agresiones entre la juventud, dice Aguilar Antonio, son los altos índices de impunidad.

“En conclusión, no hay un castigo cuando se cometen actos violentos y por eso ocurren de manera cotidiana”, agrega.

De acuerdo con la organización Impunidad Cero, en México, de cada 100 delitos que se cometen, solo 6.4 se denuncian y de cada 100 que se denuncian, solo 14 se resuelven.

“Esto quiere decir que la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan solo de 0.9 por ciento. De este tamaño es la impunidad en México. A estas cifras responde la baja confianza que reportan los ciudadanos hacia los ministerios públicos y procuradurías estatales, solo el 10.3 por ciento de las personas dice confiar mucho en estas instituciones”, concluye la organización.

Según Juan Manuel Aguilar Antonio, otro de los factores que influye en la juventud para que se comentan ese tipo de actos violentos, es el desconocimiento de las repercusiones que estos pueden tener en la vida.

 

“Hay consecuencias y los adolescentes no alcanzan a ver la magnitud de las mismas. Por ejemplo, al viralizarse sus casos en redes sociales, pueden ser rápidamente localizados y pueden pasar gran parte de su juventud en tutelares. Ellos no ven el impacto social de la violencia ni las consecuencias, solamente optan por la impunidad como incentivo para cometer ese tipo de acciones”, agrega.

Finalmente, el especialista concluye que este fenómeno es como una bola de nieve en la que la violencia se castiga con más violencia.

La formación machista

Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, y exdirector ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), opina que detrás de los episodios de violencia protagonizados por jóvenes y viralizados a través de internet, se encuentra el sistema machista en el que vivimos.

“Esto no es algo nuevo en nuestra sociedad, es algo que se ha repetido a lo largo del tiempo y tiene diversas explicaciones, como el que son actos que buscan tener una reafirmación machista entre pares para demostrar poder y dominio sobre aquellos que consideran débiles.

“Hay que tener presente que esto tiene una gran validación social en los espacios juveniles construidos y educados en la cultura machista. También, en muchas ocasiones, existe una validación de los contextos familiares y de las comunidades donde participan estos jóvenes que ejercen la violencia”, comenta.

La violencia que ejercen los jóvenes en muchas ocasiones se promueve desde sus círculos familiares y comunitarios debido a la educación patriarcal en torno a la cual se forman. Foto: Especial
La violencia que ejercen los jóvenes en muchas ocasiones se promueve desde sus círculos familiares y comunitarios debido a la educación patriarcal en torno a la cual se forman. Foto: Especial

El especialista en niñez y juventudes coincide en que la impunidad es otro de los factores que hacen que esto sea posible.

“Es peligroso que la impunidad sea lo que marque su relación porque hay que tener presente que todo acto delictivo tiene que tener una respuesta institucional proporcional”.

El tercer elemento que considera Juan Martín, además de la impunidad y la validación social para que ocurran estos actos, es la trivialización de la violencia.

“Cuando se valida socialmente, cuando hay impunidad, cuando esto se trivializa o se vuelve un espectáculo, estamos cumpliendo la fantasía machista. Es decir, ser visibles, ser públicos, demostrar dominio. Por eso es tan importante cuidar la narrativa de estos hechos.

“También hay que tener en cuenta que estamos en una sociedad con altos niveles de violencia armada, de homicidios, desapariciones y crímenes crueles que están permeando la narrativas familiares y comunitarias. Tenemos tan normalizado ver cuerpos mutilados, cuerpos colgados, denuncias de desapariciones y masacres, que pensar en una golpiza entre jóvenes termina siendo trivial, como si no fuera importante.

 

Por último, el experto en la materia, dice que muchas veces estos hechos no son actos criminales, pero sí comparten las omisiones institucionales, la ausencia de prevención del delito y la impunidad.

“Por eso es tan importante no aceptar ninguna forma de violencia, no hay manera de justificarla. Las violencias son prevenibles sobre todo con niñas, niños y jóvenes”, concluye.

 
 
 
Ámbito: 
Nacional
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