Cuernavaca.— El mosco del dengue regresó a Morelos con mayor intensidad y la presencia de un serotipo nuevo que no se veía desde 2017. Este virus ya duplicó el número de pacientes; en zonas de alta incidencia hay testimonios de varios decesos por la enfermedad; sin embargo, la Secretaría de Salud (Ssa) sólo tiene registro de 11 defunciones certificadas y analizadas por el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave).
En cifras, la multiplicación del dengue en el estado, hasta la semana epidemiológica 38, tiene confirmados el fallecimiento de 11 personas que corresponden a ocho mujeres y tres hombres.
El Servicio de Salud de Morelos (SSM) precisó que llevan mil 769 casos de dengue, de los cuales 517 son no graves y mil 252 con signos de alarma y graves; los municipios con el mayor número de casos son Cuernavaca, Jiutepec, Puente de Ixtla, Emiliano Zapata y Yautepec, así como 19 casos de zika y cero de chikungunya, explicó Eduardo Sesma Medrano, coordinador de Vigilancia Epidemiología de SSM.
Por número de casos, Morelos ocupa el cuarto lugar nacional y por número de pacientes con respecto al tamaño de la población, la entidad está en el tercer lugar.
Frente a la multiplicación de los casos por dengue, los morelenses demandan acciones de abatimiento y nebulización, dos elementos primordiales para inhibir el desarrollo de huevos y larvas del mosco transmisor; sin embargo, autoridades municipales dicen que no cuentan con presupuesto y responsabilizan a autoridades estatales.
Paulina Villa, secretaria municipal de Yecapixtla, advierte que al municipio le corresponde la descacharrización y realización de actividades permanentes en las zonas que pueden ser focos rojos de contagio.
“El edil Heladio Rafael Sánchez Zavala ha comprado el abate para los pozos de agua de las comunidades, también se han programado algunas nebulizaciones o fumigaciones, pero eso se hace de manera más limitada porque no tenemos toda la maquinaria correspondiente.
“Esos temas es obligación del gobierno estatal, más que del municipal, porque a ellos se les asigna presupuesto para prevenir estas enfermedades”, indicó la funcionaria.
El pasado 23 de agosto, el secretario de Salud de Morelos, Marco Antonio Cantú Cuevas, adelantó que solicitarían al Congreso de Morelos una ampliación presupuestal para adquirir insecticida y reforzar las nebulizaciones.
Cantú Cuevas proyectó una solicitud de ampliación de entre cinco y siete millones de pesos, al estimar que el costo por operar las unidades de nebulización oscilan entre los 40 y 45 mil pesos, por gastos de químicos, personal y combustible, entre otros.
Sin embargo, hasta finales de septiembre se desconocía oficialmente la petición para una ampliación presupuestal.
Ante el alza de contagios, los pacientes con dengue incrementaron la preferencia de médicos particulares para atenderse, a pesar de que el estado cuenta con 204 Centros de Salud y 10 hospitales.
“Los pocos casos que van al Centro de Salud y se les hace la prueba son escasos, por lo tanto, los pacientes registrados son pocos. No hablamos de más de 20 casos en las comunidades”, dijo Paulina Villa.
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Admite que el mayor número de casos de dengue no están registrados y agrega que en una reunión con los representantes de la jurisdicción sanitaria 3, a la que corresponde Yecapixtla, pidieron a las autoridades de Salud buscar la forma para que los médicos particulares notifiquen de los casos.
Pese a que las familias con enfermos en casa por dengue tienen esperanzas en que las jornadas de abatización y nebulización aniquilen al mosco, las autoridades consideran que esa no es la vía para combatirlo.
Cecilia Guzmán Rodríguez, subdirectora de Atención a la Salud de SSM señala que lo principal es evitar la reproducción y después fumigar.
Refiere que es necesario prevenir, porque a largo plazo la fumigación puede resultar nociva para la población y el medio ambiente.
Asimismo, Paulina Vila explica que el insecticida queda en el aire no más de 72 horas y los zancudos nuevos continúan contagiando.
Frente al desarrollo del dengue, el secretario de Salud, Cantú Cuevas, estimó que Morelos podría cerrar el año con alrededor de mil 300 o mil 400 casos confirmados.
María Magdalena Garcés López y su madre Serafina López tienen como huésped al mosco transmisor del dengue. Viven al lado de una barranca en la comunidad de Los Reyes, cerca de la cabecera municipal, y en su opinión, es el punto de multiplicación del zancudo.
Primero enfermó la abuela, le siguió su hija y después dos menores de edad de 13 y 10 años. Como pudieron sortearon los dolores en huesos, cabeza, ojos y el salpullido en los brazos: “Sentía que me quemaba toda por dentro”, dice María Magdalena.
Su madre, doña Serafina, padece de osteoartritis y, por lo tanto, sus síntomas fueron más fuertes porque sus articulaciones están inflamadas, explicó su médico particular. “No me podía mover, ni dar el paso”, señala la mujer.
La recomendación del médico fue tomar paracetamol y sueros; ellas agregaron agua de coco, jugos de betabel y muicle, que es una hierba que dicen, sirve como desintoxicante, digestivo, antipirético y antibiótico.
Magdalena y Serafina acudieron con un médico particular en la farmacia de la esquina, quien les pidió extremar precauciones porque a diario recibe hasta 15 pacientes con síntomas de dengue.
Las afectadas también acudieron al Centro de Salud para pedir fumigación y colocación de abate en su casa. A los cuatro días se presentaron los brigadistas. También pidieron fumigar la calle, pero los responsables respondieron que sólo tenían indicaciones de nebulizar la casa y tal vez la de al lado. Después de la fumigación el esposo de Magdalena comenzó con el cuadro del virus.
En Zahuatlán, comunidad próxima a Los Reyes, Manuel Palma comenzó con dolor de pies, cuerpo cortado, pero pensó que era una simple gripa, realizó sus actividades normales y tres días después falleció a los 60 años. Le dio dengue hemorrágico.
En el centro de Yecapixtla también fallecieron una niña de primero de secundaria y doña Glafi, cuyos padecimientos fueron idénticos al dengue, refirieron algunos vecinos.
Estas muertes no fueron reconocidas ni certificadas por la Secretaría de Salud de inmediato, porque de acuerdo con su personal, primero deben ser estudiadas.