El Programa de Justicia Terapéutica del Estado, operado por el Poder Judicial, tiene a 300 personas rehabilitadas en busca de una fuente de empleo, pero el estigma social contra ex adictos que cometieron un delito, es la principal barrera para que alguien los contrate.
Así lo señalaron ayer los participantes de la mesa de trabajo del Programa, encabezado por la magistrada Guillermina Jiménez Serafín, en las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), con empresarios e integrantes del Club Rotary de Chipitlán, a quienes se les invitó a ser solidarios y darles una oportunidad de trabajo a estas personas.
“El objetivo de la reunión es sensibilizarlos y acepten colaborar con nosotros”, dijo la magistrada Jiménez Serafín a los propietarios de empresas que asistieron, en su mayoría de seguridad privada.
El juez terapéutico, Tomás Mateo Morales, señaló que la reinserción social de las personas que cometieron algún delito, en este caso, bajo el influjo de drogas o estupefacientes, no sólo es responsabilidad de las instituciones, sino de todos.
Dijo que, a casi 10 años del inicio del programa, más de 300 personas, y sus familias, han egresado de éste y requieren de incentivos para continuar con su crecimiento y de seguir adelante, sin dar un paso atrás en su rehabilitación y en su reinserción efectiva.
Adrián Inda Valencia, integrante del Club Rotary, señaló que ese incentivo pueden ofrecerlo los empresarios con un trabajo en actividades varias, rompiendo la barrera del estigma que cargan quienes incurrieron en conductas delictivas o antisociales.
La finalidad del Programa de Justicia Terapéutica del Estado de Morelos es propiciar la rehabilitación del imputado y la reducción de la reincidencia delictiva relacionada con el abuso o dependencia de drogas o alcohol para lograr una reinserción social.
ANTONIETA SÁNCHEZ / antonieta.sanchez@diariodemorelos.com