El ejército israelí ha dado 24 horas a más de 1,1 millones de habitantes de Gaza para evacuar hacia el sur, ha anunciado en la madrugada de este viernes Naciones Unidas. La medida ―inédita y previsible antesala de una invasión terrestre― afecta a casi la mitad de la población de la Franja e incluye la capital. Allí está el principal hospital, Al Shifa, que atiende más de 6.000 heridos y ha tenido que dejar cadáveres en el aparcamiento exterior por llenarse la morgue tras seis días de bombardeos que han causado más de 1.400 muertos. Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha señalado: “Es imposible que tal movimiento masivo de personas se pueda producir sin consecuencias humanitarias devastadoras”. Hamás exhorta a la población a ignorar el anuncio del ejército israelí: “Es falsa propaganda dirigida a confundir a los ciudadanos y romper la cohesión interna palestina”, informa la agencia Reuters.
Las Fuerzas Armadas justifican la medida en la “seguridad y protección” de los residentes al norte de Wadi Gaza, unos cinco kilómetros al sur de la capital. “Civiles de Gaza, evacúen la ciudad hacia el sur por su propia seguridad y la de sus familias, y aléjense de los terroristas de Hamás que los están utilizando como escudos humanos. En los próximos días, el Ejército va a operar manera significativa en la ciudad. Se harán grandes esfuerzos para evitar daños a los civiles”, ha advertido el ejército en un llamamiento a los civiles de la capital, la ciudad de Gaza. “Podréis volver solo cuando se haga otro anuncio que lo permita”, ha agregado. Hamás es el grupo armado islamista que el pasado sábado efectuó el mayor ataque sobre territorio israelí, con 1.300 muertos y un centenar de secuestrados. Su brazo armado, las Brigadas de Ezedin Al Qasam, han anunciado este viernes la muerte de 13 del centenar de rehenes en Gaza por alguna de las 6.000 bombas lanzados sobre Gaza desde el aire, según datos del comandante general de la aviación militar, Tomer Bar.
El embajador de Israel ante Naciones Unidas, Gilad Erdan, ha calificado de “vergonzosa” la respuesta de la ONU. “Durante años, ignoró por completo el desarrollo militar de Hamás y su uso de todas las instalaciones civiles y de la población de Gaza para esconder sus armas y medios para asesinar. Y ahora, en vez de apoyar a Israel, que trata de minimizar el daño a civiles no involucrados [en los combates] tras la masacre que cometieron los terroristas de Hamás, nos da lecciones”.
En Gaza, los desplazados han llegado ya este viernes a 423.000, un 25% más que el día anterior, según la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidas. Dos tercios se refugian en las 92 escuelas que gestiona la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo. A raíz del anuncio israelí, la UNRWA, 12 de cuyos empleados han muerto en los bombardeos masivos iniciados el sábado, ha anunciado la reubicación al sur de la Franja de su centro de operaciones y su personal internacional. “Exhortamos a las autoridades israelíes a proteger a todos los civiles y refugios, incluidas escuelas”, ha señalado la agencia, que recuerda a Israel que tanto esos colegios como “cualquier otro refugio de la ONU son instalaciones de la ONU”, por lo que “deben ser protegidas en todo momento y nunca ser atacadas, de acuerdo al derecho internacional humanitario”.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha alertado de la carestía de comida y agua en una Franja bajo “cerco completo” desde el lunes por orden del ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, que ha cortado el suministro de alimentos, energía y combustible. “Dejar Gaza sin electricidad significa dejar a los hospitales sin electricidad, lo que a su vez significa poner en riesgo a los recién nacidos que están en incubadoras y a los pacientes mayores que necesitan oxígeno; interrumpir las diálisis renales; no poder tomar radiografías. Sin electricidad, los hospitales podrían convertirse en morgues”, avisó el jueves Fabrizio Carboni, director regional para la zona del Comité Internacional de la Cruz Roja.