El 9 de mayo de 2023, el Gobierno de México decretó el fin de la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19. En la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario de Salud Hugo López Gatell –el estratega en la crisis– sostuvo que el país cumplía las condiciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud para suspender la emergencia. Por primera vez desde marzo de 2020, México tenía camas disponibles en los hospitales y las víctimas mortales habían descendido de manera considerable.
A partir de entonces, la pesadilla concluyó incluso en los gastos del Gobierno federal. Si en 2022, la atención de la enfermedad del coronavirus fueron gastados más de mil 462 millones de pesos; en 2023 el mismo concepto representó una erogación de poco más de 1 millón 400 mil pesos, de acuerdo con una revisión de contratos de Reporte Índigo.
Por completo a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social, en el año que concluye el SARS CoV-2 solo generó contrataciones de servicios de ambulancias para pacientes sospechosos de la enfermedad con personas físicas.
La pandemia dejó a México por lo menos 334 mil defunciones, según las cifras del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, pero la amenaza de muerte también se difuminó en los gastos del Gobierno. Si en 2021, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia –organismo que se hizo cargo durante la crisis de administrar el programa Apoyo para Deudos COVID– gastó 230 mil 364 pesos en el servicio para distribuir estos montos, ahora tiene un contrato por 45 mil pesos por ese mismo concepto.
Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica en entrevista que en efecto, la situación generada por el coronavirus dejó de ser una emergencia.
“Ya existe protección contra la enfermedad en la población, tanto por haber adquirido la enfermedad como por haber recibido alguna vacuna. Las afectaciones en cuanto al número de casos disminuyeron; las afectaciones en cuanto al número de hospitalizaciones por COVID y de defunciones por COVID también disminuyeron al grado, que se considera que ya no es una emergencia como sí lo era en marzo del 2020, en todo el 2020, en todo el 2021 y parte del 2022”.
Incluso, el especialista avizora un invierno con estabilidad. “Podemos esperar que aumente el número de casos. Esperemos que sean casos ambulatorios que se pueden manejar en casa, que no generan mayor mayor problema. Hay que ver cómo se va a comportar esta temporada porque estamos viendo algo diferente a lo que pasó el año pasado cuando tuvimos una temporada de influenza muy temprana. Y ahorita no estamos viendo ni un aumento en COVID, ni un aumento en influenza”.
Descendió el gasto, pero el enemigo no se fue
Con todo, el virus SARS CoV-2 continúa entre los mexicanos. No solo con los estragos que dejó tras la pandemia entre 2020 y 2023; sino como un agente estacional. Aún es un enemigo mortal al lado de la diabetes mellitus, los tumores malignos y las enfermedades del hígado, de acuerdo con la Estadística de Defunciones Registradas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El virus se quedó en un país en el que según el Panorama de Salud de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, tres de cada 10 mexicanos carecen de servicios médicos gratuitos o privados. Además, solo el 57 por ciento de la población estima que en su localidad hay atención de calidad.
Ese paisaje coincide con el que describió el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en su informe sobre la medición multidimensional de la pobreza 2020-2022. La población sin acceso a los servicios de salud se incrementó de 18.8 millones de personas en 2016 a 50.4 millones en 2022.
Los datos abiertos indican que el SARS CoV-2 se quedó mientras que para las compras públicas dejó de ser importante, el año pasado los centros de atención temporales COVID-19 generaron una decena de contratos de entre 14 y 161 millones de pesos. El mayor, según la revisión por título de contrato de Reporte Índigo, fue el del Deportivo Morelos en la Ciudad de México con la empresa Creatividad e Integración en Servicios Médicos por 161 millones 166 mil 328 pesos. En 2023, para esos centros no aparecen compras registradas.
Y si en 2022 las farmacéuticas Zerifar S.A. de C.V, Proquigama S.A de C.V y Star Medica S.A de C.V lograron contratos de más de 1 millón de pesos cada una para venta de medicamentos y psicotrópicos para la atención de COVID-19, en el año que está por terminar no tuvieron ninguna.
De las compras públicas también desaparecieron los bienes de protección personal, el material de curación, los insumos y reactivos para el procesamiento de muestras SARS CoV-2, los cubrebocas, los servicios de toma de muestras, los desinfectantes, las pruebas y los antibacteriales.
México empieza así una nueva relación con el coronavirus, el agente que generó una pandemia de poco más de dos años y obligó al confinamiento con estragos en la salud y la economía.
Las alarmas infecciosas
El Gobierno de México, mediante su Centro Nacional de Inteligencia, reportó ante la Organización de las Naciones Unidas que durante el año 2022 detectó cinco brotes de enfermedades infecciosas en el país, catalogados como “desviados de la pauta normal”, por lo que ameritaron de la intervención de las autoridades para controlar el riesgo que implicaban.
Lo anterior forma parte del “Informe Anual sobre Medidas de Fomento de la Confianza 2023“, que el Gobierno mexicano se encuentra obligado a presentar, por su pertenencia a la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su Destrucción.
De acuerdo con el apartado del Informe titulado “Información sobre los brotes de enfermedades infecciosas y sobre hechos análogos que parecen desviarse de la pauta normal”, tres de los casos que fueron notificados por el Centro Nacional de Inteligencia se trataron de Influenza aviar.
El primero de ellos se detectó el 21 de abril de 2022, en el Norte del país.
El Centro Nacional de Inteligencia reportó cinco brotes de enfermedades infecciosas en el país desviadas de la pauta normal. Foto: Especial
”Primer caso en Gómez Palacio, Durango. Posteriormente se identificó en los municipios de General Simón Bolívar, Saltillo, San Pedro, Nuevo Ideal, Matamoros, Viesca, General Cepeda Lerdo, Mapimí y Ramos Arizpe”.
El brote se describió como “Influenza aviar altamente patógena, subtipo H7N3”, y se detectó en aproximadamente 30 aves. Las medidas de control que se implementaron fueron cuarentena, restricción de la movilización, sacrificio sanitario, muestreo en zonas perifocales y aplicación de vacuna.
El segundo brote se detectó el 8 de octubre de 2022, en Metepec, Estado de México, y se describió como “Influenza aviar altamente patógena, subtipo H5N1”. Este caso tiene la particularidad de que fue identificado en un halcón que murió en una veterinaria.
“Se trata de un halcón gerifalte (Falco rusticolus), utilizado para cetrería, el cual se alimentaba de presas cobradas en la cuenca del río Lerma ubicado en el estado de México. El ejemplar enfermó, evidenciando principalmente signos respiratorios, nerviosos y ceguera, por lo que fue llevado a una clínica veterinaria, el animal murió 72 horas después de haber iniciado con los signos clínicos”.
Por eso, la presunción es que el halcón se contagió al entrar en contacto con animales silvestres. Este evento fue notificado por el médico veterinario ante las autoridades sanitarias: “personal especializado realizó la necropsia y observó congestión y hemorragias generalizadas”.
El Informe advierte que este es el primer aislamiento de un virus de IAAP subtipo H5N1 en México, ocurrido en un ave no de corral y en uno de los corredores de aves silvestres migratorias que atraviesan el país, sin tener hasta el momento casos detectado en aves de traspatio y comerciales.
El Tercer caso
El tercer brote de “Influenza aviar de alta patogenicidad (aves de corral)” se detectó unos días después del segundo, el 26 de octubre de 2022, y también fue del Subtipo H5N1. En este caso el Gobierno mexicano omite precisar la zona afectada, pero informa que se confirmó en 31 aves, por lo cual se implementó vigilancia fuera de la zona de restricción, vigilancia dentro de la zona de restricción y cuarentena.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del Gobierno de Estados Unidos han advertido sobre el riesgo que representa esta enfermedad para los humanos, pues puede derivar en su fallecimiento.
“Los virus de influenza aviar tipo A normalmente no infectan a las personas, pero ocurrieron casos esporádicos de infecciones en seres humanos por virus de la influenza aviar. Las enfermedades en seres humanos a causa de infecciones por virus de la influenza aviar han variado en gravedad, desde casos asintomáticos o casos leves (por ejemplo infección en los ojos, síntomas en las vías respiratorias) hasta enfermedades graves como neumonía, que resultaron en muerte”.
Brote equino
Otro brote que se consideró anormal por las autoridades fue el de la enfermedad llamada “Encefalomielitis Equina del Este”, y el cual se detectó el 24 de octubre de 2022, en Aldama, Tamaulipas.
“Derivado del reporte de una neuropatía equina en un Ejido en el municipio de Aldama, en el cual se informó que tres equinos de trabajo habían muerto recientemente”.
El Gobierno de México envió especialistas para estudiar el caso y tomar muestras.
“Fue así que se confirmó la presencia de la enfermedad mediante aislamiento viral. Se ha reportado el hallazgo a la Secretaría de Salud y recomendado a la población tomar medidas para controlar los mosquitos en interiores y exteriores, usar repelente de insectos, camisas de manga larga y pantalones”.
El Informe señala que en México no existe el mosquito que funge como vector (Culiseta melanura) del virus que causa esta enfermedad, sin embargo, ese insecto mantiene el ciclo de transmisión en los Estados Unidos en los estados del este o de la Costa del Golfo y que aproximadamente cada 20-25 años en forma cíclica se introduce a México por aves migratorias virémicas.
La última epizootia, es decir, una epidemia entre animales por este agente infeccioso en México se desarrolló en Tamaulipas en el año de 1996.
Hubo siete animales con la enfermedad, y para controlarla se aplicó una cuarentena y control de vectores. La Organización Mundial de la Salud advierte que la Encefalitis Equina del Este (EEE) es transmitida a los humanos por picadura de mosquitos infectados.
“La EEE tiene un alto porcentaje de letalidad y en pacientes que sobreviven hay una alta frecuencia de secuelas permanentes de tipo neurológico (especialmente en menores de 5 años) como retardo mental, convulsiones y parálisis, dado el daño cerebral severo”.
Finalmente, el Gobierno mexicano también catalogó como un brote anormal el COVID-19, si bien este se detectó desde el 28 de febrero de 2021.
Los datos que se reportaron en el Informe ante Naciones Unidas son 7 millones 222 mil 611 casos confirmados en México al 31 de diciembre de 2022 y 331 mil 030 casos de defunciones.