Con firmas de 200 colectivos de familias en la zozobra por la muerte de mujeres y por sus desaparecidos, con las de 800 personas que con el corazón sangrando no desmayan en su lucha, amigos y grupos feministas arribaron a Palacio de Gobierno para exigir: "Justicia para Mafer. Vida para Todas”.
"Quienes coincidieron con ella, están representadas en el pronunciamiento en el que se señala al Estado de Morelos como un Estado Feminicida, en el que por segundo año consecutivo cerca de 100 mujeres han sido asesinadas", afirman ellas.
Y el cuestionamiento que el inquilino temporal de Palacio de Gobierno se niega a escuchar, elude, pretende driblar como si la vida de mujeres y desaparecidos fuese un juego para él: "¿Cómo podrán reparar el dolor de las familias que les sobreviven a estas mujeres? ¿Qué nuevas estrategias van a usar para eliminar la violencia contra las mujeres? ¿Qué lucha institucional darán para que la vida cotidiana de cada mujer cambie y podamos estar seguras?"
Ante el Palacio de Gobierno, hoy de la indolencia, a unos pasos del memorial con fotos de las personas desaparecidas, mujeres y hombres claman porque la sombra de los feminicidios y muertes se detenga en Morelos, de cara a la Plaza de Armas y de espaldas a las rejas que protegen el hoy Palacio de la indolencia. "Estamos aquí para honrar la vida y la memoria de Mafer, para unir en un canto colectivo las voces que exigimos justicia, verdad y no repetición. Estamos aquí por todas las que nos han arrebatado y que fueron mujeres con historias y sueños", afirma una de las mujeres que, al lado de un altar de flores donde se quema incienso, hace escuchar la voz de todas y de todos.
En la explanada de Plaza de Armas, un Sol conformado por flores y la imagen de quien convoca: Mafer con sus sueños, con su música, con su intento de reparar el alma de los que atraviesan la pena con su arte, sobre todo el arte de luchar por los demás, por nuestro entorno, con una entrega y un amor profundos, eternos ahora.
Con rituales inundados de incienso, con cánticos para que el alma de las mujeres asesinadas llegue a buen puerto, con el ruido de los tambores y con un solo grito: “Justicia para Mafer. Vida para todas”.
Y así, entre el humo del incienso, los cánticos, la exigencia de respuestas y acciones, y el Sol en todo lo alto, inició la marcha en el Parque Revolución, por avenida Morelos. En la calle Hidalgo pasaron frente a las puertas de Catedral, rumbo a Palacio de Gobierno, para clamar por justicia. “El arte es nuestra alternativa para la construcción de la Paz (…). Exigir justicia se hace tan insuficiente ante tanta odredumbre de la violencia del Estado que nuevamente nos urge reencontrarnos y arar nuevos caminos (…).
Hacemos un llamado a todas las madres, las hijas y las nietas de mujeres asesinadas, desaparecidas y sobrevivientes de violencia a zurcir nuestro dolor, nuestra rabia, nuestra tristeza, nuestra ansiedad, nuestra herida abierta de perder una hermana y una parte de nosotras mismas con ella, para tejer la esperanza que requerimos para seguir este camino tan difícil hasta llegar a la justicia…”
Y con los tambores, retumban también las voces, el clamor y el grito: “En este territorio las personas se están quitando la mordaza que impone el miedo para salir a la calle y señalar las negligencias que le cuestan la vida a nuestras madres, hijas, hermanas y amigas…”