Cuando dos funcionarias de la Unidad de Fiscalización del INE tocaron a la puerta del morenista Miguel Ángel Álvarez Melo, en Iztapalapa, nunca imaginaron que las amenazaría con una pistola.
El ex diputado local del PES había distribuido propaganda con su imagen, manifestando su interés por la candidatura a la Alcaldía.
Pero debido a que no se inscribió en el Sistema Nacional de Registro de Precandidatos para reportar los gastos en su promoción, el 23 de enero dos notificadoras tocaron a su puerta en la Colonia Escuadrón 201. Eran las 13:20 horas.
Álvarez Melo las atendió y firmó, sin ningún reclamo, la cédula de notificación en la que se le otorga la garantía de audiencia en un plazo improrrogable de un día natural para explicar la propaganda a su favor.
Pero al pedirle llenar el resto de la documentación, el morenista se negó y pidió a las auditoras cambiar la información y asentar que no lo habían encontrado.
Ellas le aclararon que eso era imposible. En respuesta, Álvarez Melo sacó una pistola y les apuntó. Ambas se asustaron y corrieron.