El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha iniciado con lo que parece el inicio de la debacle del instituto político fundado por figuras como Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez o Porfirio Muñoz Ledo; en el que militó el presidente Andrés Manuel López Obrador y con el que fue dos veces candidato presidencial. En menos de 12 horas tres legisladores renunciaron a las filas perredistas: Luis Espinosa Cházaro, coordinador de la fracción parlamentaria en la Cámara de diputados, Marcelino Castañeda y Laura Fernández. Con ello, la ya disminuida bancada de apenas 15 integrantes, equivalentes al 3% del legislativo, se ha reducido a 12 y se espera la salida de más. Frente a este escenario el presidente nacional del partido, Jesús Zambrano, ha minimizado las renuncias. Los cuadros que han salido acusan al dirigente de entregar las candidaturas a la coalición Fuerza y Corazón por México dejando fuera a los liderazgos del perredismo, pero asegurando su lugar en el legislativo. La crisis en el PRD amenaza incluso con dejar al partido sin registro.
Parece que han acabado los días de gloria para el partido del sol azteca, que llegó a ser una de las tres fuerzas políticas con mayor peso en el Congreso. Gobernó la Ciudad de México durante dos décadas hasta que las tribus internas generaron divisiones insalvables que erosionaron al partido hasta perder la capital del país, una de las entidades más importantes por el número de votantes. La renuncia en 2012 del ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador, trajo consigo la primera desbandada del partido. Diversos liderazgos entre ellos algunos de sus fundadores siguieron al tabasqueño para fundar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
La renuncia de Espinosa Cházaro ocupó el foco político durante la mañana de este miércoles. El hasta ahora coordinador de los diputados federales del PRD acusó de traidor a Zambrano por no defender su postulación a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y entregarla al PAN como parte de las negociaciones de la coalición Fuerza y Corazón por México, imponiendo como candidato a Santiago Taboada.
El líder parlamentario evidenció la inconformidad de más integrantes de su bancada por la negociación con PAN y PRI en el reparto de candidaturas de diputaciones plurinominales y de elección popular; así como de senadurias, dejando fuera a los liderazgos. Tras su anuncio le siguieron dos legisladores quienes argumentaron los mismos motivos. Con ello ha quedado en evidencia la crisis que atraviesa el partido de cara al proceso electoral del 2 de junio, con el riesgo latente de perder el registro. Al momento los legisladores permanecerán como diputados sin partido aunque están en negociaciones para integrarse a la bancada de priista.
El dirigente ha minimizado a un berrinche las salidas de quienes formaban parte del partido y al menos uno, Espinosa Cházaro, fue uno de sus más cercanos. “La inmensa mayoría de liderazgos del PRD están acá, uno, dos o tres inconformes no significa de ninguna manera desbandada. Lo que pasa es que cuando les tocan candidaturas Zambrano es un excelente presidente y cuando no, se emberrinchan y dicen -¡me voy!-”, señaló el dirigente quien sostuvo una encerrona con los legisladores tras la renuncia del coordinador de la bancada.
El reclamo de Espinosa Cházaro por no ser considerado para contender por la Ciudad de México tuvo respuesta del dirigente. Dice que “yo le fallé. ¿Le fallé en qué? ¿Quería que por ser presidente del partido lo designara candidato a la jefatura de gobierno, cuando ni siquiera aparecía en las encuestas?”, replicó Zambrano y añadió que en congruencia el legislador debería renunciar también a su curul plurinominal que obtuvo “por el partido al que ya no quiere”.
Y todo apunta a que estas no serán las últimas renuncias. El exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, perfila ya su salida y el senador Miguel Ángel Mancera mostró su inconformidad por estar en el segundo lugar de las listas de representación proporcional. Ambas fueron desestimadas por Zambrano.