Crisis hídrica afecta a 23 entidades; 116 embalses de 210, a menos de la mitad; 4 con 0% de almacenaje; en la Ciudad, escasez altera hábitos de colonos
Más de la mitad (55 por ciento) de las presas en el país se encuentra por debajo del 50 por ciento de su capacidad, e incluso cuatro de ellas están en cero por ciento de almacenaje en los estados de Querétaro y Sonora; la falta de agua se concentra en 23 estados del norte del país, del Bajío, de la región centro y del litoral del Pacífico.
De acuerdo con el reporte del monitoreo de presas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de los 210 embalses en el país, 116 están a menos de la mitad de su capacidad y Sinaloa es la entidad más afectada, con 11 presas en dicha situación.
En el caso de Querétaro, La Llave y La Venta están al cero por ciento y la misma situación ocurre en las presas Abelardo Rodríguez e Ignacio Alatorre, de Sonora, donde la sequía es más frecuente.
Entre las entidades más afectadas hasta el momento están también Michoacán con nueve presas; Guanajuato, Sonora, Estado de México, Jalisco y Durango, con ocho cada una.
Sin embargo, otros embalses en condiciones de alerta se encuentran en Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Guerrero, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo y Zacatecas.
De esta manera la crisis hídrica que vive el país por la falta de agua en los embalses afecta a 23 entidades del país y a medida que pasan los meses siguen bajando los niveles, aun cuando la época más grave del estiaje está por empezar a finales de febrero y principios de marzo, por lo que se vislumbra que pueda empeorar la situación de las presas.
Parte de la explicación, en voz de Noel Mata Atilano, secretario de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados, radica en que el país arrastra un grave problema de sequía desde hace dos años, debido a la falta de lluvias; por ello, las presas no alcanzaron a recargar y hoy se sufren las consecuencias.
“Y, sin embargo, las actividades humanas siguen demandando agua. Como no hay suficiente agua en las presas, se tiene que sacar más agua del subsuelo en cada región, con cuidado. En Aguascalientes, nuestra presa más grande es la Calles y ahora se encuentra en 12 por ciento de su capacidad; por ello, ya no se puede sacar más, puesto que también se vislumbra una catástrofe”, explicó a La Razón.
El legislador panista resaltó que la falta de agua no sólo afecta al ser humano y a sus actividades productivas, sino a la vida en la mar, ya que los ejemplares marinos pueden comenzar a tener falta de oxígeno y morir.
Expuso que las presas en el país deberán estar entre el 50 y el 60 por ciento de su capacidad total para que se deje una reserva de 30 por ciento y, con ella, se recarguen cuando lleguen las lluvias hasta un 80 por ciento de su capacidad total. “Urge que el Gobierno federal tenga programas de emergencia para el campo y las ciudades, ya que las urbes comenzaron a tener graves problemas por la falta del líquido. Además, se vienen otros problemas, como la misma salud”, advirtió.
En su opinión, la falta de agua es un problema de seguridad nacional y, por ello, espera que este año haya lluvias para que las presas alcancen a aumentar sus niveles y no se tengan problemas para el siguiente año.
En el conjunto del almacenamiento en las 210 principales presas del país, el nivel se encuentra en 51 por ciento de su capacidad total, de acuerdo con la Conagua.
Durante la sesión semanal de la dependencia, se informó que particularmente el Sistema Cutzamala disminuyó de 39.8 por ciento de su capacidad ordinaria, reportado el pasado martes, a 39.3 por ciento.
“Esto es derivado de las condiciones de sequía que prevalecen en la cuenca del río Cutzamala, por lo que actualmente se tiene un déficit de 36.9 por ciento, comparado con el dato histórico del 5 de febrero”, expuso la directora general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM), Citlalli Elizabeth Peraza Camacho.
Para Sandra López, ingeniera ambiental por el IPN y experta en cambio climático, las épocas de gran abastecimiento en las presas del país parece que llegaron a su fin, pues cada año el porcentaje de lluvias es menor y en los siguientes años puede venir lo más crítico del panorama.
“México ha ignorado mucho el tema del cambio climático y en breve ya no habrá más qué hacer, pues los expertos de la ONU mencionan que cada vez hay más sequía, llueve menos y en los siguientes años se pondrá peor, pues se vislumbra que se sigan rompiendo los récords”, destacó.
Indicó que la crisis del agua no se va a solucionar en uno o dos años, por lo que los habitantes del país se deben ir adaptando a la falta de agua, pues si bien se deben tomar acciones urgentes, “ya vamos tarde”.
Crisis del agua pega al menos a 10 de las 16 alcaldías de CDMX
Jorge Sarmiento, habitante de la unidad Fiviport, en la colonia Arenal de la alcaldía Venustiano Carranza, compartió que la escasez de agua, que se ha agudizado a partir del arranque de este año, lo ha llevado a recortar gastos de su despensa para utilizarlo en pipas y garrafones de agua.
“Yo y mi pareja decidimos dejar de comprar cereales y condimentos, incluso cambiamos las marcas de algunos productos que regularmente usamos por otros más baratos para ahorrar un poco y comprar agua”, dijo Jorge a La Razón.
Otros vecinos de esta unidad aseguraron que siempre ha habido “altas y bajas” en el tema del agua, pero en el último mes y medio se ha agudizado la crisis y han tenido que tomar nuevas medidas.
“Antes no se iba el agua completamente, a veces salían gotitas, pero salían, ahora ha habido semanas en que no cae nada y eso implica gastos, incomodidades, incluso peleas entre vecinos”, narró uno de los entrevistados.
El caso de la unidad Fiviport se repite en un sinfín de colonias y barrios de la Ciudad de México, debido a una crisis de inicio de año que ya alcanzó, según datos oficiales, a diez de las 16 alcaldías.
Un aviso publicado el pasado 25 de enero en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México detalla que en estos momentos hay afectaciones en el abasto de agua en las alcaldías Álvaro Obregón, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Tláhuac, Milpa Alta, Tlalpan y Xochimilco.
En esta lista, de alguna manera oficial, no se incluyó a Miguel Hidalgo, en donde hace dos semanas la falta de suministro en varias colonias provocó bloqueos viales por tres días consecutivos.
Tampoco se incluyó Venustiano Carranza, en donde, como pudo constatar este medio, también hay problemas serios de desabasto.
Juan Carlos, vecino de esta demarcación, expuso que en toda la zona cercana a la Glorieta de la colonia Federal, en donde hay decenas de comercios, sobre todo restaurantes que son muy concurridos por trabajadores del Aeropuerto, nunca faltó el agua durante años.
Sin embargo, compartió: “Desde mediados de diciembre del año pasado dejó de caer agua con regularidad, al grado de que ha habido varios días sin que caiga una gota… en el condominio conocido como Hacienda 4, los vecinos nos pusimos de acuerdo para comprar pipas a un costo de dos mil 500 pesos cada una, pero el agua sólo dura un día y no podemos gastar diario en pipas”.
Juan Carlos reclamó que desde diciembre el suministro no se ha regularizado, ya que cae muy poca agua a la cisterna, que “sólo alcanza para lavar trastes y bañarse, si es que está uno en casa en ese momento; además, todos los vecinos dejaron de usar los lavaderos de la azotea y ahora usamos lavandería, lo que implica un gasto adicional”.
En la publicación del pasado 25 de enero, la Secretaría de Administración y Finanzas del Gobierno capitalino informó que 284 colonias de las diez alcaldías reportadas con afectaciones recibirán agua por tandeo durante el primer bimestre del año.
La alcaldía más afectada por este racionamiento es Tlalpan, con 90 colonias; le siguen Magdalena Contreras con 30, Iztapalapa con 58, Gustavo A. Madero con 24, Tláhuac con 26, Xochimilco con 16, Cuajimalpa con 14 colonias, Álvaro Obregón con 13, Coyoacán con 5 y Milpa Alta con 4.
En Tlalpan, vecinos de las colonias Jardines del Ajusco, Héroes de Padierna y Cultura Maya dijeron estar desesperados y molestos, debido a que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) no ha cumplido con el tandeo anunciado.
“No entiendo, supuestamente planifican, cuando a la mera hora son puras mentiras, me puse de acuerdo con mi familia para recabar agua a la hora programada y nada, nos hacen perder tiempo y nos ponen en situaciones de emergencia”, expuso Diana Hernández.
NI PARA UNA CUBETA. En la colonia La Palma de la alcaldía Gustavo A. Madero, Vanessa hizo saber que, aunque el desabasto de agua es “una tradición” en la zona, se ha agravado en los últimos días.
Compartió: “Esta última semana no alcanzó ni para llenar una cubeta, no hay posibilidades para comprar pipas, por eso tratamos de reciclar el agua con la que se lavan los trastes para el baño”.
Vanessa comentó que la falta de agua obligó a los vecinos a cambiar sus hábitos, al grado de que muchos se van acostumbrando a bañarse sólo cada tercer día y a veces en la madrugada, cuando llega a caer algo del líquido.
En Azcapotzalco, otra alcaldía no incluida en la lista de diez, el desabasto de agua provocó que vecinos de la colonia Santa Inés bloquearan la avenida 16 de Septiembre el pasado 26 de enero.
“No es justo que llevemos más de un mes con la incertidumbre, mi papá es de la tercera edad y se queda solo, no puede estar acarreando agua”, se quejó Jacinto, vecino del lugar.
Escasez de agua crea pleitos, otros hábitos...
La falta de agua ha llevado a que la dinámica dentro de las zonas urbanas se modifique, lo que ha derivado en cambios de hábitos de sus habitantes, pero también en conflictos entre vecinos.
Con dos o tres horas de sueño, doña Luz, un ama de casa sexagenaria, se levanta diario entre las 3:00 y 4:00 horas, toma el primer suéter que encuentra y sale a prisa por la puerta de la cocina para llegar al extremo más bajo de su patio, donde encuentra la manguera igual que el día anterior: sin una gota de agua.
Lo seco del tubo hizo del orificio un lugar adecuado para una araña que, en una de esas amanecidas, asomó sus largas patas por la salida de la llave y la mujer arrojó la manguera, que cayó sobre un epazote quebradizo y amarillento que también padece la escasez del líquido.
Todavía en la primera semana de enero, a media madrugada, el agua llegaba a baja presión a las colonias ecatepenses que están en la falda de la Sierra de Guadalupe, en el Estado de México.
Allí, la gente se había visto en la disyuntiva de llegar temprano a su trabajo en la capital del país o demorarse para apartar un poco de agua, entre quejas, por no tener el suministro en un momento menos inoportuno y en mayor cantidad.
Pasó casi un mes y ya ni eso reciben. Ahora, el tambo de 200 litros, que apenas si alcanza para lo indispensable, pasó de costar 150 a 200 pesos por su llenado. Sólo al que le alcanza lo puede pagar.
El problema se enfrenta entre culpas, acusaciones y teorías: los vecinos que siempre desperdician el agua; la falta de lluvias que ha dejado al sistema Cutzamala a menos de la mitad de su capacidad, o la retención del recurso con motivos electorales, pero también económicos.
El 1 de febrero, residentes de las colonias San Cristóbal Centro, Tierra Blanca y Vista Hermosa, bloquearon la avenida Insurgentes, en el centro del quinto municipio más poblado del país: Ecatepec, habitado por 1.6 millones de personas.
“Fuera Vilchis y su negocio de pipas… Sin agua no hay calidad de vida”, se leía en una manta de protesta, en la que se acusaba al presidente municipal, Fernando Vilchis, de ser el responsable de la falta de este recurso y de la explotación de pozos.
Y es que en colonias de esta demarcación y cercanas al Metro Ciudad Azteca, los vecinos, casi a diario, son testigos de la misma escena: una pipa que se carga de una toma pública ante los ojos de policías que pasan y con quienes intercambian un chiflido como saludo, según constató este diario.
Son las mismas que por las tardes y noches serpentean a paso lento por las calles del municipio, vendiendo el agua en las zonas más afectadas y donde las pipas del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Municipio de Ecatepec (Sapase) tampoco se ven.
Apenas el 2 de febrero, una de éstas circuló por la colonia Guadalupe Victoria, donde el chofer de la unidad racionó el agua entre los vecinos, que de inmediato salieron a la calle para detenerla. Una vez vacía, el hombre prometió volver para entregar más a quienes faltaron y, para asegurarse de que esto sucediera, un habitante se quedó con una de las mangueras, que más tarde devolvió.
“El agua es bendita”, repite doña Marcela cada vez que habla del tema. Hace dos semanas, la mujer se peleó con el hombre que vive a siete casas de distancia y con quien a diario intercambiaba los buenos días y un “Dios lo bendiga”.
Pero un martes eso cambió. El señor, confiado en la amplia cisterna que construyó hace casi 30 años, lavó su camioneta a manguerazos, mientras ella regresaba en un triciclo con cuatro botes de agua que fue a comprar a la colonia de a lado, en una presumible toma clandestina.
“No, qué poca ma… tiene usted. ¿No ve que ya no tenemos?”, dijo doña Marcela a mitad de la discusión. “Pero para eso yo tengo mi cisterna; si usted no tiene, no es mi culpa, no tiene que andar mentándome la madre”, le respondió el vecino.
Y mientras la población se adapta a la nueva circunstancia, doña Luz busca alternativas para sobrevivir. En su hogar, el agua potable que compraron sólo se utiliza para lavar la ropa y bañarse.
De lavar los trastes hace mucho no se habla. Siguió el consejo que le dio otra de sus vecinas: comprar platos y vasos desechables que su familia utiliza más de una vez, para además aminorar la culpa de generar más basura y contaminación.