En las últimas décadas, momentos específicos de la vida económica y comercial del país han resultado decisivos para impulsar las capacidades productivas con las que México cuenta, hoy nuevamente se vive uno de la mano del nearshoring ¿Se aprovechará?
El proceso de relocalización económica y comercial conocido como “nearshoring” tiene el potencial de colocar a la economía mexicana en los reflectores del escenario internacional gracias a la importancia que el país tomaría en términos industriales y logísticos.
“México figura entre las naciones que pueden lograr posicionarse en los primeros lugares del panorama económico mundial durante los próximos años”, esa ha sido la promesa que durante décadas ha impulsado a que el país se considere como un referente de la región y del continente.
Ya fuera con el periodo de apertura comercial en 1994, o con el impulso de diversas reformas en la década pasada, han existido coyunturas que ofrecen a la economía mexicana la oportunidad de despuntar y transformar por completo sus capacidades, cuestión que vuelve a permitirse con el nearshoring, considera Miriam Acuña, Economista en Jefe de Grupo Bursátil Mexicano (GBM).
“El mundo está atravesando por un proceso de cambio de estructura en el comercio exterior, de un enfoque globalizado a una regionalización, derivado de los conflictos comerciales como el de Estados Unidos y China, así como cuestiones geopolíticas, y hasta la pandemia; nos dimos cuenta que las cadenas globales de producción eran más débiles de lo que pensábamos y por ello las empresas están relocalizando sus procesos a lugares cercanos a su consumidor final, cuestión de la que México puede resultar ganador por su cercanía al gran mercado mundial”, explica Acuña.
De lo anterior que el país haya registrado un aumento, sin precedentes, de la recepción de Inversión Extranjera Directa (IED), que en 2023, logró acumular 36 mil 058 millones de dólares provenientes en su mayoría de Estados Unidos, España, Canadá y hasta Japón; además de generar una expectativa tal que ya se han identificado hasta 262 anuncios de inversión próximos a concretarse, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Economía.
Además, México forma parte de la región más dinámica del mundo, ya que Norteamérica, conformada por Canadá, Estados Unidos y México, es responsable del 29 por ciento del Producto Interno Bruto global, generando una aportación mayor a lo que produce la Unión Europea, Latinoamérica e incluso China, según los datos del Fondo Monetario Internacional.
“México ha transformado su sector externo en los últimos 40 años. Las exportaciones en el país han crecido casi 25 veces, al tiempo que, de ser un gran exportador de petróleo, principalmente, se convirtió en una potencia manufacturera, produciendo además una de las manos de obras más calificadas a nivel global”, señala GBM.
¿Qué hace diferente al nearshoring de otros momentos que han catapultado al país?
Más allá de las expectativas que genera la coyuntura por la que atraviesa el país en términos económicos y comerciales, existen particularidades que diferencian al proceso de relocalización del periodo de apertura comercial y del momento de las reformas estructurales, cuestión que podría implicar que, en esta ocasión, sí pueda ser aprovechado a plenitud por el empresariado nacional, gobierno y la sociedad en general.
“La principal diferencia de este Mexican moment es que se está dando sin que, necesariamente, México lo esté buscando, no es el país tratando de colaborar con Estados Unidos y Canadá, más bien que son los países norteamericanos quienes desean estrechar lazos con el país; por lo tanto, es un proceso externo con un impulso doméstico que podría tener resultados importantes”, advierte la Economista en Jefe de GBM.
Al respecto, la iniciativa impulsada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden para buscar incentivar la industria de semiconductores en su nación, conocida como la “Ley de Chips”, la pandemia y la disputa comercial entre la considerada economía más grande del mundo con China se conjugan con factores como el bono demográfico que conserva el país, y que se espera tenga una duración de hasta 20 años, la estabilidad macroeconómica que México conserva y hasta la red de Tratados de Libre Comercio con los que cuenta la nación, legado de otros Mexican moments.
De lo anterior que este momento pueda arrojar resultados positivos para México, aunque no es el único país que busca quedarse con los beneficios por la reconfiguración del mapa comercial.
Aunque México figura como el probable gran ganador por el nearshoring, no se descarta que otras naciones puedan sacar ventaja y tener su propio momento estelar en la esfera económica y comercial internacional, ya que Brasil y países asiáticos como Vietnam o India buscan anclarse a la oleada de inversiones que actualmente se mueve entre parques industriales y complejos, justo para aprovechar el deseo de estar cerca de los mercados más atractivos del mundo.