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EXCÉLSIOR: Meade: no me preocupa 2018; economía “no está en terapia intensiva”


Estoy parado en 2016; querer especular ahorita no es un ejercicio que ocupe mi atención, aseguró


 

EL NEGOCIADOR. José Antonio Meade aseveró que le toca defender un Paquete Económico que le genera convicción y compromiso.

CIUDAD DE MÉXICO.

José Antonio Meade, ahora secretario de Hacienda y Crédito Público, no se encarta ni se descarta para las elecciones presidenciales de 2018, pero sí define su interés inmediato.

“Estoy parado en 2016. El querer especular cuáles van a ser las circunstancias personales en uno a dos años de distancia (...) no es un ejercicio que ocupe ni mi atención ni mi preocupación; la que lo ocupa es el Paquete Económico”, dijo en entrevista con Excélsior, en la que se refirió al hecho de que no es militante de algún partido.

“Me parece que hacemos mal, en ocasiones, en satanizar, en hablar mal o en descalificar a quien encuentra en la militancia activa un elemento para hacer política.

“La coexistencia en el servicio público, de quienes tengan la emoción de la militancia y de quienes tengan la emoción del servicio, complementa, ayuda”, dijo Meade, quien fue parte del gabinete del panista Felipe Calderón.

Mi preocupación no es 2018: Meade

El secretario de Hacienda y Crédito Público llama a consolidar las finanzas públicas como eje que dé certeza y tranquilidad; afirma que el presupuesto para el próximo año es un
paquete distinto que exige a todos los actores especial cuidado en la estabilidad del país.

Relajado, seguro de cada palabra que dice en torno de la hacienda nacional, José Antonio Meade esquiva una respuesta tajante sobre su inclusión en la lista de presidenciables para 2018, porque ni cierra ni abre puertas, pero deja claro su interés mediato.

—La historia de los presidentes muestra que la mayoría ha salido de las secretarías de Gobernación y de Hacienda. Por el hecho de estar aquí, esto te encarga como prospecto o aspirante presidencial, se le preguntó.

—Mira. Yo estoy parado en el 2016 y, además, con todo lo que hemos visto, el querer especular ahorita cuáles van a ser las circunstancias personales en uno a dos años de distancia o año y medio de distancia es muy largo plazo y la verdad no es un ejercicio que ocupe ni mi atención ni mi preocupación; la que lo ocupa ahorita pues es el reto inmediato del paquete económico.

José Antonio Meade está de nuevo como pez en el agua. Se le nota. Conoce la historia de cada rincón del Palacio Nacional, donde está su oficina. Era un niño cuando su padre, Dionisio Meade, entonces director de Estudios Internacionales de la subsecretaría de Hacienda, lo llevó por primera vez al Palacio Nacional, en tiempos en que David Ibarra era el secretario de Hacienda.

Ésta es la segunda ocasión en que José Antonio Meade es secretario de Hacienda. En el año 2011, llegó el 9 de septiembre para sustituir a Ernesto Cordero. Era el gobierno del panista Felipe Calderón y le tocó cabildear en la Cámara de Diputados y en el Senado, un paquete económico que no había diseñado.

El miércoles pasado, 7 de septiembre, José Antonio Meade fue nombrado secretario de Hacienda, esta vez por el presidente priista Enrique Peña Nieto, para sustituir a Luis Videgaray. Llegó un día antes de entregar el paquete presupuestal al Congreso de la Unión.

—¿Cómo te sientes de defender un paquete en el que naturalmente no participaste en su confección?

—Me toca defender un paquete que estudié, que me genera convicción y compromiso, pero sobre todo, y aquí es muy importante, los paquetes económicos no son sorpresa. Los paquetes económicos se van anticipando, se van construyendo en el transcurso del año. Hay una obligación de ley de presentar precriterios económicos hacia finales del primer semestre del año, en el que se empiezan a mandar las señales de cuáles serán los grandes trazos en lo macroeconómico.

      “Es una secretaría de gran profundidad, en términos de su capital humano, de enorme compromiso. Es una secretaría que conozco y me conoce y, por lo tanto, entender, compenetrarse, revisar y hacer inmediatamente mío no solamente el paquete económico, sino el sentido de urgencia de transmitir que es un Paquete Económico distinto, porque son distintas las circunstancias que encontramos y en donde tiene que privar en su discusión y en su análisis la convicción de que el momento que atravesamos es diferente y que nos exige a todos los actores especial cuidado con la salud de nuestras finanzas públicas”.

Meade Kuribreña llegó como funcionario de Hacienda en 2006, como asesor del entonces secretario Agustín Carstens. Desde esa posición y desde ese momento, comenzó a mostrar sus dotes como negociador. Era frecuente verlo en la Cámara de Diputados y en el Senado para negociar el Paquete Económico, con temas como el alza al gravamen al refresco, en ese 2006, y en la creación de impuestos para elevar la recaudación fiscal.

Luego se convirtió en subsecretario de Ingresos y posteriormente fue subsecretario de Hacienda. Le correspondió la negociación política para la aprobación del ahora desaparecido Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), así como el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) y la elevación de 15% a 16% del IVA.

Por eso, el funcionario federal es viejo conocido de la Secretaría de Hacienda y él la conoce bien, se le escucha en cada explicación sobre el paquete económico 2017 y se le nota a cada paso de un recorrido por el Palacio Nacional, donde se convirtió en guía para explicar la exposición de Pago por Especie, que es una innovación mexicana para que los artistas plásticos paguen sus impuestos con una obra de arte, lo cual ha generado que Hacienda tenga un acervo artístico variado, rico, y que puede apreciar el público en general.

Habla lo mismo de la historia de cada patio del Palacio Nacional, que de los nichos y los secretarios de Hacienda más destacados del país: Antonio Ortiz Mena, Eduardo Suárez y David Ibarra están en su lista, pero también del origen de los óleos y reproducciones que tienen los salones del recinto.

Como todo edificio ancestral, el Palacio Nacional tiene historias de fantasmas y José Antonio Meade cuenta el de una niña que todas las noches aparece en un cuadro, sale de él y juega en el Salón Verde.

“Creo firmemente que las reformas le están dando al país; creo también en la importancia de consolidar las finanzas públicas como un eje que dé certeza, que dé tranquilidad; eso es lo que me encarga el Presidente, quien con toda claridad, cuando me nombra, que presentemos un paquete con un superávit primario, con una tasa decreciente de la deuda, con porcentaje del PIB, ése es el paquete que habremos de acompañar en el proceso de análisis y de discusión en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores”, dice.

Bromista, atento a mirar a los ojos a todos quienes le saludan, ya sean vigilantes, empleados administrativos o colaboradores cercanos, José Antonio Meade contesta todas las preguntas, aunque en muchas prefiere trazar distintos senderos para evadir una respuesta tajante.

—En este momento del país. En este momento del sexenio. En este momento de la política y la economía, ¿ves como una ventaja o una desventaja ser un hombre que no forma parte de un partido político, que no milita?

—La vocación del servicio público tiene diferentes asientos y todos son válidos. Hay quien escoge hacer de la vocación del servicio público una trayectoria partidista; una trayectoria militante, como fue el caso de mi papá. Hay quien escoge el servicio público por la vía de un trabajo que se despliegue desde la administración, en un contexto que no sea partidista.

     Me parece que uno y otro son valiosos. Me parece que hacemos mal en ocasiones en satanizar, en hablar mal o en descalificar a quien encuentra en la militancia activa un elemento para hacer política, política pública, para hacer sello de vida el servicio público. Me parece incluso muchas veces que ese es el camino más natural. La emoción de lo público tiene siempre cercano los elementos de convicción, de cuáles son los rumbos, cuáles los sellos, cuáles los acentos y donde mejor eso se refleja es precisamente el partido.

      Me parece entonces que la coexistencia en el servicio público, de quienes tengan la emoción de la militancia y de quienes tengan la emoción del servicio, complementa, ayuda. Me parece que uno y otro sirven adecuadamente al país.

—¿Y en tu caso personal es una ventaja o una desventaja?

—Ésa ha sido la forma en que he tenido la oportunidad de desplegarme en el servicio público, pero insisto en que ninguna de las dos es obstáculo, ni tampoco ventaja particular. Son dos formas diferentes de vivir la emoción del compromiso público.

José Antonio Meade disfruta mucho el Palacio Nacional. Despachará la mayor parte del tiempo en la oficina histórica, que han ocupado los secretarios de Hacienda desde Antonio de Medina y Miranda, en 1821, y desde donde se observa la Plaza de la Constitución.

Es una oficina que todavía tiene al centro un reloj que mandó colocar Porfirio Díaz y utiliza uno de los primeros elevadores que existieron en México. En sus libreros, cubiertos con cristales, se pueden ver las ediciones de La Cuenta del Tesoro Federal, desde 1882 y la Colección de Leyes de Hacienda, desde 1881, así como un libro escrito en 1770, sobre la Historia de la Nueva España.

Una oficina llena de historias, y muchas de ellas conocidas por Meade, como aquella de Jesús Silva Herzog, que habla de los diez metros más largos, al referirse a la distancia entre la oficina de un subsecretario y un secretario de Hacienda.

Análisis de la sonrisa

—A raíz de la presentación del paquete económico hubo varias críticas; algunas incluso se personalizaron, como la que hizo el jefe de Gobierno, quien mencionó que te reías en la presentación. ¿Qué respuesta das a eso?

—Es natural que el paquete económico registre y así sucede en todos los casos, análisis, comentarios, reflexiones. Creo que se puede hacer un análisis más profundo de si sonrío yo o no. Mi mamá dice que sonrío muy bien, entonces ahí balanceo un poco lo que dice el Jefe de Gobierno. La verdad yo tengo siempre el ánimo de discutir; siempre el ánimo de analizar.”

“Es momento de ponernos a dieta”

José Antonio Meade asevera que ya no se puede recortar más y el ajuste es para evitar una crisis.

El recorte presupuestal de 20% al gasto en 2017 permitirá al gobierno federal evitar, con sus propios recursos, el colapso del sistema de pensiones y jubilaciones, que será 14% más caro, aseguró el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien rechazó la propuesta del PAN de que el recorte llegue a 300 mil millones de pesos, pues eso implicaría despedir a toda la burocracia.

Aclaró que este recorte no antecede un escenario de crisis económica como las que se vivieron en la década de los ochenta y principio de los noventa, porque México es una nación más fortalecida económicamente, y justo el recorte es para evitar una crisis.

—Si la economía fuera un cuerpo convaleciente y tú fueras el médico principal, ¿estaría la economía mexicana en terapia intensiva en este momento?

—No. En términos de ese lenguaje, estaría en el Mídete, Chécate y Muévete. Es decir, estamos en medicina preventiva. La economía mexicana no está en medicina curativa. No está en terapia intensiva; no está ni siquiera en terapia media.

“Está en el momento en que el doctor te dice: ‘no me gusta el peso, me parece que te has excedido. Me parece que el ritmo que tienes ya ubica tu índice de masa corporal de manera inadecuada, entonces ya no puedes seguir comiendo igual. Tienes que empezar a hacer ejercicio, porque si no, vas a enfrentar complicaciones de salud hacia adelante. Ahí estamos, en el momento de comenzar la dieta, de empezar a bajarle al gasto, para que no tengamos que endeudarnos para pagar intereses”, aclaró.

En entrevista, el titular de Hacienda también explicó que el Paquete Económico 2017 es “muy duro” y avanza de manera firme con la despetrolización de las finanzas públicas; por eso está en desacuerdo con la petición panista de bajar impuestos como el de gasolinas, porque México debe consolidar la certidumbre tributaria, en un año en que la caída de los ingresos petroleros será de 16 por ciento.

Interrogado sobre las críticas que se mantienen contra la Reforma Hacendaria de 2013, Meade Kuribreña detalló que es justamente esta reforma la que ha permitido a México salir adelante en un contexto difícil por la caída petrolera.

Y a las críticas empresariales de que el superávit primario de 0.4% es insuficiente para cubrir pensiones e intereses de la deuda, el secretario de Hacienda aseguró que ese nivel de déficit garantiza que la deuda como porcentaje del PIB será menor el próximo año.

Reconocido en los círculos legislativos como un hombre abierto al diálogo, Meade refrenda que escuchará a todas las fuerzas políticas y a todos los actores políticos, porque sabe que un Paquete Económico que tiene un recorte de 239 mil 700 millones de pesos genera inconformidades.

“Un Paquete Económico como éste, muy duro, implica que hagamos esfuerzos muy relevantes. Es un Paquete Económico en donde no hay una sola secretaría de Estado que no enfrente un recorte en su presupuesto. Y ese espíritu, esa claridad, donde insisto el Ejecutivo federal pone el ejemplo, tiene que permear en el proceso de negociación y de análisis. No podemos esperar que todos los fondos, que todos los programas se mantengan en sus términos cuando de entrada el gobierno federal pone el ejemplo asumiendo un recorte muy importante en su gasto.

“Sólo para apuntar un par de datos. El paquete implica que en 2017 reduzcamos el 20% de todos los gastos operativos del gobierno federal. Es un esfuerzo enorme el que se está poniendo sobre la mesa”, explicó.

—Los grupos parlamentarios del PAN en el Congreso anunciaron que buscarán que el recorte sea de 300 mil millones de pesos.

—Todo el gasto de servicios personales del gobierno son 300 mil millones, esto quiere decir que 300 mil millones, si solamente se aplicara al capítulo de servicios personales, no habría un solo empleado de gobierno que permaneciera en funciones, con un recorte de esa magnitud.

      “Y te lo pongo en perspectiva desde otro ángulo. Es dos y media veces el presupuesto de Sedesol; es 22 veces el presupuesto de la Cancillería y cuando uno tiene el presupuesto y empieza a descomponer sus factores y toma uno en cuenta cuántos son participaciones de aportaciones y cuántos son pago de deuda y cuánto es pago de pensiones, te queda que todo el gasto de la administración son 964 mil millones de pesos, por lo que 240 mil implica una reducción literalmente del tamaño del mundo.

—¿Y respecto de la propuesta de bajar el IEPS de gasolinas?

—Yo creo que en este contexto, de nuevo complicado, debilitar nuestro marco tributario tampoco es una buena idea. Al marco tributario hay que darle tiempo, hay que darle estabilidad. Hay que mandar desde el marco tributario señales también de que no lo vamos a estar ajustando a cada rato.

       “Me parece en consecuencia que lo que debemos hacer es como el paquete plantea: privilegiar estabilidad en los ingresos tributarios; de hecho, estamos enfrentando este año una caída en los ingresos petroleros de casi 16%, por lo que estamos haciendo con los ingresos tributarios, en donde por eficiencia tributaria se plantea un incremento de casi 10%, pues no lo podríamos hacer si debilitamos nuestro marco tributario”.

Precisó también que el recorte está relacionado con el pago de pensiones y jubilaciones.

“Tenemos que acomodar el crecimiento de las pensiones, lo que hace que los 240 mil de recorte se hagan en un contexto en donde tenemos que acomodar en nuestro gasto un crecimiento muy importante en pensiones.

“Está ya reflejado. Ese gasto en pensiones se acomoda en el paquete y hace necesario que lo que está en nuestras manos, que es el gasto administrativo, pues el recorte sea tan importante, como lo es, justamente porque parte del gasto administrativo está siendo desplazado por el gasto en pensiones. Casi 80 mil millones de pesos en gasto de pensiones adicional el año que entra respecto del que tenemos este año”.

Trump en México, por razones económicas

—Hubo razones económicas en la invitación que se le hizo para venir a México.

—Yo creo que sí, y creo que si uno revisa, si uno agrupa las propuestas de las dos campañas en tres bloques, que son muy importantes para México. El bloque migratorio, el bloque seguridad y el bloque comercial. Y si uno revisa la retórica, entendiendo que la retórica tiende a ser ruidosa en los marcos de campaña, y uno revisa si ese discurso se ha movido en favor de los intereses de México en las últimas semanas, con la visita en medio, en esos tres rubros los elementos de riesgo se han venido atenuando.

     En el tema migratorio pasamos de hablar de una exportación masiva de todos, a una deportación de quienes sean criminales de riesgos; se atenúa el riesgo. Pasamos de un discurso de renuncia al TLC a uno de revisión; se atenúa el riesgo. Pasamos de una discusión en donde éramos parte del factor de riesgo a una discusión donde éramos parte del hemisferio que se preocupaba por discutir dentro de él, los elementos que significaban riesgo en seguridad.

Esto es, en estos tres bloques, hoy nuestro perfil de riesgos es menor.

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