En los tres años y nueve meses que lleva su mandato, el presidente Enrique Peña Nieto ha removido de sus cargos a varios de quienes habían sido sus colaboradores más cercanos —inclusive algunos que lo acompañaron en su periodo como gobernador del Estado de México—, ya sea por estrategia política o por errores que no ha consentido.
El más reciente movimiento en su gabinete fue el de Luis Videgaray, ahora exsecretario de Hacienda.
Videgaray no sólo fue uno de los dos puntales del gobierno de Peña Nieto. Antes fue coordinador de Transición Gubernamental, coordinador general de la campaña presidencial y secretario de finanzas en el Estado de México, con una amistad de casi tres lustros con Peña.
Luis Videgaray renunció el miércoles pasado en medio de la polémica por la visita a México del candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
“Muchas gracias, Luis, por el servicio que has prestado a esta nación”, le dijo el Presidente a su amigo.
Seis días antes, el 30 de agosto, por órdenes del Presidente de la República, Enrique Galindo fue relevado de la Policía Federal. La remoción se dio 11 días después de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos presentó un informe en el que menciona ejecuciones extrajudiciales en Tanhuato y en medio de la polémica por el enfrentamiento en Nochixtlán.
Así, el recuento de los hombres con los que Peña Nieto trabajó mucho antes de ser Presidente de México y que han sido desplazados ya suma más de media docena.
En el umbral de los 150 días de gobierno, con el reconocimiento de las principales fuerzas políticas por el Pacto por México, firmado tan pronto como tomó las riendas del país, el Presidente y todo México se enteraron el 27 de abril de 2013 de un escándalo montado por la hija de Humberto Benítez Treviño, entonces procurador del Consumidor, que presionó para que se clausurara un restaurante.
Benítez Treviño, un político mexiquense que fue procurador general de la República en 1994 y secretario general de gobierno en la administración de Peña Nieto en el Estado de México entre 2005 y 2009, fue destituido a mediados de mayo de 2013.
David Korenfeld, otro mexiquense, tuvo que dejar el gobierno de Peña Nieto después de que en redes sociales un vecino del fraccionamiento Bosque Real denunció que utilizó en beneficio personal un helicóptero de la Comisión Nacional de Agua (Conagua).
Korenfeld, que fue el secretario de Agua en toda la administración de Peña Nieto en el Estado de México, fue evidenciado en abril de 2015.
El exalcalde de Huixquilucán renunció a la Conagua debido a que fue evidenciado usando la nave de esa dependencia para llegar de su casa al aeropuerto de la Ciudad de México, aunque en un principio lo negó, aludiendo una situación médica y no recreativa.
En la Comisión Nacional de Seguridad han sido dos hombres los removidos. Primero Manuel Mondragón y Kalb, el 14 de marzo de 2014, y su sucesor, Monte Alejandro Rubido, fue destituido por el Presidente el 28 de agosto de 2015, después de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.
Otro de los personajes que dejó el primer círculo presidencial fue el exgobernador del Estado de México Emilio Chuayffet, quien se desempeñó como secretario de Educación Pública de diciembre de 2012 a 2015. Chuayffet, que fue secretario de Gobernación con el presidente Zedillo, habría tenido algunas resistencias para operar la Reforma Educativa del presidente Peña y actualmente está en el retiro.
Emilio Lozoya Austin, quien se integró al equipo del candidato presidencial Peña Nieto como coordinador de Vinculación Internacional y fue vicecoordinador de Asuntos Internacionales, ocupó la dirección de Pemex desde el principio de la administración, hasta el 8 de febrero pasado, sin que se conozcan públicamente los factores que lo dejaron fuera de la empresa productiva del Estado.
En la misma fecha se anunció la salida de la Secretaría de Salud de Mercedes Juan.
Jesús Murillo Karam, exgobernador de Hidalgo, que inició el gobierno de Peña Nieto como titular de la Procuraduría General de la República, dejó ese encargo para ocupar la titularidad de la Sedatu, desde donde dejó la administración pública.
Murillo, quien fue delegado del CEN del PRI en el Estado de México cuando Peña ganó la elección en 2005, jugó un papel fundamental en la campaña presidencial, cuando era senador.
Salió de la PGR conforme creció la inconformidad social por los informes acerca de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre de 2014, y dejó para la historia la frase de “la verdad histórica”.
Otro que dejó el primer círculo fue David López, su hombre de prensa de siempre. Salíó de la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia para ser diputado federal, desde donde buscó ser candidato a la gubernatura de Sinaloa, sin éxito.