Pocas propuestas y muchos ataques. El primer debate electoral por el Gobierno de Ciudad de México ha quedado desdibujado este domingo por la pelea entre los dos candidatos que más preferencia de voto acumulan: Clara Brugada y Santiago Taboada. Una hora y media en la que se lanzaron todas las acusaciones que traían a la mano y hasta bajo las mangas, pero profundizaron poco sobre qué harán de ganar las elecciones el próximo 2 de junio. La morenista le echó en cara a su rival el cartel inmobiliario, la trama de corrupción abierta en su alcaldía, y Taboada trajo a colación el cierre de las estancias infantiles que llevó a cabo el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y la tragedia de la Línea 12 del Metro. “Quienes nos están viendo en casa, se pueden dar cuenta de que lo que quieren es pelearse”, reclamó el tercer aspirante, Salomón Chertorivski, que va muy alejado en las encuestas.
Los tres candidatos se sentaron en sus sitios sobre las 20.00 horas. El formato, diseñado por el Instituto Electoral local, fue muy televisivo. Parecido a una mesa de debate como la de casi cualquier programa político. No habían pasado más que unos pocos minutos cuando comenzaron los “sombrerazos”, como le llamó el candidato de Movimiento Ciudadano. En su primera intervención, Brugada le echó en cara al representante del PAN que hable de seguridad —aunque ni siquiera había comenzado a hablar— cuando su partido “le entregó el país al narco”. Taboada le respondió diciendo que Morena “representa el fracaso y el retroceso”. La tensión escaló hasta el último minuto.
El candidato con las propuestas un poco más sólidas, al menos en el desarrollo del debate, fue Chertorivski, que evitó meterse en el meollo de la pelea y esbozó medianamente cuáles eran sus ideas. Pero los ataques concentraron casi toda la atención, y el aspirante naranja pudo verlo. Sacó unas palomitas de maíz e ironizó: “Yo me traje mis palomitas porque ya sabía que no iban a querer discutir”.
El primer debate de los tres que habrá en la campaña tenía dos grupos de temas a tratar. El primer bloque iba de desarrollo humano, estado de bienestar y política social. El segundo, de crecimiento, desarrollo económico y finanzas públicas. La propuesta más importante que lanzó Brugada fue la creación de un sistema público de cuidado, que incluirá una red de centros de desarrollo infantil, casas de día para los adultos mayores y cientos de centros de rehabilitación para personas con discapacidad. Una idea que criticó el candidato naranja: “En seis años no quisieron construir un sistema de cuidados, nosotros sí lo vamos a hacer”.
La alcaldesa de Iztapalapa con licencia intentó destacar no solo sus logros, sino los de la candidata presidencial de su partido, Claudia Sheinbaum, y los del Gobierno de López Obrador. Mientras que el líder panista se enfocó en criticar todas las políticas de la capital y del Ejecutivo federal. Quien mejor describió la situación fue el propio Chertorivski, que se convirtió en el principal espectador del cruce: “Es el conformismo contra el apocalipsis”.
Entre las pocas propuestas que esbozaron, Taboada habló de atender la crisis del agua, área en la que propuso reparar las fugas del sistema de distribución del líquido, la reutilización y la captación del agua de lluvia; la dignificación del salario de la policía; el acceso garantizado a los medicamentos; una cobertura universal para los niños; y el regreso de las escuelas de tiempo completo y las estancias infantiles. En este último punto se enzarzaron los rivales varios minutos. El alcalde con licencia de la Benito Juárez le reclamó no haberse manifestado ante la polémica decisión del mandatario, que acabó afectando a miles de familias en todo el país. “Clara no dijo nada, aplaudió”. La morenista justificó: “Lo que hizo el presidente fue quitar un tema de corrupción, no cerrar las estancias infantiles”.
Con el asunto del estado de bienestar en la mesa, Chertorivski, que fue secretario de Desarrollo Económico de la ciudad durante el mandato de Miguel Ángel Mancera, detalló que sus cuentas le señalaban que para asegurarlo se necesitaban 17.000 millones de pesos adicionales al presupuesto, y señaló que lo importante era hablar de dónde sacar el dinero. “Conozco perfectamente el presupuesto, y también se, en materia fiscal, de dónde obtener el recurso”, dijo.
Por fuera de las propuestas, por momentos, el debate se volvió una mesa de periodicazos. Ni Taboada ni Brugada se cansaron de sacar papeles que llevaban listos para agitarle en la cara a su rival. Hablaron de educación y se echaron en cara el estado de los colegios. Hablaron de becas y programas sociales, y se recriminaron el clientelismo. Luego hablaron de desarrollo, y se acusaron de robarse el dinero y no ser lo suficientemente transparentes. El primer encuentro cerró con más acusaciones que ideas. De fondo, la imagen del tercero en discordia sacudiendo los dedos indignado por lo que veía, en busca de una complicidad social que no llega.