A un mes de que grupos criminales pactaron una tregua en la zona centro de Guerrero, los índices de asesinatos en el estado se redujeron un 23 por ciento.
MILENIO realizó un recuento de los crímenes registrados en el reporte diario de homicidios dolosos del gobierno federal, de los 30 días previos y posteriores al 22 de febrero, cuando Los Ardillos y Los Tlacos llegaron a un acuerdo de no agresión en Chilpancingo, Guerrero.
Entre el 23 de enero y el 21 de febrero se reportaron 100 homicidios dolosos, mientras que del 22 de febrero al 22 de marzo se reportaron 77.
La diferencia podría ser mayor, pues en el reporte diario no están reflejadas las 12 personas que el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que fueron asesinadas en San Miguel Totolapan.
De acuerdo con el reporte diario, ese día sólo hubo cuatro homicidios dolosos en toda la entidad, a pesar de que la propia Fiscalía de Guerrero confirmó que encontró cinco cuerpos calcinados en la sierra de Tierra Caliente.
¿Qué dicen los obispos ante la inseguridad en el estado?
Durante el domingo de ramos, el Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, aseguró que la gente vive un poco más en paz por la tregua entre criminales.
“Hay que tocar el corazón de los hombres que promovieron la paz, hay que rezar que no les gane otro interés”, imploró González Hernández.
Para el padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello y quien ha seguido de cerca los acuerdos criminales, destacó en entrevista con MILENIO la eficiencia de la tregua.
“Sí disminuyeron, especialmente los homicidios dolosos, en las regiones de la región norte del Estado, de la sierra, Tierra Caliente y Chilpancingo, aunque siguen abiertos otros conflictos, como en la Costa Grande, especialmente en Tecpan, pero incluye a otros actores que no entraron en esas treguas”, dijo.
Explicó que el acuerdo de no agresión sí incluyó a La Familia Michoacana en la región norte y en la región de San Miguel Totolapan.
Consultado sobre el tema, el especialista en temas de seguridad, David Saucedo, señaló que pese a la disminución de homicidios dolosos, otras actividades delictivas continúan, como la extorsión y los secuestros.
Precisó que en dicho acuerdo entre organizaciones locales tuvo influencia la iglesia y que la finalidad fue fijar fronteras entre los territorios de ambos y así evitar que continuara la disputa.
“Con la intervención de la jerarquía católica no cesa la actividad criminal, evidentemente sigue el narcomenudeo, sigue la extorsión, sigue el secuestro, todo eso se mantiene. Lo que se logró fue una paz narca, es decir, líneas de frontera, se pactó respecto a territorios y ya teniendo cada grupo una zona específica de operación y desarrollo de sus actividades ilícitas ya no entran en conflicto”.
Añadió que es difícil saber si continuará el acuerdo entre Los Tlacos y Los Ardillos, pero destacó que el cese a la disputa que mantenían se debió al debilitamiento que presentaban en sus filas y a que La Familia Michoacana estaba ganando territorio en Guerrero.
“También los grupos ya tenían un desgaste fuerte, no podían continuar con este ataque entre ellos mismos porque además La Familia Michoacana les estaba ganando terreno. La guerra entre los grupos locales del narcotráfico estaba generando que grupos del exterior como La Familia Michoacana entraran a Guerrero a capturar territorios”.
