En preparación para el evento financiero más importante del año en México, Julio Carranza (Ciudad de México, 1959) tiene un largo hilo de reuniones pendientes. La edición 87 de la Convención Bancaria es la primera de Carranza como presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), y, más que nervioso, se dice entusiasmado. “Te habrás dado cuenta que soy un optimista de México”, dice Carranza, también presidente del Consejo de Administración de Bancoppel, al recibir a EL PAÍS en un salón en el Centro de Exposiciones del Hotel Palacio Mundo Imperial, sede del evento.
Este año, el evento está cargado de simbolismos y señales al futuro. Se eligió Acapulco (Guerrero) como sede para impulsar la economía devastada por un huracán y asistirán, además del presidente Andrés Manuel López Obrador, los tres candidatos a la presidencia. A ellos, la ABM les pide tres tareas en concreto: invertir en la infraestructura física necesaria para aprovechar el nearshoring, capacitar técnicamente a las poblaciones que pudieran beneficiarse de empleos en manufactura y cuidar el Estado de derecho.
Pregunta. A seis meses de que el huracán Otis devastó Acapulco, ¿cuál es el mensaje que quiere mandar la ABM al hacer la Convención Bancaria aquí?
Respuesta. Teníamos ya todo planeado para hacerla en Nuevo Vallarta, Nayarit, cuando, de pronto, el 25 de octubre vino este huracán categoría cinco que fue terrible. Nunca se había visto algo así en Acapulco. El huracán Paulina, por ejemplo, fue muy fuerte y desafortunadamente mató mucha gente. Otis afortunadamente no cobró tantas vidas, pero mató la economía. De los 20.000 departamentos que resultaron muy afectados, solo el 20% estaban asegurados. De los 380 hoteles que había, la gran mayoría quedaron muy afectados. Todas las 87 sucursales bancarias resultaron afectadas, si no por el huracán mismo, durante los saqueos de los días siguientes. Miramos la relación que hay entre la ABM y Acapulco, que 40 de las 87 convenciones bancarias anuales se han hecho aquí, y lo que decidimos hacer fue ayudar. Queremos apoyar a Acapulco y por eso decidimos traer la convención este año y posponer llevarla a la Riviera Nayarit Vallarta.
P. El año pasado ya la habían sacado de Acapulco y se hizo en Mérida.
R. Lo que queremos hacer es que la Convención Bancaria vaya a todas las regiones del país. Es el evento financiero más importante del año y hemos visto que es algo muy bueno para la ciudad y para la región a donde la llevamos. Por eso fue que decidimos sacarla de Acapulco y empezarla a llevar a todos los estados. Este año regresamos a Acapulco y hemos tenido una grata sorpresa.
P. ¿Cómo están asimilando los inversionistas, bancos y empresas el proceso electoral?
R. México tuvo un récord de 36.000 millones de dólares en inversión extranjera directa el año pasado. Esto tiene que ver con que, a partir de la pandemia, estamos viendo un mundo regionalizado en lugar de globalizado. Para México, la integración de las cadenas de suministro representa una gran oportunidad. Formamos parte del TMEC, bloque comercial que hoy genera el 28% de todo el comercio mundial. Este bloque comercia 50% más de lo que hace China y 55% más de lo que comercia la Unión Europea. Hoy en día, hay cerca de 400 proyectos que están en diferentes etapas de nearshoring o de relocalización, o que tienen que ver con inversión extranjera, o que tienen que ver con inversión mexicana. Mucha gente me dice que México no está listo con la infraestructura para aprovechar esta oportunidad y mi respuesta es ¿y cuándo sí estamos listos? ¿Cuándo hemos estado listos en un país emergente para atender estas oportunidades? Las oportunidades llegan y en ese momento nos ponemos a trabajar todos y aprovechamos las oportunidades.
P. Entiendo que es un momento de nearshoring, pero yo le pregunté sobre el proceso electoral.
R. Lo que pasa es que, en la parte económica, México ha tenido un buen desempeño. Cuando el presidente López Obrador asistió a la convención en 2019, la primera a la que asistió, se comprometió a respetar y a no cambiar la regulación bancaria y lo cumplió. Esto ha generado una gran inversión por parte de la banca, al tener certidumbre y confianza de que no iban a cambiar las reglas. Entre 2018 y 2024, la inversión en capital de la banca creció 60%. La inversión en tecnología ha sido de casi 25.000 millones de pesos por año. No es que me salga del tema electoral, es que dar certidumbre y confianza es un muy buen ejemplo. Nosotros le pedimos a las candidatas y al candidato tres cosas. Una, es cuidar que se haga la inversión física requerida para el desarrollo. Esto incluye en transporte y en energía. Dos, es cuidar el Estado de derecho, que tiene muchas aristas. Nos referimos a que hay que cuidar la seguridad, que los mensajes hacia los inversionistas, tanto extranjeros como los mexicanos, sean de confianza. No cambiar las reglas del juego. En el caso particular de la banca, pedimos la creación de tribunales especializados que permitan resolver los casos de créditos. Esto nos va a permitir que el crédito pueda seguir creciendo de manera importante. Y tres, pedimos capacitación técnica. Tenemos una gran cantidad de empresas que van a venir a fabricar cosas muy específicas y a lo mejor a veces hasta sofisticadas. Lo que se necesita es una mano de obra calificada técnicamente para atender toda esa demanda de empleo que se va a generar.
P. En los últimos años han entrado grandes jugadores al sector financiero, aunque no son bancos. Registradas como empresas fintech o sociedades de distinto corte, ya son competencia para los bancos. ¿Cómo se verá el sector en cinco años?
R. En la banca mexicana hay una gran concentración en los volúmenes, en las utilidades y demás. Es bueno para el mercado que haya mayor competencia, pero que haya una competencia con piso parejo. Eso significa que productos similares tengan una regulación igual.
P. ¿La ABM está buscando que los partidos pasen legislación necesaria para emparejar el piso?
P. No se necesita legislación, lo único que se necesita son reglas que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) pone y que el Banco de México ponga las reglas de la parte del sistema de pagos. Lo que ha sucedido es que estas grandes fintechs, han venido a México y han visto el mercado mexicano con mucho interés, cosa que nos encanta, y han decidido ahora pedir una licencia bancaria. ¿Por qué piden una licencia bancaria? Porque la oportunidad de ser un banco te pone en otra dimensión completamente distinta, pero además te pone reglas parejas y con una supervisión y una regulación adecuada para el desarrollo del país. No podemos estar en contra. Al contrario, estamos muy contentos de que vengan nuevos participantes y que hayan decidido invertir en una licencia bancaria y hacer las cosas bien. El sector está en una evolución. En los últimos 10 años, pasamos de 2,4 millones de contratos de banca digital a más de 80 millones de contratos. Es un crecimiento brutal el que hemos tenido.
P. ¿Cómo está más atada de manos la banca que las distintas sociedades financieras?
R. Hay muchos productos que estas entidades ofrecen bajo una supervisión mucho más laxa o sin regulación. En el sistema hay 52 bancos, siete de ellos son sistémicos. Los otros 45 están compitiendo en diversos nichos de mercado. Tienes muchos bancos que son pequeños en México y esos bancos están compitiendo con fintechs y sociedades financieras de distintos tipos. Pero los bancos están operando en un ambiente regulado. Pedimos que tengan una regulación igual y, ahora, sí, que gane el mejor.