Morelos y cinco estados más concentran la mitad de homicidios dolosos del país
Con 180 asesinatos durante el mes de abril, el estado de Morelos permanece en el segundo lugar nacional de la lista de entidades de víctimas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes con un promedio
prácticamente de 9 a diferencia del mes de marzo que fue de 7.
Con estas cifras, abril se convirtió en el mes más sangriento de la administración de Cuauhtémoc Blanco, quien al inicio de su gestión, prometió junto con Ortiz Guarneros combatir la inseguridad en Morelos,
pero no sólo no cumplió, sino se dispararon los crímenes hasta llegar a promediar 6 asesinatos diarios.
A unos meses concluir el sexenio, la seguridad es el principal tema de las campañas ante el crecimiento de la violencia en el estado. La reciente masacre en Huitzilac nuevamente prendió los focos rojos, pero el aumento de los homicidios dolosos ha sido una constante en este gobierno.
Respecto al mes de marzo, los homicidios dolosos aumentaron un 26.8 por ciento en treinta días; pero en comparación con abril del año pasado la cifra se incrementó 63.6 por ciento.
Morelos, junto con otros cinco estados de la República concentran casi la mitad de los homicidios dolosos que han ocurrido en el país hasta abril de 2024, revela el informe de la secretaria de Seguridad Pública federal, Rosa Icela Rodríguez, rendido en la conferencia mañanera del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el informe precisa que Morelos registra, hasta abril, 597 asesinatos violentos, lo que lo coloca entre los estados más peligrosos del país, junto con Jalisco con 602, Chihuahua con 658, Edomex con 813, Baja California con 817 y Guanajuato con mil. Y es justamente abril el mes más violento en los últimos años.
La estrategia de Mando Coordinado implementada por la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES), a cargo de José Antonio Ortiz Guarneros, ha sido un total fracaso, pues mientras la secretaria de Seguridad Pública Federal presume cómo han descendido los homicidios dolosos en otros estados del país, se refiere a Morelos con la creciente escalada de violencia y muerte.
Ortiz Guarneros ha sido incapaz de detener la ola delictiva que azota a la entidad, a pesar de que los cuerpos policíacos de 35 municipios están bajo su mando, porque a pesar de esto no ha podido prevenir los delitos y, peor aún, no hay detenidos en flagrancia en los casos más relevantes, incluso los que se han cometido en la capital del estado.
Del mismo modo de que la sociedad ha estado a merced de la ola delictiva, también el proceso electoral se ha vestido de sangre ya, con asesinatos a candidatos o sus familiares, como es el caso de Giovanni Lezama Barrera, asesinado en Cuautla a principios del año y quien aspiraba a ser diputado.
No obstante, la ola de muertes de personas vinculadas a candidatos también ha estado presente, como es el caso de Teodoro Gorostieta, tío de la candidata a diputada federal Gabriela Gorostieta, en las inmediaciones de su casa de campaña en Progreso, Jiutepec, o la de Mario Aguirre, hermano del candidato a la alcaldía de Tetecala, Cutberto Aguirre, mientras días antes cuatro trabajadores del Ayuntamiento fueron baleados en la unidad deportiva.
Durante abril también fue asesinado el periodista Roberto Carlos Figueroa, lo que motivó sendas protestas de los periodistas de Morelos tanto en la Fiscalía General del Estado, lo mismo que en Palacio de Gobierno, y no se olvide que un comando de diez hombres fuertemente armados entró a un hospital para asesinar a un paciente.
El líder estatal del PRD, Sergio Prado Alemán, ha afirmado que el abanderado a Cuautla por la alianza opositora, Jesús Corona, fue baleado y sobrevivió al atentado, y que al menos 12 aspirantes a cargos de elección popular han desistido de sus candidaturas por amenazas de muerte.
Son 4 mil 489 homicidios los que Morelos y otros cinco estados registran hasta abril, lo que equivale a que tan solo estas seis entidades acumulan el 45.9 por ciento de los homicidios de todo el país, en tanto José Antonio Ortiz Guarneros afirma que se están magnificando los hechos y las cifras, como ha declarado recientemente.