Alrededor de 20 mil personas, según los organizadores, la mayoría vestidas de blanco, salieron a las 9 de la mañana de la iglesia del poblado de Tlaltenango, en la capital del estado, con pancartas en las que se leía: ¡Yo sí decido y exijo la paz!
.
Caminaron hacia la catedral de Cuernavaca, ubicada en el centro, y cerca de las 11 horas el prelado dio un mensaje. Primero habló de la inseguridad y la violencia que padece el país, después del estado y sus municipios.
Caín y Abel
Casi al final de su discurso, tras narrar un pasaje de la Biblia sobre Caín y Abel, pidió a los presentes no equivocarse
, como lo hacen quienes tienen responsabilidad civil, poder federal y estatal para impedir la violencia en las calles y prefieren ser omisos por falta de capacidad.
“No nos equivoquemos, hermanos, (la) democracia sirve también para castigar con el voto a los malos gobiernos (lo que generó gritos y aplausos); si no saben, no quieren o no hacen lo que les corresponde, la ciudadanía tiene ese poder.
La gente exige seguridad porque es su derecho, la necesita para trabajar y desarrollar al estado a través de trabajo productivo y no mediante las dádivas que nos hacen dependientes y no libres
, recalcó Ramón Castro.
La paz es compromiso de la Iglesia
La Iglesia está comprometida con la paz interior y con la paz exterior, con la paz social y la del mundo
, e insistió que el rencor, el odio, la agresión, los asesinatos, la guerra en sus múltiples formas no serán nunca una salida a los conflictos; sino que son siempre un laberinto interminable de muerte y dolor
, subrayó.
El obispo manifestó que la realidad que se vive a nivel nacional nos interpela y es indispensable reconocer la violencia y la inseguridad que se percibe en casi todo México
.
Y continuó: la violencia tiene, de algún modo paralizado el país, la Iglesia, que tiene presencia en todos los rincones de nuestro México, sabe lo que dice, porque lo está viviendo
, afirmó.
Pierde más el que la niega, el que la tergiversa; hace mucho daño el que se usen mentiras para intereses egoístas y mezquinos, y resulta evidente que la estrategia de abrazos y no balazos no ha resultado
, señaló.
Recuento de la inseguridad
En su prédica hizo un recuento de la inseguridad, la violencia, el trasiego de drogas, la presencia del crimen organizado que se disputa el territorio morelense, y en una parte afirmó que en el último tramo del sexenio que concluye, según Castro, han asesinado a casi 200 mil personas.
Es decir, según especificó, un promedio de 90 muertos diarios, y hay más de 130 mil personas desaparecidas, “sin contar que de ellas, 92.5 por ciento no se denuncian y es lo que llamamos la ‘cifra negra’”, indicó.
Por toda esta realidad, yo debo de decir a voz en cuello que sigo viendo un Morelos herido, con sed de justicia, con miedo, un Morelos descuidado por aquellos que deberían de encargarse de su seguridad y de la impartición de justicia
, expresó el presidente de la CEM.