Dos días después de que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya ordenase a Israel detener de inmediato su ofensiva en Rafah, un bombardeo aéreo ha causado este domingo allí una matanza, en el campamento de desplazados de Tel al Sultan. El ataque provocó un incendio que se fue extendiendo por las precarias construcciones de chapa, plástico o tela hasta acabar con la vida de al menos 45 personas, 23 de ellos menores y mujeres, según el balance proporcionado ya este lunes por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en la Franja, una vez extinguido el fuego y recuperados los cadáveres. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo ha calificado en el Parlamento de “trágico error” y el ejército ha admitido, en sus primeras pesquisas, que el origen del incendio fue el asesinato selectivo ―que había calificado previamente de “preciso”― en ese campamento de dos mandos locales del brazo armado de Hamás. Según la Media Luna Roja Palestina, era una de las zonas designadas por Israel como “humanitarias” y, por tanto, seguras; algo que niega Israel.
Aparentemente, buena parte de las víctimas murieron abrasadas o asfixiadas por el humo. Las imágenes grabadas por los periodistas y habitantes del lugar son estremecedoras. Muestran el hallazgo de cuerpos calcinados, entre ellos de bebés y adolescentes, mientras un incendio consume parte del campamento y apenas hay agua para apagarlo. Desde el alba se pueden ver los restos de chabolas carbonizadas, a gente llorando a sus seres queridos o a los cadáveres envueltos o mostrados a la prensa.
Uno de los testigos entrevistados por los medios, Muhamad Ahmed Abu Sibah, contó que llevaba cinco meses en el campamento y hasta entonces se sentía relativamente seguro. Hasta este domingo, cuando estaba en su tienda de campaña “entre [las oraciones] del Maghrib y el Isha”, a última hora de la tarde, y oyó una explosión. Después, otra. “Fueron al menos dos misiles. El fuego comenzó a venir en esta dirección. Había coches quemados, mártires [muertos]…”, explicó.
El portavoz del Gobierno israelí, Avi Hyman, ha admitido en una rueda de prensa el origen del incendio, según las investigaciones preliminares. “Fuimos a por dos mandos de Hamás responsables de muchos ataques […] Se desencadenó un incendio, los terroristas estaban bajo tierra…”, señaló. El ejército los ha identificado como Yasin Rabia y Jaled Nagar, ambos mandos militares de la milicia de Hamás en Cisjordania. “En una guerra de tal alcance e intensidad, también ocurren incidentes complejos. Algunos, como el de anoche en Rafah, son muy difíciles”, ha señalado la máxima fiscal militar, Yifat Tomer Yerushalmi.
Israel efectuó el bombardeo poco después de que Hamás ―el movimiento islamista que aún combate en partes de Gaza y responsable del ataque multitudinario del 7 de octubre― hiciese una demostración de fuerza con su primera andanada de cohetes en cuatro meses contra la región de Tel Aviv. Manifestaba así cómo ocho meses de invasión no han anulado su capacidad de alcanzar ciudades importantes y lejanas. Desde la orden del tribunal de La Haya, el ejército israelí no ha rebajado la intensidad de su ofensiva en Rafah, y sigue bombardeando otras partes de la Franja.
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Según la Media Luna Roja Palestina, Tel al Sultan no estaba entre las zonas que había ordenado evacuar en el marco de la ofensiva que comenzó el pasado día 6 en Rafah y en la que va dando órdenes parciales de abandono. Estas órdenes, y el temor generalizado de la población a una invasión terrestre a gran escala, han llevado ya a abandonar Rafah a la mayoría de gazatíes que se venían concentrando allí desde hace meses, en busca de un último refugio ante el avance del ejército en el norte y tras su llegada a la cercana ciudad de Jan Yunis. Se calculaba que estaban en torno a 1,4 millones de personas. Naciones Unidas cifra en 900.000 los que ya se han marchado a la fuerza, parte de ellos hacia Al Mawasi, la “zona humanitaria ampliada” designada por Israel y cuyas condiciones preocupan a las organizaciones internacionales y no gubernamentales.
Indignación
La indignación por la matanza ha trascendido Palestina, con términos más duros de lo habitual, motivados aparentemente por la pérdida de paciencia hacia Israel y a que pocos días antes, el Tribunal de Justicia Internacional (TIJ), con sede en La Haya, le pidiera detener de inmediato su ofensiva justamente en Rafah y, unos días antes, el fiscal jefe de otro órgano judicial sin ninguna relación, el Tribunal Penal Internacional, solicitase una inédita orden de detención contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant.
En Bruselas, tanto el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, como la titular alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, han pedido a Israel que respete la decisión del TIJ. Y el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha manifestado “indignado” y ha pedido un “alto el fuego inmediato”, mientras que Guido Crosetto, el ministro de Defensa de Italia (otro de los países europeos más cercanos al Estado judío) ha asegurado que ya “no se puede justificar” la situación en Gaza, que ve con “desesperación”.
También puede encender aún más la situación en Cisjordania, una suerte de contenida olla a presión. La matanza motivó allí pequeñas manifestaciones de madrugada y el portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, pidió una “intervención urgente” ante una “masacre que supera todos los límites”. Hamás ha pedido este lunes una “escalada en las actividades públicas de rabia y presión para parar la agresión y la guerra genocida”. Y, por primera vez en meses, se han organizado protestas pacíficas simultáneas en varias localidades de Israel con población ―completa o mayoritariamente― palestina.
Un guarda fronterizo egipcio muere en un tiroteo con fuerzas israelíes en Rafah
Israel y Egipto han protagonizado este lunes un incidente de potencial explosivo, pero del que ambos países (con un acuerdo de paz desde 1979) parecen querer pasar página con rapidez. Sus tropas se han enzarzado en un tiroteo (cuyo origen y alcance no está claro) cerca del paso de Rafah, que conecta Gaza y Egipto, en el que ha muerto un guarda fronterizo egipcio, según el portavoz de su ejército. Las Fuerzas Armadas de Israel se han limitado a confirmar la existencia del intercambio de fuego.
El incidente es delicado, porque El Cairo llevaba meses advirtiendo al Gobierno de Benjamín Netanyahu contra la toma del lado palestino de Rafah, donde solo puede posicionar un número determinado de tropas, según el acuerdo entre ambos. El ejército israelí lo hizo, sin embargo, a principios de mes, y un blindado israelí paseó la bandera para subrayarlo, ante la mirada de los soldados egipcios al otro lado de la verja.
Ambos países vivieron el pasado junio un incidente más grave en su frontera común. También entonces se esforzaron en quitarle hierro para no dañar sus relaciones bilaterales, estratégicas para ambos y para Estados Unidos. Fue un confuso tiroteo, el mayor en una década, en el que murieron tres soldados israelíes y un policía egipcio.