La crisis climática no implica únicamente mucho calor, sino también huracanes con vientos intensos como Otis, en Acapulco
Luego de una temporada de un calor intenso en México, la llegada del fenómeno de “La Niña” enfriará al país. Sin embargo, la crisis climática no se refleja en altas temperaturas, sino también en los fuertes huracanes, como Otis, en tiempos de lluvias.
En este sentido, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) advirtió que la próxima temporada de huracanes en el océano Atlántico será excepcionalmente fuerte.
Esto, según explicó la dependencia, responde a que “La Niña” incrementará la cantidad y potencia de los huracanes. En consecuencia, la NOAA llamó a las autoridades de en materia de protección civil para tomar medidas de precaución con anticipación.
Según la NOAA, el periodo de huracanes iniciará el 1 de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre. Asimismo, especialistas señalaron que es 85 por ciento probable que sea una temporada más intensa que la normal.
De esta manera, se esperan entre 17 y 25 tormentas con nombre, de las cuales entre 8 y 13 podrían convertirse en huracanes.
¿Qué es La Niña?
La Niña es la fase fría del ciclo natural conocido como Oscilación del Sur de El Niño (ENOS). Se caracteriza por un enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del océano Pacífico tropical, en comparación con sus valores promedio. Este enfriamiento altera la circulación atmosférica y genera cambios en los patrones climáticos a nivel global.
Imagina el océano Pacífico como un gigantesco termostato que regula el clima a nivel global. En ocasiones, este termostato se desajusta, enfriándose de manera anormal en su región central y oriental. Este fenómeno tiene consecuencias significativas en el clima de diversas regiones del planeta, México incluído.
El origen de La Niña no está completamente claro, pero se cree que está relacionado con cambios en la circulación atmosférica y oceánica. En condiciones normales, los vientos alisios soplan de este a oeste en el Pacífico tropical, empujando las aguas cálidas hacia el oeste y acumulándolas cerca de Australia.
Sin embargo, durante La Niña, estos vientos se debilitan, lo que permite que las aguas frías del subsuelo marino asciendan a la superficie, enfriando las aguas tropicales del Pacífico central y oriental.