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EL UNIVERSAL: Abróchense el cinturón

 

El superpeso se desinfló esta semana tras los resultados de las elecciones del, proceso que arrojó una mayoría para Morena en la siguiente Legislatura del Congreso de la Unión, lo que disparó el temor de inversionistas por el impacto económico que tendría la aprobación de las reformas presentadas en febrero por el Ejecutivo federal.

El tipo de cambio al mayoreo cerró en por dólar, lo que significó una depreciación respecto al viernes pasado de 8.34% o 1.42 unidades, su mayor retroceso semanal desde marzo de 2020, al inicio de la pandemia de Covid-19.

Además, es la mayor depreciación semanal tras una elección presidencial cuando menos desde los comicios de 1994, dijo Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Financiero Base.

En la semana, el tipo de cambio tocó un mínimo de 16.92 y un máximo de 18.46 pesos por dólar, nivel intradía no visto desde la sesión del 20 de octubre de 2023.

Resultado de lo anterior, la moneda mexicana terminó como la más perdedora en la semana a escala global en los cruces de las principales divisas frente al dólar. Pasó de estar entre las de mejor desempeño en el año, a ser una de las más depreciadas, ante un aumento en la aversión al riesgo sobre México.

El movimiento de la paridad está influenciado a nivel interno por los recientes comentarios del gobierno actual y del grupo de legisladores electos de Morena sobre la posibilidad de aprobar reformas constitucionales en septiembre, pese a que la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, dijo a medios locales el jueves que cualquier reforma debe ser evaluada y explicada, comentó Janneth Quiroz, directora de análisis económico, cambiario y bursátil de Monex.

Serpientes y escaleras

La aversión al riesgo se había moderado luego de que el martes por la mañana, en breve llamada con analistas, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, reiteró que seguirá al frente de la dependencia por tiempo indeterminado y se comprometió a reducir el déficit a 3% del PIB, dando algo de confianza a los mercados, explicó Siller.

Sin embargo, la aversión al riesgo volvió a dispararse en las últimas dos sesiones de la semana, luego de que el líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, dijera el jueves que están preparados para discutir en septiembre las iniciativas de reformas de López Obrador, entre las que destacan la del Poder Judicial, la electoral y la desaparición de organismos autónomos.

Ayer, en la última sesión de la semana, el tipo de cambio alcanzó el máximo de 18.46 pesos por dólar luego de que AMLO dijera en su conferencia de prensa que el Poder Judicial está tomado por una minoría, enviando la señal de que impulsará esa reforma antes de terminar su mandato.

Otro factor que depreció al peso mexicano fue el fortalecimiento generalizado del dólar estadounidense, que en la semana ganó 0.88%, de acuerdo con el índice ponderado, su mayor incremento desde la semana que terminó el 12 de abril. Lo anterior sucedió ante la publicación de datos de empleo positivos en Estados Unidos, que hacen pensar que la Reserva Federal (Fed) mantendrá elevada su tasa de interés, coincidieron Quiroz y Siller.

El dólar al menudeo terminó la semana en 18.60 pesos a la venta en bancos, 6.6% o 1.15 unidades por arriba del cierre del viernes anterior, de acuerdo con Banorte.

Junto con el alza del tipo de cambio, se observaron caídas en el mercado de capitales en México, de forma que el Índice de Precios y Cotizaciones de la BMV cerró la semana con una pérdida de 3.99%.

En la sesión del lunes el principal indicador del mercado cayó 6.1% tras la noticia de resultados electorales. El resto de la semana el IPC trató de recuperar el terreno perdido, pero ayer volvió a caer 2.8%.

De las 35 emisoras que integran el Índice de Precios y cotizaciones, 26 cayeron en la semana, resaltando Banorte, con un retroceso de -13.7%; Gentera, -10.3%; Industrias Peñoles, -10.0%; Banco del Bajío, -9.6%; Grupo México, -9.3%; Megacable, -9.0%; Qualitas, -8.8%, y Banregio, -8.3%.

Los mercados financieros están en un proceso de adaptación a la nueva realidad, ya que refleja la importante preocupación y sensibilidad sobre el periodo de transición; particularmente, cómo será el cierre de la administración actual y el inicio del nuevo sexenio, advirtió Quiroz.

Si bien existen diversos contrapesos que han ayudado a dar algunos respiros, la elevada incertidumbre sobre lo que acontecerá en los siguientes meses se mantiene en la visión de los inversionistas, agregó.

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