Nadie quiere hacerse cargo de su situación y seguridad: Susana Díaz
En promedio, el 75 por ciento de las mujeres recluidas en centros penitenciarios federales y estatales en Morelos no han sido sentenciadas, pues se encuentran en prisión preventiva, de acuerdo con cifras tanto del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y autoridades penitenciarias.
Sin embargo, no se trata solamente de los meses, años y hasta décadas que pueden permanecer en prisión sin sentencia, sino que están expuestas a vejaciones, maltratos y supuestos suicidios.
Para Susana Díaz Pineda, integrante del Centro de defensa de Derechos Humanos "Digna Ochoa", el problema es sumamente grave porque ninguna autoridad quiere hacerse cargo de la situación en que viven
las mujeres en prisión preventiva oficiosa, muchas de las cuales pueden terminar en "suicidios", como en el CEFERESO 16.
Las autoridades no se han hecho responsables de atender, investigar y catalogar bien las muertes de mujeres en las prisiones. Y si las que gozan de libertad, aquí afuera en la ciudad, son víctimas de feminicidios, lo mismo está ocurriendo en los centros de reclusión, señala.
“El problema es que nadie quiere hacerse cargo de lo que ocurre con las mujeres privadas de la libertad. Si con las que estamos afuera existe una indolencia total en su seguridad, quienes están en reclusión están siendo todavía más maltratadas y violentadas, son ignoradas y esa parte no puede seguir así”, refiere Susana Díaz.
Y mientras mujeres que deben ser consideradas inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad y reciban sentencia, el hecho, agrega Díaz Pineda, es que “Urge que alguna autoridad atienda lo que está ocurriendo en los reclusorios”.
En el caso del CEFERESO 16, afirma que debe investigarse cuáles son las condiciones que prevalecen en ese centro que debiera ser de readaptación social: “Se requiere saber qué las lleva al suicidio, si es el caso, o si se trata de un feminicidio, se debe saber cuáles son las condiciones que obligan a otras mujeres a perder la vida”, refiere.
De las mujeres sin sentencia, en el caso del CEFERESO 16, afirma: “Hay que recordar que aquí vienen muchas mujeres por delitos federales”, con el consabido traslado de diversos puntos del país, lo que desata otro drama para ellas.
“Muchas son apartadas de sus familias, porque son traídas de otros estados, no tienen ese respaldo y apoyo de los suyos”; describe, pues el hecho es que la mayoría son personas de escasos recursos y que carecen de medios para mantenerse cerca de su familiar en prisión, que no ha recibido sentencia.
Mujeres presas sin saberse, sin definirse si son culpables de lo que se les imputa, que son traídas a Morelos, en el CEFERESO 16, apartándose de sus hijos, muchos de ellos pequeños, a los que pasa largo tiempo sin verlos, en la agonía de no ser directamente las madres presas las que puedan estar a su cuidado.
Pero el sistema penitenciario no cambia, las recomendaciones de organizaciones de derechos humanos oficiales e independientes son ignoradas, los juzgados estatales y federales tardan una eternidad en emitir sentencias, y el fantasma de si la prisión preventiva oficiosa debe seguirse aplicando, sobre todo porque, después, no hay forma alguna de resarcir el daño que se causa a mujeres cuyas vidas ya nunca vuelven a ser lo mismo, si fueron privadas de su libertad, siendo inocentes.