El secretario de Gobierno en funciones de gobernador, Samuel Sotelo Salgado, escogió Cuautla, uno de los municipios con mayores tasas de incidencia en homicidios dolosos, extorsión, feminicidio, narcomenudeo, lesiones dolosas, y en el que sus habitantes han sumado un nuevo temor, al robo de infantes, para asegurar que la administración saliente ha trabajado en el tema de seguridad, aunque “hay veces que se magnifican ciertas cosas”.
Ante un sonriente alcalde cuautlense, Rodrigo Arredondo López, primer responsable de la seguridad en el municipio, Sotelo Salgado, funcionario elegido por el gobernador, Cuauhtémoc Blanco para cerrar su administración aseguró que “se ha trabajado de manera permanente con la Mesa de Seguridad, con el presidente municipal”.
Concedió que “falta mucho por hacer, pero pues bueno, hay una estrategia federal que está replicada aquí en Morelos”, Y repartió culpas: “no solamente es responsabilidad del Ejecutivo sino también de las autoridades federales… Fiscalía General, Fiscalía del Estado… entonces es un trabajo muy intenso y diario tenemos reuniones para analizar y ver qué otras estrategias se irán implementando, y es un trabajo intenso, falta pero se está trabajando”, pretextó.
Acusó una campaña montada por a quienes llamó, “los que están enfrente”, y advirtió: “sin duda, hay quienes quieren perjudicar, mientras más se avanza, mientras más se trabaja, los que están enfrente utilizan cualquier circunstancia para golpear y demeritar”.
Y las circunstancias han sobrado en la administración de Cuauhtémoc Blanco: desde que asumió el cargo con la promesa de frenar la violencia y criminalidad de las que acusaba a Graco Ramírez y su comisionado de seguridad, Alberto Capella; en el estado se acumulan 6 mil víctimas de homicidio doloso de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; el total de homicidios dolosos es 84% mayor que el registrado en todo el sexenio anterior (3 mil 347); y 142% que, en el sexenio de Marco Adame Castillo, marcado por la llamada “Guerra contra el Narco”.
De las víctimas de homicidio, feminicidio y transfeminicidio durante este sexenio, destacan más de una veintena de activistas sociales, defensores de la tierra y los derechos humanos, dos comunicadores y hasta funcionarios públicos municipales y una diputada fueron ultimados en los últimos seis años. Otros más han salvado la vida por poco después de ataques armados.
En lo que va del sexenio también se han reportado mil 276 personas desaparecidas y no localidades; los feminicidios contabilizados por colectivas feministas rondan los 500 en el sexenio, además hay incremento importante en todas las formas de violencia contra la mujer, incluyendo lesiones dolosas, lesiones culposas, homicidio culposo y violencia sexual. La extorsión ha tenido un repunte superior al 800 por ciento en los últimos dos años. El robo de vehículos, al transporte público, de maquinaria, a negocios, aunque con vaivenes en las cifras se han mantenido al alza en términos generales durante todo el sexenio.