El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, aceptó que le gusta la idea de que el T-MEC continúe, pero admitió que tendrá que considerar otras opciones dependiendo de las decisiones que tome México.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum minimizó las peticiones de los gobernantes de las provincias canadienses de Alberta y Ontario para excluir a México del tratado comercial, al asegurar que son declaraciones en un contexto de campaña electoral.
En conferencia de prensa, Trudeau señaló que existe un “acuerdo comercial absolutamente excepcional en este momento, es algo que nos gustaría que continuara, esa es mi primera opción. Garantizaremos los empleos y el crecimiento de Canadá a largo plazo.
“Lo ideal es que lo hagamos como un mercado norteamericano unido, pero en espera de las decisiones y elecciones que México tome es posible que tengamos que considerar otras opciones”.
En ese sentido, detalló que ya planteó sus preocupaciones sobre la inversión china en México a Sheinbaum.
Sin embargo, en la mañanera, la Presidenta reiteró que Trudeau no aprueba excluir a México del acuerdo comercial.
“Él no está de acuerdo en sacar a México del tratado, me lo comentó muy claramente y pactamos seguir dialogando; ellos tienen sus elecciones pronto, entonces usan estos temas como parte de una campaña”, expresó.
El miércoles pasado, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, acusó que México “introduce partes chinas baratas, colocando etiquetas de ‘Hecho en México’ y enviándolas a través de Estados Unidos y Canadá, causando la pérdida de empleos estadunidenses y canadienses. Queremos un comercio justo”.
Proyecto antirretorno
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que si el futuro gobierno de Donald Trump en Estados Unidos deporta a mexicanos, serán recibidos en el país, pero ella tiene un plan para demostrar que no deben ser repatriados.
“En caso de que hubiera deportaciones, vamos a recibir a los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar en demostrar que no tienen por qué repatriar a nuestros connacionales que, al contrario, benefician a la economía de Estados Unidos”, detalló en la mañanera.
La mandataria afirmó que no está de acuerdo “en que se trate a los migrantes como criminales” y que, de ser el caso, “para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo”.
Explicó que los argumentos en defensa de los migrantes serán presentados, en su momento, públicamente cuando su gobierno tenga las reuniones con el equipo de Donald Trump.
“Todavía no hay una reunión, pero esperamos que se pueda dar para mostrar toda esta información, porque a veces con una frase, que no tiene sustento, se acusa, por ejemplo, a los mexicanos en EU, y la otra es todo el fortalecimiento de consulados que estamos trabajando.
“He leído que dicen que la Presidenta y su equipo no están preparados. Sí tenemos un plan, y en su momento, cuando sea propicio, vamos a hacer estas conversaciones con el equipo de Trump”, afirmó.
El documento expondrá “la importancia de la labor que realizan los mexicanos en Estados Unidos, cuántos recursos pagan en impuestos y la necesidad que tiene ese país de esos trabajadores”.
Por la mañana, la Presidenta informó que más tarde iba a sostener una reunión con su gabinete para definir temas que va a tratar con la administración de Trump, como comercio, migración, seguridad, cuestiones culturales, de amistad y el T-MEC.
Trump, con menos destierros
La próxima administración del republicano Donald Trump amenaza con pisar el acelerador en las deportaciones de migrantes.
Durante su primer mandato y lo que va de la administración de Joe Biden, el gobierno de Estados Unidos ha deportado un promedio anual de 194 mil 138 mexicanos, de acuerdo con cifras de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.
En total, el republicano deportó a 766 mil 376 migrantes mexicanos entre 2017 y 2021, cifra ligeramente menor a los 786 mil 730 connacionales devueltos al país en la gestión del demócrata Joe Biden, con datos hasta septiembre pasado.
La diferencia es que Trump recibió una cantidad significativamente menor de migrantes en comparación con Joe Biden.
Durante el último año de gobierno de Trump, por ejemplo, la movilización humana registró un descenso histórico a escala mundial debido a las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19.
La emergencia sanitaria fue aprovechada por el magnate para activar el Título 42, ley que permitía deportar de forma inmediata a los migrantes que entraran de forma irregular a su país.
Además, el 15 de febrero de 2019 firmó una declaración de emergencia nacional por una crisis en la frontera sur que le permitió destinar aproximadamente 8 mil millones de dólares para la seguridad en la zona.
Biden, por otro lado, vivió un importante incremento en la llegada de migrantes, particularmente de haitianos.
Obama enfrentó una de las crisis migratorias más importantes, y aún así durante sus últimos cuatro años de gobierno reportó un millón 633 mil 971 aprehensiones en la frontera sur, menos incluso que el total registrado por Trump, de un millón 952 mil.
Este lunes, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó a través de su plataforma Truth Social sus intenciones de declarar una emergencia nacional para usar al ejército en sus planes de deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados.